lunes, 12 de mayo de 2014

De los disparates a Disparate


 
Como todos saben la disparatada Feria de Sevilla vino viciada desde el principio, primero por el veto de las denominadas figuras a venir al abono mientras siga la empresa Pagés gestionando el pisoplaza, después con los disparate de la propia empresa con unos carteles sin rematar, repetitivos hasta la saciedad con algunos toreros que llevan año tras año sin demostrar absolutamente nada en Sevilla y sin imaginación a los que denominaron del futuro y que a la postre en algunos casos han ofrecido aún menos de lo esperado.Con un ridículo descuento en los abonos del 15% y manteniendo los precios de años anteriores para las entradas sueltas, lo que ha incrementado la sangría en los abonados y en los aficionados que religiosamente pasan por taquilla, lo que a la postre ha hecho que veamos desmasiados ladrillos de la vega cociéndose al sol, que el astro rey también ha podido influir, para que en muchas tardes, demasiadas quizás, no se pasara de la media plaza y así hemos tenido una Feria insulsa donde quienes tenían que asumir el peso de la púrpura, caso del Cid, Daniel Luque o Castella no han dicho o hecho apenas nada, con la excepción de Enrique Ponce para quien ya verlo aparecer por la Puerta Principal vestido de luces, tras la gravísima cogida de Valencia, ha supuesto un gesto de lo que es por méritos propios, un figurón del toreo.
Pero ante tanto cúmulo de disparates, salió el toro, que con permiso de Niñito de El Pilar, bien ha podido ser el toro de la feria, de nombre Disparate, con la A coronada y la divisa azul y grana, y llenándose de albero el hocico de querer comerse la muleta que le planteaba Antonio Ferrera... Y es que cuando sale el toro, que más da todo - ¿o no?- y Ferrera nos emocionó, vaciando la embestida de almíbar del cárdeno para llevarlo embebido del natural... todo era de tal magnitud, que hasta aún nos parece un sueño lo que vivimos en el Baratillo, hubo naturales tan despacio, tan despacio que aún está el torero sobre el dorado albero esparciendo la esencia del toro de Vitorino...
Más todo pasó, y entre tantos disparates como pasaron para olvidar y pensar que fue una pesadilla, siempre nos quedará el recuerdo de ver a un toro cárdeno queriendo empaparse de los vuelos de una muleta... que eso si que era un Disparate de los que nos gustan disfrutar.

Fotografía: Jesús Morón

domingo, 4 de mayo de 2014

Mas si mi amor te olvidare


Hoy cuando cantábamos la salve, volvieron a pasar como una película aquellas vivencias que arrancan cuando apenas eramos unos zagales y terminaban con un continuará en ese preciso instante.
Tú y yo sabemos que teníamos una deuda pendiente, que la vida puede alejarnos de tantas cosas que forman parte de lo que un día fuimos, pero que cuando buscamos nuestra identidad, aquello que forjó nuestro ser y echábamos la vista atrás no podíamos negar que allí estabas Tú, devoción de nuestra niñez más cándida, que a pesar de los avatares, -que humanos somos para tener la libertad de tomar decisiones-, siempre estabas, y esperabas, porque aun sin saberlo seguíamos formando parte de esas ramas cuajadas de hojas de alamo blanco que anónimas conforman el árbol que te cubre, y sólo era cuestión de tiempo de que volvieramos a caer, cual hoja mansamente rendida, a tus pies, para ser risco de amor, -mansas ovejas de aquel redil-, donde tanto aprendimos... San Antonio, la Orden Tercera, la casa de Juan Rabadán... y tantas vivencias que no podrán borrarse pues no entienden de nóminas ni de pertenencias, pues aunque o olvidáramos siempre fuimos de ti. 
Por eso cuando terminábamos de cantar la Salve, nos dimos cuenta del significado de ese momento, pues aunque nuestro amor pudiera haberte olvidado, entendimos claramente que Tú, Pastora de nuestra alma, nunca te habías olvidado de aquel niño, hoy hombre que estaba tan cerca de ti.

lunes, 21 de abril de 2014

Una hebilla menos


Llueve en Sevilla, la tarde trae miuras al Baratillo y a mi me pide el cuerpo ver toreros de arte en el Arenal manque le pese a la empresa Pagés y al nieto de D. Eduardo, hijo de D. Diodoro que se apellida Canorea, que así asi siempre nos enseñaron a resucitar en casa trocando el humo del incienso por el del habano. El Betis no levanta cabeza, quizás porque su viacrucis - y el mío- estan preso de sus trece barras y de la maraña de Dña. Mercedes -troley va, troley viene- y chirría, como chirría la cera en los neumáticos de los coches, mientras la palma nueva estrena este domingo las gotas de lluvia de abril... (aguas mil)
Bajo la lluvia la cola avanza a la sombra de la Pelli, donde años ha sólo había torres de humo de los tejares clavandose en el cielo de la tarde y hubo hace veinte años las banderas de la Expo, que todo pasa en el Zurraque, más Él siempre permanece, porque sus supiro nunca se sabe si es el último de un muerto o el primero de la vida nueva; en la Anunciación un paso con reminiscencias decimonónicas de verdad, sin los aspavientos del recien llegado, y en la vieja Judería el discurso de la verdad de la Alegría del tiempo que ya amanece... 
En las calles la cera aún guarda el recuerdo del tiempo perdido, la vida pasa, para nosotros fue en la Campana, donde ya no queda nada, ni las sillas de eneas, ni las colgaduras ni tan siquiera el cable del teléfono del palquillo ni el corralito de villapescuezo... Llueve en la calle, pero en el pasillo de casa la voz infantil resuena, como tú ayer con el soniquete: "nazareno dame un caramelo..." en San Lorenzo alguien se acerca a la puerta solitaria de la parroquia; donde no hay bullicio ni desafortunadas saetas; -sólas Soledad y Dulce Nombre y el Gran Poder que siempre está-, ha vuelto simplemente para recuperar la hebilla perdida del tiempo sin saber que el tiempo no vuelve, por que se fue para siempre con la luna de abril.

sábado, 12 de abril de 2014

Consumatum est

En Cuarentena


Apenas quedan minutos para que salgamos camino de San Lorenzo para iniciar ese rito heredado que no aprendido de tras escuchar la misa de apertura depositar un beso en las Manos que sostienen el Poder y el Imperio de nuestras vidas.
En la ciudad ya se ha derramado la primera cera y los primeros nazarenos -de vísperas- han recorrido sus calles, pero la ilusión de esta noche, solo comparable a la de la noche de Epifanía, nos recorre el alma, pues mañana volveremos a sacar al niño que siempre llevaremos dentro, al descorrer los visillos buscando el azul del cielo de la mañana más bonita del año.
Pero aún quedará volver de San Lorenzo, tras iniciar los primeros pasos de esos treinta y dos que componen esta semana, luciendo una cintita morada en la solapa y quizás buscando llevarnos la visión de alguno de los palios de mañana ya dispuesto con sus flores frescas y antes de irnos a la cama, uno de esos ritos que no se olvidan, ¿verdad Damián? una torrija y una vaso de leche y dormir con la seguridad de que al despertarnos será simple y llanamente, Domingo de Ramos.

viernes, 11 de abril de 2014

El retablo de mi madre

En Cuarentena...

Hoy es el día de mi madre, que no se llama Lola sino Aurora, pero que en esta cuarentena es su día más esperado, ella que siendo cofrade nunca sintió la necesidad de vestir una túnica con independencia de decretos y acuerdos de cabildos, ella que nos inculcó a sus hijos el amor por la Semana Santa pero anteponiendo siempre aquella divisa salesiana de ser buenos cristianos y honrados ciudadanos y que hoy transmite a sus nietos, porque hay cosas que están ahí y que sólo hay que pincharlas un poquito para que salga nuestro veradero ADN. 
Hoy es el día en que mi madre más disfruta de estas vísperas, cuando el salón de casa se convierte en ese retablo de hilo gallego, que bien pareciera hubiera tomado la luminosidad y la blancura de los lienzos de  Zurbarán, en el conjunto de las túnicas colgadas, que el eterno Martes de nuestras vidas vestiremos siempre, como la vistieron aquellos que nos antecedieron mientras el aroma de los espartos, ese autentico olor a pueblo perfuma la estancia volviendo a traer la nostalgia del ayer y la alegría de las nuevas túnicas que se suman a nuestro orgullo bofetero que como tantas cosas no se aprenden porque viene en la sangre.

jueves, 10 de abril de 2014

Quijotes a lo divino

En Cuarentena...


Son estos días de papeletas, los que nos permite reencontrarnos con quienes la sustentan en el día a día, esos quienes se preocupan de ella sin importarles ni la fecha ni la cercanía de los días sacros, quienes no entienden de los capiroteros que arribamos a ella en estos día de pleamar cercanos a la luna de Paresceve, porque para ellos tan importante es una convocatoria de culto en cuaresma, la interpretación de las coplas de un día de quinario, la cintita de la cofradía el día de la salida o la interpretación del himno de la cofradía  en ese determinado lugar.
En estos días previos, bueno es recordar a quienes los antecedieron en aquellos menesteres, aquellos que no entendían ni tan siquiera de quienes portaban la vara dorada, porque para ellos la Hermandad estaba por encima de todas las cosas, aquellos a los que alguien definió como quijotes a lo divino, y a los que bien podríamos poner tantos nombres como hermandades hay, esos cuyo mayor elogio como escribiera Chaves Nogales- por más que pasen los años- siempre será el final de una flores frescas chorreadas de cera en el recuerdo intancto de quienes supieron de su compromiso y a los que habría que reconocer pues muchos dejaron en ella su tiempo, su vida y hasta su hacienda.

Procesión en Sevilla, 1912 de Francis Picabia

martes, 8 de abril de 2014

Cumpleaños Bofetero

En Cuarentena...

Quien os escribe, no recuerda la primera vez que fue llevado a la plaza, como tampoco recuerda la primera vez que fue izado para besar el talón del Señor tras subir a su camarín, ni la primera vez que hizo una genuflexión ante la Capilla del Sagrario de la Parroquia... Simple y llanamente porque así ha sido durante toda su existencia.
Las cosas en esta vida han cambiado, nos hemos hecho adultos y nuestra vida ha ido descosiendo los dobladillos como si de una túnica se tratara, primero de la infancia, naveta azul terciopelo de Martes Santo; después la niñez, con aquel cirio pequeñito que nos dió Curro en el casinillo de la Capilla, la adolescencia con aquella túnica de hilo gallego, guardada en aquella talega del soberao de Alcoy que recogíamos cada cuaresma de las manos de Enrique en aquellos días inolvidables de reparto y papeletas, años de primeras ceras tinieblas escoltando al Señor, como hasta ahora, después llegaría la juventud, una salida y media con el Catedrático, y más tarde el costal con el que pasearíamos al palio con más sevillanía por sus calles, después el puesto de responsabilidad en la Cofradía, los boletines y sus pinturas, el 2003 para sentir la gloria y el 2007, ay, para sentir la hiel y la amargura...
Pero aquí estamos, desde aquel primer día hay algo que nos acompaña y no falla, algo que une el pasado que nos legaron con el futuro que ya está aquí, aquel cordón que ayer te llegaba a las rodillas y que hoy cuarenta años después pende del pecho con su seda envejecida, pero que muestra nuestro orgullo bofetero desde aquel lejano y glorioso abril de 1974.

martes, 1 de abril de 2014

Puñonrostro

En cuarentena...

Tienen estas tardes de la ciudad el color de esa tarde que tanto esperamos, capirotes de terciopelo verde, tan de madrugada, llevándose toda la luz de Recaredo en ese lugar al que siempre vuelves... porque aunque pases por allí todos los días, en rutinas de ida y vuelta de colegios, siempre miras a aquel balcón de la Peña los 25 donde es posible escuchar una saeta bien cantá, con lo dificil que es ya escuchar una saeta en condiciones en toda la Semana Santa.
Por que aunque pases por ahí todos los días, siempre esperas que en cualquier momento por la esquina de la calle Valle o por el Muro de los Navarros aparezca el tío de los globos, que vuelva el olor del algodón dulce de los días gozosos, y que el bullicio vuelva a tomar la Puerta Osario mientras un relevo espera en la esquina del Punto...  Pero este año no podrá ser, Puñonrostro quedará huerfana de cofradías, no sonará Corpus Christi en esa vuelta con el sonido único de sus bambalinas, ni el sol iluminará el rostro de porcelana de la Virgen de San Roque, el balcón permanecerá vacío, no estará el tío de los globos ni habrá relevo en El Punto... Pero a pesar de ello, nunca olvides que volverá a ser Domingo de Ramos en Sevilla.

lunes, 31 de marzo de 2014

Ilusiones

En Cuarentena...

Para Jesús Argudo y Jesús Trigo.

Apenas habías  soplado las catorce velas de la tarta de cumpleaños, cuando de la mano de tu padre te acercaste a San Lorenzo, como olvidar aquel día, en que traspasastes por primera vez aquella puerta que comunicaba el Casinillo con la Bolsa y allí dos señores, que tiempo más tarde llamarías los Manolos (Nevado y González), te medirían y sacarían aquella túnica que te cubre cada Madrugada. Después a la Alfalfa, donde te probarías el esparto y tras comprar las sandalias terminarías en la Alcaicería encargando el macho de cartón. Tantas ilusiones en aquel día en que alguien también te recordó que aquella túnica fue también la mortaja de tus mayores por lo que aquel hábito no era ningún disfraz y había siempre que guardarle respeto.
Esa ilusión de la primera vez la estamos reviviendo esta Cuaresma, los responsables viven lejos de la ciudad, pero nos han regalado la oportunidad de guiarlos como mi padre me guió la primera vez y ese regalo lo guardaré siempre, como guardamos la ilusión de aquel adolescente, la primera vez que llegó revestido de ruán, y cruzó su mirada con la ternura del Gran Poder en San Lorenzo.

domingo, 30 de marzo de 2014

Laetare

En Cuarentena...





Laetare, Jerusalem, 
et conventum facite,
omnes qui diligitis eam: 
gaudete cum laetitia...

En la Encarnación hasta las setas huelen al incienso del Valle, por Triana la Estrella ofrece sus manos y en cualquier esquina te sorprende la mudá de algún paso, mientras huele a tanichí de la limpieza de la vieja plata labrada. Igual que ayer, igual que siempre.
Ya todo se intuye, en la oscuridad del templo, aquel bulto cubierto de trapos, ha ido tomando forma, la luz dorada del canasto ha iluminado la estancia y la plata ha dejado las vitrinas para formar el mecano de la gracia donde reinaran las devociones que nos fueron legadas. Es tiempo de júbilo, nuestra alma vuelve a buscar el ayer, y nos hace capaces de hacer nazarenos de plastilina junto a nuestros hijos, ellos no lo saben, pero están jugando con sus padres sin saber que están jugando con aquel niño que un día fueron, y que si no fuera por la vergüenza, volverían a bajar corriendo de vuestra mano la rampla del Salvador. Regocíjate, porque es el tiempo de volver a reunirte con quien un día fuistes, en aquel lugar donde siempre vuelves, porque allí, en aquella Plaza, nunca habita el olvido.

domingo, 23 de marzo de 2014

Reencuentros

En Cuarentena...
Esta tarde de reencuentros del Zurraque a Monte Pirolo, toda Sevilla esperando desde Procurador a Alvarado, Alfarería, Antillano Campos... es una muchedumbre que espera, que  ay, cuanto necesitamos tu presencia y ha sido demasiada tu ausencia desde la última vez que te asomaste a tu trianera calle Castilla.
Y aquí estoy yo de nuevo, saliendo a tu encuentro, como cada mañana de Viernes Santo, cuando apenas se nota el cansancio de la Madrugada y aunque haya que cruzar Sevilla entera, Tú y yo sabemos que tenemos una cita en el Patrocinio.
Y te recuerdo, cuando me llevaban a verte cogido de la mano, cruzando calles que ya no existen, con casas que se perdieron, con aquel el humo de los tejares que eran las únicas torres que se alzaban al cielo de Triana desde la Vega y yo me quedaba ensimismado al contemplarte en la altura de tu paso o cuando clavaba mi mirada en tu mirada, la mañana del Domingo de Gloria.
Ya no soy el niño, ni siquiera el adolescente que descubrió tu blanca espadaña recien estrenada desde la celosía del patio de mi casa, pero soy el mismo que ante el Cahorro vuelve a quedarse ensimismado cuando lo veo pasar a mi vera, como esta tarde, en que he vuelvo a ser aquel, al que de la mano enseñaron a contemplar tanta vida en el último aliento del Dios trianero que habita en el Patrocinio.

miércoles, 19 de marzo de 2014

La cera que arde

En Cuarentena...

La vira de oro de la tade de marzo nos ha traído a San Lorenzo, altar de cera tiniebla, túnica blanca y manos a la espalda, toda la humildad del mundo en una mirada de frente -siempre de frente- que nos retrotrae a la fría estancia del enfermo por el que pasan los días en la rutina hospitalaria. Allí el médico también viene de blanco, con las manos a la espalda para reconocer al paciente, en esas mañanas de hospital interminable, cuando la convalecencia es puro trámite, previa a esa alta clínica que nunca parece llegar, cuando las visitas son las contadas y las ausencias ay, casi siempre más de las esperadas.
El Quinario avanza mientras la cera va creando gota a gota el moco donde se sustenta el legado que un día nos legaron y que hoy ya vamos legando, un moco sin imposiciones ni voces altas, que para altos ya están los sones de Lerate, que no entienden de ausencias y sí de presencias, que aquí no hay más cera que la que arde, un moco que chorrea y se esparrama sobre el platillo como orgullo bofetero, en el que dicen que como una patena o un espejo ya se aprecian -cercanos, muy ceranos- los primeros rayos del sol naciente de los nuevos tiempos.
Fotografía: @artesacro

lunes, 17 de marzo de 2014

Saeta cordobesa

En Cuarentena...


La tarde tenía el aroma de día grande, de gran fiesta, con formas en cierto modo alejadas de nuestras formas y otras en cambio tan cercanas, tan nuestras, que bien parecieran las cales de las fachadas, el sonido de la música de Gámez y el aroma del incienso ser el preludio de lo que viviremos pronto, muy pronto, en una de esas calles que sólo recorremos en Semana Santa. Y es que ante este retablo de la belleza sólo podíamos dejarnos llevar y sentir como propio, aquello que era tan distinto, durante el traslado de esa Piedad de Juan de Mesa, que es la Virgen de las Angustias cordobesa, desde San Pablo a San Agustín.
La llegada a la plaza, nos trajo desde la distancia el recuerdo de otra Plaza, y aquella mezcolanza de tantas cosas, de tantos sentimientos a flor de piel, que fluían desde los sones de Farfán, mientras fluían saetas ahora por los balcones, ahora a pie de calle, mietras el paso avanzaba enre nubes de incienso dejándonos el recuerdo de otra Semana Santa mientras que la última luna llena del invierno iluminaba la tibia noche cordobesa.

jueves, 13 de marzo de 2014

Esperanza

En Cuarentena...

Pasan los días, y casi como sin darnos cuenta, se estaran bajando del altillo las talegas con las túnicas, allí donde se guardan tantas cosas, desde los juegos de la niñez, la raqueta de aluminio o una vieja camiseta rayada. Ya pronto llegará el aroma de los espartos perfumando la estancia y hasta por algún rincón se colocaran las sandalias... mientras la luna espera mirarse en el verde espejo del Betis en la más íntima madrugada.
La vida pasa, dejando atrás el aroma de la Cuaresma, que tanto sabe de azahares y de cera derramada por esa calle sin cofradías a la que le dan la propina un Vía Crucis para que se sienta así pagada y chirrien por ella los coches al girar en la empedrada, aunque todo haya pasado y en el recuerdo sólo quede la visión del paso que entre la humareda se alejaba, pero siempre permanecerá en el alma, el frescor de la vida que siempre trajo, vestida de verde, al alba, la Esperanza, quizás por que ella es lo único que le queda por aferrarse a nuestra alma.

miércoles, 12 de marzo de 2014

El ADN del Museo

En Cuarentena...



Para cuantos conocemos la Semana Santa actual sería imposible de ubicar al Museo lejos de la jornada del Lunes Santo, pero hubo otros tiempos en que el Museo fue una Hermandad de Viernes Santo, con un sólo paso a manera de Calvario, y con una iconografía tan alejada de la que estamos acostumbrados. Pero todo aquello que un día fueron, a pesar de las modas y de las formas evolucionadas con el tiempo, en las cofradías permanecen y ese ADN vuelve a salir cuando las ocasiones lo imponen. Así en el pasado Vía Crucis el Museo dio muestra de todo aquello que fue, y que no olvida, con un cortejo plagado de pequeños detalles que no eran ajenos a quienes acostumbramos a acompañar a la cofradía cada Lunes Santo. El Museo fue tan Museo como siempre, y si alguno nos contaron la guasa de compararla desde dentro como una tarde de Curro Romero –silencio en el primero y dos orejas y vuelta al ruedo en el segundo- la hondura que mostraron el pasado lunes demostraba las formas que no se apenden, por que se heredan con los siglos.


Fotografía: (Vía Twitter).@salvita1996


domingo, 9 de marzo de 2014

La vida es una viñeta

En Cuarentena...

Confieso que de niño apenas me gustaban los tebeos, aunque los veranos de Sanlúcar me hicieron conocer no sólo a Mortadelo o Filemón sino al Guerrero del Antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín que nos compraban en los puestecillos de la feria del libro en la Plaza Cabildo. Desde hace unos años nuestros amigos "los Da-Da" (Damián y David Díaz Cantelar según Paquiño Correal) nos tienen enganchado con sus Viñetas Cofrades esas, que como contaron en la presentación del cuarto número surgió en estos momentos de descenso de trabajos por la crisis.
Acercar la Semana Santa por medio del cómic me pareció una genial idea, tanto que ya hemos tenido que renovar algún número que ha terminado seriamente perjudicado por el uso del mismo junto a  mis hijas, así que cuando ya está la Cruz de Guía de su portada -y que cruz de guía!!!- en la calle sólo nos queda disfrutar de sus cuidados contenidos, y es que si según Caro Romero la vida es una semana, ésta bien que cabe dibujada en una viñeta.

viernes, 7 de marzo de 2014

Torrijas

En cuarentena...


Como cada año, en este día, cuarenta ya, aquí están, las torrijas que vienen del alma, llegan enmeladas de estrellas, con el sabor que impregnan los caldos de Sanlúcar, de unas manos, que siguen guiando a otras manos que aunque aquellas ya no esten, su sello siempre permanece como mejor regalo de este día.
Traen estas torrijas de hoy, el sabor de lo cotidiano, que se transmite en los mismos fogones, y aunque pasen los años, son fieles a su cita, porque ellas no entienden de ausencias y si de la presencia que se mantiene en quienes nunca se fueron, porque siempre están muy firmes en nuestro recuerdo.
Y así, con la vira de oro de esta tarde de marzo, han vuelto, como las colas ante ese Cautivo en San Ildefonso de viejas estampas guardadas en desgastados devocionarios, y como los besos del Talón de San Lorenzo, esos que hoy se comparten con las manos de una Madre, manos que hoy se ofrecen y nos traen el mejor regalo, el de las torrijas que siempre vuelven cada siete de marzo.

jueves, 6 de marzo de 2014

El pebetero

En cuarentena...


La monotonía de estas tardes de Cuaresma en el despacho, se rompen con los sones de los Gámez o los Font, la rutina de la tarde se hace más llevadera escuchando los compases de Macarena de Cebrián, el sólo del oboe de un trío de capilla y por supuesto con el aderezo del humo del incensario que al estar posado en la mesa nos trae recuerdos del pebetero.
Ese pebetero, que nos retrotrae a una tarde de primavera y a la plaza, siempre la Plaza, cuando el humo que desprende envuelve de misterio la atmósfera que rodea al pasaje evangélico, mientras que hoy, llena de aromas nuestra labor a la par que la luz va avanzando cada tarde, siempre de frente, ganando con valentía la batalla de la primavera, sobre el invierno que se aleja dejando los fríos de cada madrugada.
Las tardes de Cuaresma en el despacho tienen el perfume de la vida que nos llevan irremediablemente hacia esa tarde en la que nos alejaremos para siempre vestidos de nazarenos con el único perfume de su esencia.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Ya has llegado...

En cuarentena...
Ya has llegado, como el azahar al naranjo, como la luz que cada tarde avanza más allá de la cornisa del Aljarafe, como la pancarta que cruza de punta a punta la Puerta Carmona, como el sonido de aquella vieja saeta de Centeno... Ya has llegado, como siempre, como volvieron las golondrinas a las cornisas, y los vencejos a la plaza, que este año estrena la desnudez de las palmeras que tantas veces rodeamos de niño en aquella mañana de domingo de Función Principal con aquella medalla al cuello que casi nos llegaba a las rodillas.
Ya has llegado, trayendo la ceniza que nos señala la frente y nos marca el alma, han vuelto los nazarenos a la consola de la entrada y a reflejar tus ojos, en esos ojos que hoy se miran en el escaparate de La Campana... Y así a partir de hoy, cuarenta días y cuarenta noches, para vivir y revivir lo que nos quedará eternamente marcado a fuego en nustra memoria, esa que nos lástima con su recuerdo en fechas lejanas a los días del gozo. 
Ya has llegado, y ahora quiero escucharte, sentirte, vivirte y preparar todo aquello que nos espera, porque de nada serviría todo esto, si no supiéramos que has llegado para hacernos sentir sencillamente el eterno triunfo de la vida.

viernes, 21 de febrero de 2014

Veinte años

Ha sido al abrir un libro, y ahí estabas tú, en aquella vieja foto de un lejano Jueves Santo en ese mismo lugar, que siempre ocupamos los tuyos. Sí allí, en una Campana tan igual y tan distinta, sin vallas, con sillas de eneas, vendedores de arvellanas y el que pasaba vendiendo 'er Pograma'... Tarde de Jueves Santo, de mantillas por San Lorenzo, besamanos y Oficios y el olor inconfundible de la candelería gastada, y mientras nosotros en La Campana, contigo, pidiendo caramelos y cera, mientras pasan Los Negritos y a lo lejos ya se acerca la Cruz de Guía de Santa Catalina... Cuantos recuerdos contigo de aquellos Jueves Santo en que nos quedábamos de tu cuidado, y recordar de nuevo la anécdota del abuelo de aquel año que salió en esta Cofradía con las sandalias de su hermana Reyes, -¿pero abuelo si tú no eras hermano...?
...Y ya se acerca el paso de la Virgen de las Lágrimas, pura miel chorreando en sus platillos de cristal mientras ya hay quien espera con impaciencia a su Victoria...
Días felices de una primavera que se fue, igual que un día llegó aquella mañana, que ya no verían tus ojos, de primer domingo de Cuaresma, tíbia que cuentan algunos, pero para nosotros fría como la escarcha en que casi sin darnos cuenta eramos ciegos errantes no queriendo ver la realidad que se mostraba ante nuestros ojos...
Cuando se cumplen veinte años de aquella mañana en que sentimos la realidad vacía de la vida que se había marchitado, comprendimos al poeta de Moguer, con su huerto,su pozo, su árbol verde y sus pájaros... pero sabemos que miestras te tengamos en nuestro pensamiento aunque sólo sea un segundo, al buscarte entre las estrellas, siempre estarás con nosotros.
Que nuestra vida pasa, unos se van y otros llegan, igual que un día marcharemos nosotros, pero el legado siempre queda, plantado en el huerto de nuestras vidas, bajo el mismo sol y el mismo cielo, siempre el recuerdo de lo que aprendimos de tí, mientras sigue, siempre sigue, el sonido de los pájaros cantando.

martes, 11 de febrero de 2014

Paulita y la ciclogénesis


Anda el tiempo revuelto, más que revuelto, removido, desde el enfrentamiento de las figuras y la empresa Pagés, comunicado va, comunicado viene, y el silencio maestrante que hoy visten de Esperanza pregonera, mientras una obra (de arte?) sigue secuestrada a estas alturas, para no tener que responder a todas esas preguntas de cánones, contratos y parabienes que nunca harán quienes usted y yo estamos pensando...
Y en medio de estos temporales en el que el único perjudicado es el aficionado que pasa por taquilla,  nos encontramos con Valdemorillo, la vuelta de Escribano y con una ciclogénesis explosiva llamada Paulita, del que hace años nos contaban y no paraban quienes tuvieron la oportunidad de verlo, pero que nosotros apenas pasamos de verlo alguna vez anunciado en El Puerto y como siempre en Zaragoza.
Y es que Paulita, la otra tarde nos conmovió con esa verdad que atesoran aquellos toreros que tienen una verdad que decir y la cuentan, esa verdad que tienen los elegidos, aunque toreen poco y encima no los veamos, y lo que es peor, apenas nos lo cuenten. Paulita fue en la tarde del pasado domingo esa ciclogénesis explosiva que tanto busca el aficionado pero que ay, es tan rara como el propio fenómeno meteorológico, por eso sería tan necesario verlo de nuevo y confirmar que aquello, afortunadamente no fue la conjunción de temporales en días revueltos para la Fiesta.

Fotografía: @nayademh vía @elesporton

martes, 7 de enero de 2014

El invierno llega ahora




El invierno, de verdad, llega ahora, cuando la espalda de la carroza de Baltasar se aleja entre el gentío y el ruido que hacen las máquinas de Lipasam retirando los caramelos de las calles, porque el azúcar con los neumáticos de los coches no chirría como la cera.
El calor hogareño de la mañana de la Epifanía, nos hace revivir la ilusión al contemplar las miradas de los niños y tras el almuerzo y apenas la sobremesa, al salir para San Lorenzo sentiremos la bofetada del frío nuevo, ese que ya avisa de lo que nos viene y como los hay que se resguardan de él, cual correo del Zar, bajo el abrigo de paño de las ocasiones contadas.
En la Plaza ni el café de El Sardinero calienta, y sólo al entrar en el Templo entra el cuerpo en caja, tras pasar la frontera del atrio, después vendrá el pestiño repetitivo de cada año, que en estos días se hace aún más intragables, y tras ello la Protestación de Fe entre sones de El Lazo que no han variado a pesar de algunos.
Ya la luz de la cera iluminará la pared almagra, algunos desafiaran al frío sin abrigos, como se desafía con el ruán la noche tibia de abril, y otros tomarán el paño, para volver a cumplir el rito de acompañar al Gran Poder bajo palio y manchar por vez primera de cera la ciudad… Minutos más tarde, todo habrá pasado y el frío de verdad nos recorrerá el alma al volver a casa por última vez bajo las luces navideñas.

Mañana a esta hora, ya sólo nos quedará el invierno, y los gestos -Pasión de Cristo, confortanos-, que poco a poco el tiempo quiera regalarnos, desde la la luz que a lo lejos avanza en los atardeceres trayendo los primeros reflejos dorados en la alta torre al del azul del cielo, con un sol que aún no calienta y que en la sombra, nos helará el alma.
Porque enero es largo y duro, y febrerillo desde la Candelaria hasta Carnaval… puede serlo aún más, con la locura que siempre este mes llevó a cuestas. Aunque siempre nos quedará el consuelo de que sólo quedarán tres lunas para Parasceve.

Fotografía: @jimenezalcaide