lunes, 17 de mayo de 2021

Los tiempos

 


Escuchábamos hace años en una tertulia que mezclaba toros y medios de comunicación, que uno de los motivos por los que la televisión podría empezar a darle la espalda a la fiesta podría ser, entre otras cuestiones, la duración de los festejos con desmedida faenas repetitivas e insulsas de “tropocientos pases” donde la técnica había ganado a la emoción, que solo invitaban a que el televidente, cliente real a quien se destinaba el producto, tomara su mando a distancia y cambiara de canal. Esta opinión, coincidía con la de cierta figura atemporal del toreo, que contaba la anécdota de que su afición desmedida había terminado por evitar ver en ocasiones las corridas por televisión, porque terminaba aburriéndose, haciendo alusión a cierta ocasión en que llegó a levantarse a tomar un café en medio de una faena y cuando al cabo del tiempo volvíó, seguía el mismo torero con el mismo toro…
Todo esto viene a colación de los tiempos actuales de la tauromaquia, donde la televisión apenas es una quimera de pago, o reducido a un par de canales autonómicos, que se las ven y se las desean para meter publicidad, mientras que los festejos están en nuestra opinión  mal gestionados con numerosos tiempos muertos, unos obligados por las circunstancias de la lidia y otros a veces buscados en momentos que se le podría dar más celeridad al festejo.
Sobran hoy día faenas largas, e insulsas, por lo que cuando llega una faena corta pero cargada de verdad, toreando despacio, se valora mucho más. Quizás podrían entenderse que esto ocurriera en tardes en las que toreran matadores con pocas oportunidades, pero no cuando estos hechos lo fomentan auténticas figuras del toreo. El toreo es cadencia, pero ésta no está reñida con una falsa impostura que rellena de tiempos muertos, momentos que deberían de ir con más celeridad.
Un festejo no puede ni debe durar lo que en la actualidad duran, y quienes gestionan la fiesta deberían de ser los primeros en entenderlo, el otro día estuvimos tres horas y cuarto en una plaza de toros, quizás el aficionado no se canse, -que ya les digo yo que también- pero el público ocasional, sentado sobre el incomodo ladrillo o el tendido de piedra,tras mas de dos horas y media pongan por ejemplo  al sol  si no se esta divirtiendo con lo que está viendo puede terminar saliendo de las plazas y lo que es peor para no volver,porque no sólo de aficionados se llenan las plazas de toros y más las de las grandes ferias.
El futuro de la fiesta pasa ciertamente por volver a la mesura, y que algunos, tan aficionados al video para ver las formas de los antiguos y revisaran como también los antiguos gestionaban con gracia una vuelta al ruedo o el dar aire a un toro entre serie y serie, que el tiempo es oro y no todo el que se sienta en un tendido tiene más paciencia que el Santo Job.  

Foto: Miguel Angel Salas /El Día de Córdoba

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 17/05/2021 

lunes, 10 de mayo de 2021

Nuevos hércules del toreo eterno

 

Hace justo dos años, estábamos en la Maestranza disfrutando de una gran corrida de Jandilla, que pasará a la historia, por ser el descubrimiento para muchos y la confirmación para otros, de un torero diferente que entroncaba con la mejor escuela sevillana que está salpicada de toreros que tienen en la naturalidad y la gracia sus señas de identidad.

Aquel día, Pablo Aguado, ponía a cavilar a más de una figura del toreo, galleo del bú incluido, y echaba un jarro de agua fría sobre otras figuras emergentes, mientras se subía por derecho propio al tranvía de los elegidos y cruzaba en volandas la Puerta del Príncipe para contemplar a hombros la caída de la tarde en nuestro barrio de Triana…Y desde entonces la Sevilla taurina lo espera, como se vió claramente en aquella ovación cerrada antes de empezar a torear en la tarde de aquel 12 de octubre en que se cerrarían las puertas de la plaza y de nuestras ilusiones taurinas por mor de la pandemia…

Casi a la par, surgió otro torero sevillano, Juan Ortega, que aunaba igualmente la naturalidad y la gracia con la pureza del concepto y que, tras un gran 15 de agosto en Madrid en la temporada de 2019, bordó el toreo en 2020 siendo el gran referente tras las faenas de Linares y Jaén, y que ayer en Leganés a través de la televisión fue capaz de emocionarnos, con lo difícil que es que eso ocurra a través de una pantalla.

Hoy la afición suspira por ver a ambos acartelados juntos, y que Ortega y Aguado se vean las caras en una plaza de toros, pero sorprende que aparte de los pospuestos carteles de Sevilla hasta septiembre, ningún empresario haya intentado citarlos en un mismo cartel, y es que la gracia es un don que sólo está en manos de elegidos, y cuando está en las muñecas de artistas, son fuente de inspiración para que le canten poetas, para que lo inmortalicen pintores y para que los que tengan la suerte de verlos en una tarde de toros, salgan de la plaza toreando por las calles, queriendo hacer fácil aquello que para los mortales sin gracia no es que sea difícil, es simplemente no puede ser, y como dijo el cordobés Rafael Guerra, “Guerrita”, lo que no puede ser no pude ser… y además es imposible.

Juan Ortega y Pablo Aguado son los nuevos hércules de las columnas -que rematan la gracia y la naturalidad- en las que habrá de sostenerse el torero eterno que emerge de las aguas del Padre Betis.


 FOTOS: @Arjona / @DelgadoRoig 

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 10/05/2021

lunes, 3 de mayo de 2021

Envidia

 

El Festival celebrado ayer en la plaza de toros de Las Ventas ha puesto a la tauromaquia de actualidad, y hoy como decía mi abuelo, hasta la Hoja Parroquial venía en su portada con una imagen de la Monumental madrileña, ya sea para bien o para mal.

La realidad es que ayer, se volvió a demostrar que se pueden dar espectáculos al aire libre con la distancia de seguridad, y sin que parezca que están los tendidos despoblados, quizás la cuestión económica, que es realmente el quiz de la cuestión es lo que echa para atrás a las grandes empresas de dar festejos con estas medidas y quién sabe si a algunos toreros de tirar para adelante para anunciarse, en determinadas tardes, pero la realidad es la que es, y la fiesta se desangra sin festejos, porque lo que no se ve no existe.

Pero si algo nos queda en el regusto de la tarde de ayer es la sana envidia. La envidia de ver toros en la primera plaza del mundo, aunque sea por la televisión. Y es que como me contaba un buen amigo este fin de semana, la gente está como loca por ir adonde sea, y ya vale desde ir al bar de la esquina a tomar una cerveza, ir a una plaza de toros aunque sea para un festival, por no hablar de volver pronto al Villamarín. 

Y así, se comprende que las taquillas de la Maestranza casi llegaron a anunciar que no había localidades para el estreno frustrado de la temporada, que las entradas para el festival de las Ventas se agotaran en hora y media, la gran entrada -este fin de semana- para una novillada sin picadores en Sanlúcar o que para Córdoba se haya abonado casi el 75 por ciento de las 3000 localidades puestas a la venta para los festejos de dentro de dos semanas, que bien podrían ser más si la Junta de Andalucía ya hubiera tomado alguna decisión permitiendo, bien la ampliación de los aforosbien aminorando el famoso metro y medio de la distancia de seguridad y volver a recordar eso ya tan manido, pero a veces tan olvidado en las altas esferas de que la Tauromaquia es cultura y no política, que lleva aparejada de la mano algo tan maltrecho hoy día como es el fomento de la economía.

Pero volviendo al festejo de Las Ventas bien se podría hablar de la gran faena de El Juli o incluso del toro Jabaleño que le correspondió a Manzanares o de la lección de rejoneo de Diego Ventura pero quédense con un detalle, el emotivo brindis de El Juli a un chiquillo en el tendido, en un momento que tanto nos recordó a aquel ángel llamado Adrián, sólo por este momento mereció la pena toda la polémica política que rodeó al festival. Y es que un simple brindis puede ser el bálsamo para la lucha personal de quienes se aferran a la tauromaquia para torear los toros que salen por los chiqueros de la vida.

 

Fotografía: @LasVentas 

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 03/05/2021