domingo, 31 de mayo de 2009

Aquí estamos otra vez...


Cuando Triana llegó directamente del camino, llenita del polvo que también, cubría literalmente la plata de la carreta, se debordaron tantas cosas, se cumplieron tantos sueños, se derramaron tantas lágrimas, tantas sonrisas, tantos abrazos, que todo lo llenó ese canto que engloba a esta Hermandad, que es tanto en esta romería, donde hay tantos...
Tanto que hasta los almonteños también cantaban con nosotros aquello de:
"...para decirte que te queremos, otra vez..."

miércoles, 27 de mayo de 2009

Triana se despide de Triana


Esta es la mañana más bella y alegre; a la par que triste; del barrio en el que un día vimos la luz primera.
Es esta mañana, en la que volveras a ver aquello que se lleva produciendo toda la vida, desde las las niñas de uniforme a las señoras, que antes también fueron niña de uniforme, que se acercan a despedir a la Virgen del Rocío antes de pasar por el puesto de frutas de Mora, como un día harán las niñas de uniformes de hoy.
Hoy verás las carpetas bajo el brazo y las gestiones inventadas para esta mañana pegarse la escapada y ver salir la carreta y volver a sentir la explosión y el júbilo del paso de la hermandad por el Altozano.
Sones del tamboril de Celedonio, los mismo que ayer fueron de Carmelo, chaquetillas blancas en las monturas y cabezas descubiertas, Triana igual que ayer, igual que siempre, que hay cosas que nunca cambian aunque cambien los tiempos y los hombres.
Sevillanas de ayer y de siempre, desde las de "Caracole descarzo va pa er Rossío..." a las de Paco Astolfi de "Una bandera y una bandera..." y aquella que es Santo y Seña, porque esta Hermandad de Gloria, Nació en la Cava, mientras pasa la carreta entre balcones colgados y calles perfumadas de romero.
Triana siempre, en San Jorge y en Castilla, la de las Salves y los cirios en la O, mientras la gente se arremolina detrás del Simpecado y hasta el Angelus en el Cachorro, nos recuerda a esa Triana profunda de los viejos corrales de la Cava en que se hablaba de Opá Cachorro y Omá Rocío.
Manos agarradas a la vara de la carreta para cumplir la promesa, por lo que sólo sabe Ella y que se cumplirá cuando la carreta llegue a la Pañoleta, y entre lágrimas y abrazos, Triana se despida de Triana...
Esa Triana que subirá la Cuesta, para llegar a ese arrabal trianero que se llama Castilleja y en donde Triana es más Triana que nunca, que al fin y al cabo Triana siempre fue una prolongación del Aljarafe, se despedirá de esa otra Triana que con lágrimas en los ojos volverá a cruzar hacia el Patrocinio con el único consuelo de una matita de romero de la carreta entre las manos.
Esa misma Triana que una semana más tarde volverá, cuando el sol de un jueves de primavera ya busque el Cerro de Santa Brígida y con las primeras luces del anochecer vuelva al barrio que la espera...
Pero la Triana que se queda esperando irá al camino, prendida, cual exvoto en formas de corazones, de la Virgen Chiquitita, que Ella, aunque deje el Barrio por unos días no se olvida, de quienes se quedan soñando con su vuelta.
Estas son las cosas de Triana, casi doscientos años de Rocío llenando de alegrías los caminos, , tan distinta, tan suya, tan eterna. Triana, igual que ayer, igual que siempre...

martes, 26 de mayo de 2009

Un cirio en la viga


La noche ya ha caido y alrededor del Simpecado hay un incesante goteo de gente que se acerca, oraciones en voz baja, una guitarra que suena y una voz que desgrana una oración sentida por sevillana, que hace bueno aquello de que "Triana le reza a la Virgen por sevillanas..."
El Simpecado tiene las luces encendídas y en la viga de madera, las llamas de los cirios, que traen aromas de esa Triana que se queda, esa Triana devota que la despidió en Castilla, esa Triana de la Pañoleta que la despidió con flores y velas, esa Triana de Castilleja que la despide con el corazón repartido entre el rojo de la Plaza y el azul de la calle Real y el verde trianero que los auna, en su día de fiesta grande cuando pasan las carretas.
Esos cirios, ofrenda de las advocaciones marianas trianeras para que a su hermana Rocío le brille más la mirada, y que ya hoy entregan todas las del barrio, pero que como en tantas cosas del arrabal, fuera pionera la hermandad de la O y que este año tendrán un recuerdo para quienes viven gracias a la vida donada.
De pronto suena una guitarra y una voz le canta a la Virgen Chiquetita, tras de la carreta alguien con lágrimas en los ojos se agarra a la plata que labrara Armenta y en las jarritas de la trasera, semiocultas entre las flores que exornan la carreta, las medallas de quienes la aguardan cuando pasada una semana vuelva a lucir por Triana el Simpecado de la Señora y la Reina.

domingo, 24 de mayo de 2009

Volver


Cada 24 en el calendario es una fecha especial en nuestra vida marcada siempre por lo que aprendimos, pero cuandondo llega mayo, es volver al colegio, a las raices de donde venimos, al viejo patio, a oir la sirena de Básica, a los Buenos Días de cada mañana, a esas palabras que escuchábamos en fila y que por más que pase la vida se quedaron grabadas para siempre en nuestro día a día.
Es volver al día de nuestra Primera Comunión, volver a aquel campo de fútbol, al ambigú de Juan, la librería de D. Ubaldo o las novenas en el patio.
Como cada 24 de mayo, volveremos a revivir los momentos vividos, volveremos a reencontrarnos con quienes compartimos quizás aquellos años más importantes de nuestra vida, pues todo lo que vino después siempre vino marcada por aquella divisa de D. Bosco que sus hijos casi sin darnos cuenta nos grabaron: Ser honrados ciudadanos y buenos cristianos.
Pero hoy 24, tendremos un reeencuentro con esa Madre que siempre nos espera, esa que llegó a Triana y se sentó, para decirnos con ese gesto que era tan de nosotros como nosotros mismos, esa Madre que hoy saldrá a nuestro encuentro, echando de menos quizás aquellas otras veces en que cuando las cosas se torcían eramos nosotros los que ibamos a su encuentro, cruzando la puerta siempre abierta de su Casa. Por que pasará la vida y nuestros problemas serán tan distintos pero Ella y su Auxilio siempre permanecen, para recordarnos que en las horas de la luchas siempre será nuestro consuelo.
Hoy volveremos a Triana, para reencontrarnos con Ella, pero también con nosotros mismos, porque Ella siempre nos aguarda para ser nuestra Auxiliadora.

Cruz de mayo



Te acuerdas de aquel paso que hicimos, apenas levantabamos dos palmos del suelo, tú con el tambor, mi hermano de capataz y yo de costalero...
Te acuerdas de aquel incensario en aquella Pepsi-Lata, y de aquella cruz de guía con dos palos, como cambia la vida...
Quien pudiera recuperar aquellos años que ya no volveran, esos que revivimos al ver de nuevo acercarse el pasito, con ese monte hecho de flores de papel, con toda su gracia en sus andares y sus niñas con la limosnera que te piden "una limosnita para la cruz de mayo"...
Recuerdos de nuestras Cruces de Mayo, esas que se fueron para siempre aquel año en que por primera vez acompañamos a nuestro padre a sacar la papeleta de sitio del Gran Poder.
La vida cambia y lo que ayer era impensable hoy lo vemos como lo más normal, por eso valoramos aún más el pasito que nos cruzamos esta tarde, frente a la perdida de mesura que nos encontramos en estos días, policia municipal cortando el tráfico y banda de música incluida, con costaleros que gastan en "aftershave" más de lo que gastamos nosotros hoy día...
A veces muchos deberían de pensar a que juegan a ciertas edades.

viernes, 22 de mayo de 2009

Morante es el arte


El Arte viene buscando arte, para cantar, para herir, para sentir, para tallar, para pintar, para soñar...
Verónicas de cante grande, de cantes por tonás y soleares al son de vieja fragua, verónicas que buscan artistas, que con sus manos interpreten la plasticidad de quien con los pies asentados en la arena, llevaba embelesado a un torito en el capote con la gracia de sus muñecas, como hizo, el Arte, Morante, sobre un lienzo llamado Alboroto.
Verónicas que buscan poetas de arte mayor, para que le canten romances de valentía, a este nuevo rey de la torería, que trae hoy el aroma eterno del toreo de ayer y del toreo de siempre.
Pinceles que plasmen sobre el lienzo moreno la gracia de su galleo por chicuelinas, que pureza, que parece de la Alameda, que embeleso, que son , que torería.
Ahora por delantales, pies juntos, sabor de San Bernardo y la gracia de la media, no forzada... Y la plaza en pie que machada, cuando la muleta aún espera en la barrera, planchada.
Y ya inicia la faena, el burel viene al cite, vaya como va, que serenidad, como burla la embestida, será verdad o será mentira, que sinfonía…
Morante es el arte y por eso no le hacen falta medallas que nos hagan creer lo que no se cree, que nuestro dogma de fe, se hizo hoy realidad sobre la arena venteña, como ayer lo hiciera sobre el albero de la Maestranza y mañana quien sabe donde será…
Ahora ya son legión quienes creen en él, igual que desde que despuntaba de novillero ya creíamos sin ver, pero que más da si el arte no sabe de antigüedad...
¿Será por que Morante es el Arte, o quizás, por que el arte se llama Morante?

lunes, 18 de mayo de 2009

Por la calle Rocío


Había ya dejado la calle Pureza el Milagroso Simpecado, llevado por sus hermanos y se disponía a cruzar por esa calleja con el nombre de Rocío.

En las espaldas -Regina Roris, Ora Pro Nobis- se clavan las miradas de quienes penitentes gloriosos la siguen prendando de exvotos en forma de oraciones y con aire de fiesta grande la comitiva se va introduciendo por esa calle que hoy es de adoquines y hasta ayer fue la última calle de Triana que tuviera cantos rodados.

La luz de este domingo de Pascua florida parece hacerse distinta hasta cuando llega a esta calle, donde al Milagroso Simpecado lo espera esa Triana pura, que adorna sus casas, llenando sus balcones y ventanas de mantones y aguarda el paso de la Virgen del Rocío sentados a las puertas junto a sus fachadas recién encaladas.

El Simpecado por la calle Rocío es una estampa sacada de otras épocas, aunque ay, ya no haya colgaduras y en sus balcones los geranios y las gitanillas se hayan trocado en los jaramagos que anuncian la muerte por abandono.

Todos se fueron marchando, pero aún quedaba esa casa de trianeros, que aguardaban a la Virgen con su colcha roja y el cuadro de la paloma, sus geranios en las ventanas y su gente a la puerta, que parecían ser el único reducto de esa Triana de siempre, que se resitía a que el tiempo le quitara las formas heredadas.

Pero este año, ay alma mía, en ese balcón no había vida, ni colcha roja con el cuadro de la Paloma de Maireles, que la casa aguardaba, cerrada como nunca, las persianas echadas y sólo las macetasde geranios daban vida a sus balcones.

Sabemos por que creemos, que en la calle Rocío de la gloria estará llena de macetas con geranios y los balcones del cielo estarán repletos de mantones y colchas de encaje.

Pero necesitamos recuperar esa Triana, que no entiende de fachadas de colores ni de faroles de forja, esa Triana de siempre, que cuida sus macetas de geranios y que al paso de la Virgen del Rocío cuelga sus balcones.

Ya la calle Rocío no es lo que era, pero al paso del Simpecado, aunque ya no haya ni geranios ni colgaduras, siempre quedará en nuestro sueño el recuerdo de otros tiempos, no tan lejanos, donde la vida era una fiesta.

sábado, 16 de mayo de 2009

Lágrimas por José

Por los terrenos que pisaba Juan Belmonte, dicen que el Guerra había sentenciado, "Daos prisa para verlo torear porque, si no, no lo veréis" y hasta Valle Inclán le dijo un día que sólo le faltaba morir en la Plaza, a lo que el genial torero sólo pudo responder con su media lengua, "se hará lo que se pueda D. Ramón, se hará lo que se pueda".
Frente al toreo revolucionario de Belmonte, estaba la perfección académica y técnica de José , de quien por los conocimientos de las reses, los terrenos y las suertes, llegaron a decir que bien parecía que lo hubiese parido una vaca, por eso, la conmoción de la noticia de que en Talavera, un insignificante toro de la Viuda de Ortega de nombre Bailador, había truncado la vida del rey de los toreros, cambió la lógica y hasta el rumbo de la historia de la tauromaquia, tanto que en la partida personal que de cara a los públicos, mantenían ambos toreros, el Pasmo de Triana, llegaría a afirmar muchos años después, que fue José, quien realmente le ganó la partida de la gloria.
Han pasado casi noventa años de la desgracia de Talavera, pero a pesar de ello el mito de José sigue vivo, tanto como la grandeza de la fiesta; esa que tan bien se refleja en la fotografía de Ignacio Sanchez Mejías velando a su cuñado; y es que la fiesta no murió a pesar de lo que dijera Corrochano impactado por el suceso y la perdida de uno de los pilares en los que se sustenta el toreo moderno.
Y es que cuentan que la conmoción, fue tan grande, que ese año por Joselito hasta estrenó lágrimas de verdad la Virgen de la Esperanza.

viernes, 15 de mayo de 2009

Madre, tengo dos amores...


La Novena de este año a la Virgen del Rocío en Triana está siendo muy especial, distinta porque ha vuelto, tras algunos años, la carreta al altar para que sirva de baldaquino al Milagroso Simpecado pero también distinta, por cuanto trasla reja de la Capilla Sacramental de Santa Ana nos aguarda la Esperanza.
La otra noche había quien recordaba que esto no ocurría desde los tiempos de San Jacinto y que en este año tan especial para Triana y su Esperanza esta circunstancia aún resaltaba mucho más.
Anoche el coro de las hermanas, cantó aquella sevillana que tanto le gusta a algunos amigos míos que tiene la doble militancia trianera en las devociones compartidas entre Evangelista y Pureza.
Esa que habla de dos amores que le quitan el sentido a tantos trianeros, sin por ello olvidar también que hay quienes comparten su devoción por la Reina de las Marismas con las otras grandes devociones del barrio, pero en estos días tan especiales no quiseríamos dejar de recordarlos.
Este año el Simpecado no entrará en la Capilla de los Marineros y no sabemos si escucharemos aquello de "canta Triana una Salve a la primera Mujer..." pero si sabemos que en estas noches muchos se detienen antes de irse para sus casas, rezándole una Salve a la Señora de la Arrogancia y dándole las buenas noches al Simpecado de Triana.
Cuando pasen unos días, la Esperanza despedirá a la Virgen del Rocío desde su paso de palio, y tantos trianeros entonces perderán los sentidos entre sus dos amores compartidos, la Morena de Triana y la Pastora almonteña.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La pértiga de la paloma


Un año más, casi sin esperarlo volvimos a reencontrarnos, pasa la vida, pasan las novenas, y aunque ya no haya suspiros a nuestras espaldas, sabemos que Triana siempre permanece fiel a los pies de su Simpecado en estos días de cultos en Santa Ana.
La carreta de los infantes reluce esplendorosa, quizás porque sabe con pena que estos días son suyos, porque su labor de plata vieja, ya sólo reluce en la Real Parroquia en que vuelve a servir como baldaquino para la Virgen Chiquitita y a enmarcar a Señora Santa Ana.
Un escalofrío nos recorre al avanzar por el pasillo, pasan los años, pero hay cosas que no cambian, el ropón verde, sin más escudo que nuestra medalla, como siempre fue, que no hay mejor Triana que la que no cambia, sin desgracidamente los guantes verdes que José María, "el Peinaíto" como lo llamaba cariñosamente "Chama" compró un día en la Guantería Pino, y las nubes de incienso que nos recuerdan aquellas otras novenas y aquellos otros cultos que tanto unían a quienes uníamos bajo un mismo latido, a San Lorenzo y Triana.
Hoy, como ayer, un año más, casi sin esperarlo, volvimos arrodillarnos ante sus plantas y en cada golpe de pértiga iba el recuerdo, (José María, Marce, Salva, Enrique, Chusquito, Pedro, José Carlos...) de quienes durante tantos años vestimos aquellas dalmáticas, en la Basílica o en Santa Ana.

martes, 12 de mayo de 2009

Novenas de San Jacinto


En estos días de novena, cuando la pértiga de la paloma ha resonado en lo más hondo de nuestro corazón, tras golpear sobre el mármol de Santa Ana, nos han llegado los recuerdos de aquellas tertulias interminables en las que alguien nos contaba, de aquellas novenas de San Jacinto.
Aquellas novenas de las que apenas tenemos recuerdos, como sólo recordamos aquellas entradas esporádicas en San Jacinto de la mano de nuestro abuelo los domingos por la mañana, en aquella iglesia tan grande sin cofradías de la que, vaya usted a saber porque, siempre nos llamaba la atención el altar donde recibía culto, aquel Simpecado de la Reina de las Marismas, con aquellos exvotos que prendían del dosel.
Hemos conocido por fotografías, aquellos altares de novena, altares de otros tiempos, en aquel presbiterio de San Jacinto que permitía montar no sólo la carreta, sobre el altar de plata de la Amargura, sino todo lo que se le pudiera ocurrir a aquel prioste de priostes...
Por eso, cuando tras escuchar la Padre Quevedo, he pensado como serían aquellas novenas de San Jacinto y he recordado aquella sevillana del coro:
Yo sueño con San Jacinto, un Jueves por la mañana...

jueves, 7 de mayo de 2009

Declaración de amor


Dicen que no hay mejores ni mayores amores, que aquellos que además de sinceros te son correspondidos, dicen que no hay amores que más te marquen que aquellos amores primeros, que por mucho que pasen en la vida serán para siempre, ese que te elige y tú eliges sin entender ni el como ni el porque y que siempre está ahí como referente de tu existencia. Algo así es lo que nos ocurre, con nuestra Hermandad del Rocío de Triana.
Nunca olvidaremos aquellas novenas en Santa Ana con el incensario o la pértiga de la paloma, que cada año por Pascua florida nos esperaba, con ese altar con reminiscencia de San Jacinto y Paco Astolfi, con la carreta de los infantes y la solemnidad de las cosas bien hechas. Tanta Triana aprendimos en aquellas novenas, de abanicos y suspiros trianeros, de señoras en los primeros bancos, de toses de asfixia por el humo del incensario, de medias sonrisas y guiños de ojos al vernos vestidos con el ropón verde, que hoy, cuando todo eso ha pasado, nuestra fidelidad volverá a ser correspondida cuando el Simpecado, recorra la Cava y nos reencontremos con la Virgen Chiquitita por sus calles o en cualquiera de estos nueve días sentado en una silla de la Real Parroquia trianera.
Y volveremos a ser aquel adolescente, casi imberbe que esperaba en la sacristía de Santa Ana, al que un día transmitieron tantas cosas y que hoy sólo sueña con que llegue el día de legarlas a quienes ya viene soñando con un Pentecostés de marismas.
Hoy como cada año, el Simpecado volverá de Evangelista a Santa Ana entre una alfombra de romero y balcones engalanados y volveremos a disfrutar como la primera vez que nos invitaron a cogerlo y recordaremos aquellas palabras de un viejo trianero de los de San Jacinto:

"-Niño coge alto el Simpecado, para que lo vean bien las señoras de los balcones…"

Triana, siempre Triana, Rocío siempre y el Simpecado alto, hoy se colgaran los balcones y las calles con romero, como aquella sevillana de siempre, hoy por Triana cruzará ese cachito de cielo en el que se enmarca la Madre de Dios y yo, enamorado, iré junto a Ella, soñando con quienes ya seguro sueñan con Ella, de tanto como le pedimos, para que no se salgan de su senda y les quede el legado de ese amor que su padre hoy proclama a los cuatro vientos.
Hay amores que marcan y dejan huella y seguramente nuestra vida no sería la misma si no estuviera en Ella nuestra Virgen Chiquitita.
Hoy, con la luz del anochecer llegará a Santa Ana, el Milagroso Simpecado de la Virgen del Rocío, sonaran altos los cohetes, sonaran los sones que Celedonio aprendió de su padre Carmelo, sonarán las sevillanas de siempre, esas que dicen que una Hermandad de gloria nació en la Cava, pero nosotros paralizados por la emoción sólo atinaremos, como tantos otros días al pasar por su puerta a murmurar para nuestros adentros, aquel Ave María por sevillanas que dice:

"Dios te Salve María Sol y Rocío..."

martes, 5 de mayo de 2009

Mayorales


Esos tiempos que se fueron,
de los campos de Sevilla…


Cuanto saber atesoran esos viejos mayorales, algunos aún te cuentan como se trasladaban las ganaderías por veredas y cañadas reales con el único arma de una garrocha de madera de majagua, y las patas que por alas tenían aquellos caballos marismeños, de ahí aquellos versos de Fernando Villalón,
“si no se me parte el palo
aquel torito berrendo
no me mata el caballo”

Ay, de esos viejos mayorales, como D. Luis Saavedra, mítico mayoral de la casa Guardiola, capaz de acariciar a sus toros desde los lomos de su caballo o aquel mayoral de Murube que reconocía las reatas por como eran las pestañas de sus toros.
Ay, de aquellos viejos mayorales, y ay de estos nuevos que también saben, porque muchos han heredado en la sangre el como conocer de los comportamientos de los animales.
Cuanto me ha gustado ver siempre a los mayorales, sombrero en mano, dando una vuelta al ruedo, que no hay mejor premio para el trabajo bien hecho que ese detalle de los toreros de sacar a los mayorales, que son quienes conocen de verdad a sus toros y las reacciones de estos.

lunes, 4 de mayo de 2009

Emilio Muñoz


Como no vamos a recordarte torero, aquella tarde de abril, del noventa y cuatro, en que Triana te llevaba a hombros por el puente igual que un día llevó a Juan, y que nosotros junto al gentío sentimos lo que decía aquella letra de Albahaca:
"Un torero,
por el puente va un torero,
caminito de Triana,
por montera lleva el cielo"
porque para quienes vivimos aquella tarde en la Maestranza, nunca podremos olvidar aquellos naturales; el torero entre las dos rayas, dandole el pecho, las punteras de las dos zapatillas mirando al toro, el compas semi abierto, la muleta por delante... llamándo al toro: -vente bonito, vente... y el remate de aquellos supremos molinetes abelmontados.
Y aquel vestido verde oliva, al le que le relucía todo el oro en el atardecer del Altozano, aquel barrio entero esperándote junto a la Puerta del Principe para llevarte en volandas hacia el arrabal, con ese compás que sólo nuestro barrio, sabe llevar a un paso de palio o a un torero de Triana...
O aquel día de la faena de Jarabito, que conjunción, que belleza entre el torero y el toro, en una sinfonía de lo que es torear al natural. Han pasado los años pero sigo soñándola y es que fue inolvidable para quienes tuvimos la suerte de vivirlo en ese templo sagrado de la tauromaquia, que a pesar de algunos, diez años después, sigue siendo la Maestranza.
Por que sabemos que lo ha pasado mal, no quiero dejar pasar mi Soberao para dedicar unas letras, en estos días de pinceladas taurinas, para este torero barroco, por quien siempre tuvimos predilección, desde aquel día que despertó en nosotros aquella ilusión infantil, una tarde de verano, cuando lo vimos salir; vestido de azul y oro; del Hotel Guadalquivir, y que terminaríamos soñando con la gloria y componiendo la figura con una toalla, sobre la arena de la playa, imitando a ese torero que era de Triana como nosotros y que nos contó mi padre que había estudiado en nuestro colegio, por todo eso y mucho más, queremos mandarle desde aquí un recuerdo afectuoso y desearle una pronta mejoría.
Gracias torero por tantas cosas y suerte maestro, con estos toros con los que toca lidiar en la vida.

El Fundi y Miura


Sí, ya sabemos, que la oreja la cortó Padilla, con el que disfrutamos viéndolo torear despacio a un toro que no se acordaba de Zahariche, un toro al que bregó estupendamente Vicente Yesteras, y que quien sabe si por ahí pudo andar la cuestión, de que luego rompiera como rompió. Padilla estuvo muy templado y demostró su verdad, con este toro que le permitió cortar la última oreja de la feria y la anécdota del gallo en la vuelta al ruedo del Ciclón de Jerez.

Pero si de ayer tenemos un recuerdo imborrable fue de cómo El Fundi, sometió al Miura que de verdad se acordaba de los campos de Lora, ese Miura en Miura, que cierto es que lo poco que se dejó, fue acordándose siempre de lo que se dejaba atrás, y es que si a este Miura lo hubiéramos visto en otras manos, seguramente estaríamos hablando de otra cosa.

Por eso, cuando el Fundi hizo aquel desplante, tan torero y garboso, le demostró al de la A con asas quien de verdad había le había ganado la pelea a quien.

Lástima, que la espada, que otros años, le hizo al torero madrileño pasear trofeos por el albero maestrante, ayer no quisiera entrar, porque de haber entrado también en su primero, al que toreo maravillosamente bien, posiblemente hoy hablaríamos de las orejas que se habrían cortado en la corrida de Miura.

Nuestro reconocimiento para los tres toreros, Fundi, Padilla y Valverde, este último poco pudo hacer con el sobrero de San Miguel, que parecía en su comportamiento uno más de los de divisa centenaria, quienes demuestran año tras año, la vergüenza torera de anunciarse con esta ganadería, de la que huyen las figuritas de tres al cuarto.


Fotografía: Arjona/www.plazadetorosdelamaestranza.com

domingo, 3 de mayo de 2009

Líbreme Dios del toro manso...


Decía el viejo refranero español aquello de "líbreme Dios del toro manso, que del bravo ya me libro yo" y así ayer, ante quizás uno de los lotes más nobles y bravos de la feria, Javier Conde no sabemos si no quiso o no pudo, o ambas cosas, que también pudiera ser.
El encierro del Pilar, no dejó indiferente, y cuando la feria ya estaba cuesta abajo, resacosos de lo que nos hemos cargado en estos días, una inyección de bravura de estos toros salmantinos, han sido un autentico oasis, ante una terna, en la que sólo el Cordobés ha medio entendido y en que el peor lote le ha correspondido a Esplá, al que nos hemos quedado con las ganas de verlo hacer un poquito más.
Pero quizás el mejor lote, sin duda alguna, le ha correspondido al malagueño, el tercero fue un toro de bandera, de esos que descubren a los toreros para bien o para mal, y es que no hay como que salga un toro de verdad para poner a algunos "artistas" en su sitio.

Fotografía: Matito/ Sevilla Taurina

sábado, 2 de mayo de 2009

Papas laureadas


Dos de Mayo y como ayer, laureles para aquel capitán de Artillería, D. Luis Daoiz y Torres que siempre nos vigila con su zapatón de bronce y la orden arrugada en la mano, dispuesto a defender nuestra independencia del gabacho que manda Murat.
Igual que ayer, soldaditos de hoy rendirán honores al héroe muerto, hijo predilecto de la ciudad de la mentira que con su zapatón de bronce, parece se dirige a la sede del gobierno militar de ayer, donde hoy ya no hay militares y están aquellos que lo tienen todo y que nos aprisionan con las cadenas de la ignorancia a las que nos tienen sometidos.
Hoy se recupera la memoria de quien junto a Velarde y Ruíz defendieron el parque de Monteleón, y en recuerdo del homenaje que el pueblo le dio a sus héroes, volveremos a comer aquellas papas laureadas de estas mismas fechas, herencia de aquellas de la calle Baños de nuestros abuelos que se guisaban con laureles de las coronas que circundaban el monumento con banderas españolas, banderas rojas y gualdas, que resucitarán aunque sólo sean por unas horas el mito de la nación indomable unida frente al invasor extranjero.
Esa es la memoria histórica que algunos, que ocupan hoy los despachos de aquel gobierno militar de la Gavidia no saben o no quieren recordar.

Esplá


Dicen que al buen aficionado le entran muchos toreros en la cabeza y si hay un torero que en nuestra opinión, nos haya mostrado que el toreo es eterno y que no entiende de suertes antiguas ni de toreo contemporáneo, ha sido sin duda, Luis Francisco Esplá.
Un torero distinto, que por su forma de ser nunca nos ha dejado indiferentes, ya fuera en los ternos, que bien parecen sacados de las láminas de La Lidia, como por el conocimiento de los terrenos y de las suertes, que supo recuperar para demostrar que el toreo de ayer y el de hoy tienen total validez y al que desgraciadamente hemos visto menos veces de las que nos hubiera gustado, pues hace ya bastantes años, dieciocho en concreto, que no pisa el albero de la Maestranza.
Hoy se despide de la afición de Sevilla, ese torero distinto, al que siempre hemos admirado y disfrutado, excelente director de lidia, maestro de la tauromaquia, al que siempre recordaremos ante los Pedrajas de Guardiola el mal llamado Lunes de Resaca y al que hoy podremos despedir como se merece, éste que es, por derecho propio, un maestro de la tauromaquia.