lunes, 25 de febrero de 2013

Entre oraciones y besos


Alguien dijo una vez, que Paco Santiago era el digno de sucesor de ese maestro de la fotografía sevillana que es Jesús Martín Cartaya, y cada vez que la oportunidad lo requiere Paco, sin necesidad de dar codazos ni molestar tiene el don de crecerse y como quien no se da importancia, tiene el don de regalarnos joyas como esta que llaman a la reflexión.
Así el otro viernes, sin ir más lejos, en San Lorenzo nos sorprendió a todos con esta foto que llena ese vacío al que cada día parecen lanzarse, quienes sólo ven en esto el fin donde matar aficiones más o menos mundanas, ya fueren las de la música, las del deporte sacro o aquellas que confunden el mundo de las hermandades con juegos de politica, al más puro estilo de Maquiavelo y el Príncipe. 
El otro día, la cámara de Paco supo ver todo lo que entre ese bosque se esconde y encontrar esa devoción sincera de quienes se aferran a sus devociones como el clavo ardiendo donde asirse cuando la vida da esos reveses, ay, que lastiman el alma y hacen quebrar las sonrisas más risueñas de San Lorenzo.
Esa es la Semana Santa que algunos no quieren ver, porque se encierran en las polémicas mundanas, ahí está la realidad de quienes se acercan a sus imágenes sabedores de la unción de lo que ellas representan, porque un besamanos no es un taller de fotografía ni un lugar de tertulia, sino la posibilidad tangible de agarrarse a Dios con las dos manos y pedir por tantas cosas, que desgraciadamente no están en manos de gestores, comisarios ni de hermanos mayores ni menores... 
Ahí está la realidad de lo que la oración pide, la que todo se basa en la devoción sincera y que se depositó como ofrenda de vida, besando y poniéndose en las manos a la par humildes y poderosas del Señor ante Anás en San Lorenzo.

Fotografía: Francisco Santiago