jueves, 30 de septiembre de 2021

Luque en una tarde de silencio y frialdad

 


Hay tardes en que todo se tuerce, desde el inicio. Tardes de esperanzas que se van contagiando de la frialdad del ambiente – aunque al sol haya que tener mucha moral para ponerse- y tal y como se abre la puerta de los chiqueros salen toros imponentes, con tipos muy superiores al estilo de la plaza pero que vienen vacíos de alma y condición, dejando sobre el albero muestra de su mansedumbre.

Eran toros que no se comían a nadie, como el primero de Ferrera que tuvo unas cuantas embestidas, y que este mismo torero en otras tardes más aclimatadas, en lo artístico, quizás hubieran tenido más repercusión, -ojo que viene Madrid con los seis de Adolfo-, o como en el primero de Perera, un precioso jabonero sucio, manso pero encastado, que aunque tuviera poca fuerza regaló algunas embestidas, que no terminaron de cuajar entre el respetable. La tarde, sólo la estaba salvando desde nuestra localidad el ver como el pintor Alfonso Rey tomaba apuntes del natural de los toros que iban saliendo, cuando quitábamos la vista del ruedo para desparramar la mirada hacia el papel que interpretaba los toros totémicos del pintor de Cuéllar. 

Así estabamos, cuando salió el tercero y Daniel Luque recibió a su primero con el capote, en el  momento más brillante de la tarde y que consiguió avivar a los tendidos. Fueron un ramillete de verónicas rematadas con una media llena de sabor y después en el primer quite por chicuelinas para rematar en un segundo quite de nuevo por verónicas…  Y es que el capote de Luque siempre es para tenerlo en cuenta. La faena de muleta, que fue de más a menos, tuvo buenas series al principio, en la que Daniel Luque supo tapar las carencias del toro, pero el fallo con la espada, un pinchazo privó de un premio mayor, pues tras la petición no mayoritaria, saludó desde el tercio. Fue la única ovación de una tarde, en la que Luque apuntó para romper el silencio y la frialdad.  

Foto: Arjona /Toromedia

domingo, 26 de septiembre de 2021

Jerifalte un toro para triunfar



Hay tardes en que pesa, y de que forma, lo ocurrido la tarde anterior, aunque lo ocurrido en aquella hubiera sido muy poco, pero la excepcionalidad del recibo a la verónica de Juan Ortega en la corrida de ‘Juanpedro’ hubiera quedado en el recuerdo de los aficionados y en la azoteílla de la antigua grada, mirando a Triana, los cabales comentaran y compararan los lances con aquellos otros que dieron aquellos toreros, ya lejanos que ya sólo viven en la evocación de una tarde de toros en la memoria.

La corrida de Garcigrande-Domingo Hernández se puede dividir en dos bloques por un lado dos toros que no brillaron en exceso, y cuatro toros interesantes siendo tres de ellos de esos toros del tipo que demandan quienes se anuncian con esta ganadería. El Juli le correspondió uno de estos, con el sobrero primero con el que estuvo poderoso con la mano derecha y tras matarlo a su forma, tuvo una petición de oreja que no fue atendida. Roca Rey cortó una oreja del sexto un toro noble y manejable con el que el peruano se pegó un arrimón y dando una estocada volcándose sobre el animal, pero el lote sin duda se lo llevó Miguel Ángel Perera al que su primero, un toro mano y bronco con el que pudo sacar un par de buenas tandas por la mano derecha, lo mató de un feo espadazo y luego le tocó 'Jerifalte', un toro con casi seis años cumplidos, pero con destellos de lo mejor de su estirpe .

El toro ya dejó muestras de su condición de salida y le permitió lucirse al de La Puebla de Prior con el capote como no le recordábamos en esta plaza. Jerifalte era un toro que ilusionaba, fue dejado crudo en el caballo, como es marca de este torero, siendo la brega por parte de Curro Javier y al que Javier Ambel le puso un par de gran exposición. Ya en la muleta, Perera citó al Garcigrande con un inicio de rodillas con pases cambiados en el centro de la plaza y el toro evidenció que tenía unas condiciones extraordinarias que iban a más, Perera lo toreó con la derecha, e iba recortándole los espacios con mucho mando y tras una serie con la mano izquierda, el toro que dio muestras de sentirse atosigado porque demandaba distancia, salió de la muleta perdiendo la estabilidad, y ahí perdimos la ilusión. 'Jerifalte' ya no volvió a ser el que era. Aun así regaló algunas embestidas más y tras matarlo Perera de una estocada cortó sólo una oreja de un toro, que en nuestra opinión, con otro planteamiento de faena, y sin el costalazo, quien sabe si no hubiera sido un toro para triunfar y bubiera erecido un premio mayor que la ovación que se llevó en el arrastre. 


Foto: Arjona – Toromedia

sábado, 25 de septiembre de 2021

Sevilla está prendada de Juan Ortega


Cuando salieron los carteles allá por marzo, ya hubo quien marcó este cartel como uno de los carteles estrella de las combinaciones abrileñas hoy pasadas a este San Miguel histórico. Tristemente, la lesión de Pablo Aguado dejó sobre el papel un mano a, mano que no restó ni un ápice a la expectación creada, colgándose en las taquillas el cartel de "No hay localidades para hoy".  El paseíllo fue de los que se recuerdan y cuando los matadores fueron invitados a saludar desde el tercio, a muchos no dejó indiferente el apretón de manos de Morante y Juan Ortega tras saludar la ovación.
Pero es el toro es quien tiene siempre la última palabra y cuando no hay toros el espectáculo, queda insulso, y la corrida de Juan Pedro en ocasiones no es que no tuviera casta o fuera mansa es que simplemente no tenían vida.
El más perjudicado sin duda por los toros fue Morante, lo de la mala suerte de este torero en los sorteos es para estudio, apenas pudo lucirse en la muleta con detalles sueltos, pero todos ellos  llenos de sabor, y en el capote sólo pudo lucirse en los quites de los toros de Juan Ortega. Dos colosos con el capote frente a frente.
La tarde tuvo sin duda, en el recibo a la verónica de Juan Ortega a su primero, su máximo apogeo. La plaza crujió, cuando se estiró en el primer lance y fue a más en el ramo de verónicas, hasta diez... La plaza era un manicomio... la gente se buscaba en los tendidos con los ojos vidriosos de la emoción, algunos se abrazaban incrédulos, otros se echaban las.manos a la cabeza mientras los compases de Tejera apenas se escuchaban apagadas por la música de las voces de la multitud.... Siguió la lidia y en el quite Juan Ortega trajo el aroma de la Alameda con unas chicuelinas cargadas de plasticidad y de pronto Morante en la réplica, en la verónica barroca rematada con una media de frente que duró todo lo que usted se pueda imaginar... y algo más. La tarde se barruntaba de lío gordo, y el brindis del torero y en la muleta de Juan Ortega se abocetaron algunos lances al natural pero aquello era menos de lo que la gente creía, alguien susurró en el tendido, Sevilla está prendada de Juan Ortega... pero tres pinchazos aguaron el vino y todo quedó en nada... 
Las cotas mayores de una tarde cuesta abajo, volvieron en el sexto, Morante toreo por chicuelinas, cargadas de barroquismo y respondió Juan por el mismo palo, en su versión más clásica. La faena de muleta se inició por versos  mayores en el toreo en redondo, al natural bajó el poema y como esta vez la espada entró a la primera y paseo el único trofeo de la tarde. Sevilla se ha enamorado de un torero.


viernes, 24 de septiembre de 2021

Sevilla se entrega a Emilio de Justo


 

Los jueves previos a farolillos casi siempre fueron de Victorino, y el que los tendidos del coso del Baratillo tuvieran un mejor aspecto frente a jornadas anteriores, respondían sin duda a la expectación del mano a mano entre extremeños que se anunciaba, con la amenaza de lluvia como inesperada invitada en este San Miguel histórico. La tarde tuvo un nombre, Emilio de Justo, con hambre insaciable para convertirse en figura del toreo y para quien conquistar la plaza de Sevilla es fundamental en este empeño, que a fuerza de verdad y toreo está consiguiendo, y más después de su triunfo del pasado julio en Las Ventas.

Que va camino de ser figura, lo demostró toreando a Portezolano, un interesante toro de Victorino, que si ya cantó su condición en el capote fue bravo en el caballo  y en la muleta siempre iba a más y al que Emilio de Justo recetó al natural uno de los pasajes más bellos de todo este ciclo de septiembre. El de la A coronada lo quería todo por abajo, y llegaba a embestir con el hocico haciendo surcos en el albero mojado. De Justo, que había brindado Emilio de Justo previamente el toro a Pablo Aguado, hizo una faena cargada de verdad y valentía, que remató con unos naturales con la mano derecha sin el estoque y a la que siguió la rubrica de un espadazo hasta las cintas -quizás algo contraria- que hizo que la plaza se llenara de pañuelos pidiendo las dos orejas que fueron paseadas entre aclamaciones. Sevilla estaba entregada al torero y estaba deseosa de darle la gloria de ver a hombros el atardecer de Triana, en el que cerraba plaza, ante un toro al que recibió con verónicas templadas y que en la faena de muleta no llegó a las cotas del anterior, si bien el fallo a espadas tras un tropezón con una banderilla y una estocada algo trasera no fue obvice para la petición mayoritaria que no fue atendida por el palco. Emilio saludó desde el tercio y después fue alzado a hombros y sacado por la Puerta Principal… 

La Puerta del Príncipe lo espera, y sería de justicia que pudiéramos verlo de nuevo en el puesto que ha quedado libre para la corrida del 2 de octubre. 


Coda: Nuestro gozo en un pozo el 2 de octubre Emilio de Justo, torea en Madrid 

Foto: Arjona



jueves, 23 de septiembre de 2021

La vida sigue igual

 


La tarde, nos traía recuerdos de aquellas tardes de preferia en abril, con carteles que anunciaban ganaderías menos apetecidas, toreros de segunda fila y la posibilidad de dar una oportunidad a un torero del terruño, mucho aficionado cabal y poco público en tarde laboral que nos daba una idea de cuál era realmente el abono y los partidarios que era capaz de traer el torero local. Pero aunque la realidad sobre el papel dictaba otra cosa, con Diego Urdiales y Daniel Luque que venían acompañados de la vitola de las faenas triunfales a lo largo de la temporada y un Rafael Serna con la gran oportunidad de la temporada que traía a favor las buenas sensaciones que dejó en el compromiso de Utrera de su última actuación en público y una ganadería la de Santiago Domecq que viene marcada por la regularidad y el triunfo…

Pero la realidad fue que la vida sigue igual, y la tarde ganadera fue desastrosa, insulsa y falta de casta, con toros grandes que apenas nos dejaron el tremendo arrimón de Daniel Luque con el quinto, en una faena donde el de Gerena mostró su técnica y dominio, que fue premiado con una vuelta al ruedo tras una petición con matices –de siempre las orejas se piden con más pañuelos y menos voces-, los detalles de Diego Urdiales, dejando auténticos carteles de toros_que nos superon a poco- en los pases de trinchera y en su toreo de capote y una de las estocadas, que puede ser tenida en cuenta en este San Miguel histórico y  Rafa Serna que con el tercero, quizás el mejor de la corrida, dejó su impronta en el toreo en redondo, que hizo sonar oles y romper a tocar a la banda... pero la faena que fue a menos en el natural y la espada, privaron de un triunfo, que le hubiera venido como agua de septiembre, al torero de la Cuesta del Rosario. Al final, en abril o en septiembre, la vida sigue igual. 

Foto: Arjona