martes, 23 de diciembre de 2008

Felices Pascuas


Los caminos se hicieron,

con agua, viento y frío…


Con el sabor de siempre, vuelven las Pascuas, tan nuestras como ese villancico del Niño Gloria, con su Bendita Mare Victoria y su Gloria al Recién Nacío, Gloria…

Vuelven las Navidades, con su punto de nostalgia, por aquellos que ya no están, pero con la alegría de quienes van llegando y llegaran para tomar el testigo de la vida, trayendo consigo la luz de estas Fiestas, que con los años y los fríos parecían haberse apagado pero que resurgen cada Diciembre, al montar el Nacimiento, al abrir la caja de polvorones o al recibir la primera felicitación en el buzón. Momentos que te hacen recuperar la ilusión que tenías cuando eras sólo un niño y dabas vuelta por el pasillo con aquella pandereta o te advertían de que había que comportarse bien pues los pajes de los Reyes Magos estaban siempre atentos y vigilantes…

Como cada año cuando llegan estas fechas sacamos nuestra Felicitación Navideña, y que mejor que hacerlo con cosas nuestras, si otros años fueron el tímpano de la Adoración de los Reyes de la Puerta de los Palos, el basamento de un varal del palio de la Virgen del Dulce Nombre o el Guión de Epifanía del Gran Poder, en esta ocasión es una cartela de la carreta del Simpecado de Triana.

Desde este modesto Soberao os mandamos un fuerte abrazo a todos los que seguís a este aprendiz de la vida y os deseamos a todos una feliz Navidad y un próspero año nuevo 2009.

Pepe Luis.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Pablo


Has llegado, querido Pablo, con los fríos de Diciembre, niño de vísperas de Esperanza, que siempre la Esperanza sabe estar con vosotros, como autentica Protectora que os cubre bajo su manto, y es que tú, querido Pablo traes en tus venas el legado del Tiro, ese que estamos completamente seguro vivirás a diario, digna herencia donde se funden muchas más cosas que una Hermandad hecha barrio o que un Barrio hecho Hermandad.
Puede que tu abuela ande ya buscando un pequeño roquete para el próximo Lunes Santo, y quien sabe si no te habrán llevado ya ese cordón, negro y blanco de la que pende ya esa medalla de ese Señor Cautivo, del que es también cautivo, éste que te dedica estas líneas.
Acabas de abrir los ojos a la vida, y ya hay quien te sueña en la frondosidad del Parque el Lunes Santo ofreciéndole a otros niños, entre otros Pedrito, Miguelito y la pequeña Clara, los caramelos llenos de vida que llevaras en pequeño cestillo...
La vida tiene estas cosas y así en el mismo cordón que un día unió nuestras devociones, viene aquel legado, el legado de nuestras vidas, que un día recibimos de nuestros padres y que desde hoy, tus padres, pequeño Pablo, te trasmitirán día a día.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Aquella medalla


En la mesilla de noche, junto al rosario desgastado, en una vieja bolsita, estaba aquella medalla, reliada en aquella cinta verde manchada y con aquella divisa grabada, Esperanza Nuestra.
Cada vez que nos descubrían sacándola, su dueña nos contaba aquella historia de que estaba hecha con restos de metralla y de cómo había sido recibida de hermana ante el cajón que ocultaba a la Esperanza y del aroma que desprendían aquellos nardos.
Días antes de marcharse con su Esperanza, la dueña de aquella medalla, mi abuela, nos la dio para que se la guardáramos para siempre, y desde entonces, se encuentra en nuestra mesilla de noche junto a aquella otra medalla de cordón morado de Nuestro Catedrático que ella nos regaló un día.
Cada Jueves Santo, cuando los pulsos se aceleran ante lo que nos aguardan las siguientes horas, aquella medalla de la Esperanza Nuestra se prende del lienzo de rúan de nuestra túnica, oculta tras aquel escudo antiguo que tanto sabe de aquellas madrugadas junto al Cisquero y cuando llegamos a San Lorenzo, tras dirigirnos al Monumento, le rezamos arrodillados una Salve, en memoria de aquella que nos regaló su medalla, a aquella Esperanza, Macarena, Nuestra, que nos espera cada día en el azulejo de la bajada del camarín del Señor, igual que posiblemente en ese mismo momento, cumpliendo el rito de la Concordia, que ya traspasan los siglos, haya otros cinco nazarenos de San Lorenzo arrodillados a los pies, del paso de palio de la Esperanza en su Basílica.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Señora de la Arrogancia

Hoy hemos llegado ante ti, porque nos contaban tantas cosas, que si San Jacinto en Santa Ana, que si volverás a verla como en aquellas fotografías en blanco y negro de San jacinto que te enseñaba ese que era tu compañero de banca en los Salesianos y que hoy le ha devuelto el sello, el sello de siempre de nuestra Esperanza, que si recuerda a la Virgen aquella de los azulejos del corral de los artistas, que si como la vestía Fernando, nos contaban tantas cosas, y lo peor era, que no paraban…

Así que esta tarde no pude más y me acerqué a mi Barrio, volví a cruzar el puente para reencontrarme contigo, no quería escuchar más, ni saber absolutamente nada, sólo llegar ante Ti y dejar que Tú, como siempre me cautivaras, que bien lo haces siempre, para que yo no dude, Esperanza.

Y te encontré allí, Señora de los tiempos pasados de San Jacinto, Dueña de tu calle Larga, regente en la ausencia de Señora Santa Ana, madre de tantos trianeros que no pueden vivir sin su Esperanza, de aquellos que se santiguan ante los azulejos antiguos en lo más profundo de la Cava.

Y allí, en aquel presbiterio, reconvertido en el mejor Salón de Trono al que aspirar pudiera una reina de esta tierra, estabas Tú, Soberana, vi llorar a un amigo, a un hermano, ante tu belleza gitana y recordé aquellos versos tan del Arenal, Florencio siempre Florencio, "que llore Sevilla entera con el llanto de Triana" y sólo pude extasiarme y acercarme a besar esa mano, que me ofrecía la Bendita Señora de la Arrogancia.


(Foto: www.pasionygloria.net)


Campanilleros


En estos días de Adviento, volvemos a revivir el sonido de los campanilleros por nuestras calles, sonidos rescatados del ayer, que son también los del mañana, porque aquello que está grabado en el alma del pueblo es imposible que se pierda para siempre, pues la tradición no sólo se trasmite de padres a hijos sino que también se divulga entre terceras y cuartas generaciones.
Anoche nos cruzábamos por Sierpes y La Campana con esos coros que traen los recuerdos de cómo se vivían las Pascuas en el Aljarafe, (Castilleja, Aznalcázar, Bormujos, Tomares…) igual que entonces, de zaguán en zaguán, de portal en portal, de calle a calle...
Vuelven en estos días de dulce espera, las jornaditas en los templos y los campanilleros en las calles, costumbres y tradiciones que, a pesar de los años y las modas, sólo hay que alzar la mirada para ver la paupérrima iluminación, siguen conservándose entre nosotros.
En nuestras calles ya vuelven a sonar las guitarras, las bandurrias, los cántaros, los palillos, las panderetas y las voces, siempre ls voces, que bien abrigadas vuelven a traernos los sonidos de las fiestas de nuestra tierra, que son hoy los mismos de entonces, al fin y al cabo, los mismos de siempre…

martes, 16 de diciembre de 2008

Nube gris


Hay veces que con una guitarra entre las manos a algunos les da por revivir momentos pasados que bien podríamos calificar de históricos, eso nos ocurrió hace algunos días cuando aprovechando una fecha señaladísima en nuestro calendario personal, volvimos a retomar canciones que parecían vivir olvidadas en nuestra memoria y surgieron canciones que durante algunos años eran parte fundamental del cancionero de nuestra vida y así sonaron boleros, valses peruanos, chamamés argentinos y cantes de nuestra tierra que están ligados por la tradición legada de generaciones.
Entre las muchas canciones que aprovechando la tarde cantamos, estaba un vals, Nube Gris, una joya que nos trae los recuerdos de aquellas madrugadas tan hermosas en la que fuimos errantes trovadores en la ciudad dormida.
Hoy rebusco en el Soberao de mis recuerdos y saco de aquel viejo cancionero, la letra de Nube Gris, y tras mirar al cielo, echarnos una sonrisa porque, gracias a Dios, la vida nos sonríe.

Nacimiento


Por fin, algo tarde para como nos hubiera gustado, ya hemos montado el pequeño nacimiento, pequeño en comparación con lo que se monta en Triana, ese que poco a poco va creciendo, el año pasado fueron las imágenes del misterio y este año ya ha sido el corcho, el serrín, y algunos pequeños detalles y en los próximos días algo nos inventaremos para hacerlo aún más nuestro.

Así nos gustan las cosas en esta vida, despacio, sin prisas pero sin pausas, poco a poco, disfrutando de cada instante, paladeando de cada momento, gozando de cada detalle, así a nuestro entender se hacen las grandes cosas en la vida, las que tienen buenos cimientos para que un día, dentro de algún tiempo, cuando el frío del invierno nos siente en la mesa de camilla al calor del hogar, con el aroma de la alhucema, al ver el nacimiento nos sonriamos y recordemos como disfrutábamos cada año montándolo, cuando apenas teníamos nada... tan sólo tú y yo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Lucía

No hay nada más bello, que lo que nunca he tenido
nada más amado, que lo que perdí
(J.M. Serrat)

Llegó Ocnos a mis manos una tarde de invierno, mientras sonaba de fondo Lucía de Juan Manuel Serrat, curiosidades de la vida quisieron que al escuchar detenidamente aquel poema hecho canción se retratara en apenas dos versos aquello que Albanio bien pudiera sentir desde la distancia escocesa y que desde los fríos grises retrataba buscando la luz perdida del sur.
Pasados los años, regalamos Ocnos y al escribir la dedicatoria, retomamos aquellos versos de Serrat que curiosidades de la vida, igual que entonces, con Albanio, también sirvieron para retratar, mucho tiempo después, aquello que sentiría más tarde este novillero de la vida.
Porque no hay nada más bello que lo que nunca hemos tenido y nada más amado que lo que un día perdimos, hoy como aquel Albanio, y para aquella Lucía que disfrazada de Ocnos, desde la distancia se viste de recuerdos en estos fríos de Diciembre que nos igualan, recuerdo aquella dedicatoria en aquel libro y desde el trecho que la vida recorrió desde entonces, recordamos a nuestra Lucía particular, aquella que quizás fue la más bella secreta historia de amor que un día tuvimos, para ella, a pesar de los años, la nostalgia, la distancia y la vida, allá donde quiera que se encuentre…

Lo que el trapío esconde


Trapío, esa es la gran diferencia a primera vista entre el toro de Barceló, el de la cúpula, y el toro zahino de Salinas.

El primero era un toro, por no llamarlo un utrero escuálido, endeble, traspasado por una flecha sobre un fondo color guasa,(lagarto, lagarto…) El segundo por el contrario es un tío, un toro que bien podríamos ver saliendo de chiqueros en una plaza de 1ª, como Sevilla.

Pero a fuerza de ser valientes, Salinas, pintor abstracto, se ha descubierto de capa y no precisamente para bien, sólo basta echar un ojo a las hemerotecas y leer sus declaraciones con motivo de una exposición en Guadalcanal para leer sus impresiones de quien cansado de la inercia cultural, comentaba que en cada una de sus exposiciones "la gente me daba la enhorabuena como si fuera un bautizo o una boda".

En la exposición-homenaje a Juan Maestre celebrada en la Maestranza, Manuel Salinas presentó un cuadro con toros desdibujados, fiel a su estilo que nos encantó, pero el miedo al pañuelo verde de la crítica provinciana de taberna en esta ciudad es muy malo y cuando cabía esperar una trasgresión abstracta del cartel taurino nos encontramos con este toro que bien podría pastar en Constantina o en Guadalcanal, pero que está muy alejado del trapío abstracto y colorista que esperábamos de Salinas, la respuesta nos la dio el propio autor en la presentación del cartel, y es que lo hizo pensando en que quería seguir viviendo en la ciudad. Desgraciadamente más de lo mismo…

viernes, 12 de diciembre de 2008

Adiós a la Facultad



Con el traslado de la Facultad de Derecho de la Fábrica de Tabacos, se pierden los recuerdos de tantas generaciones de leguleyos que pasaron por el histórico edificio desde aquel ya lejano 1954, en que la facultad abandonó el antiguo edificio de la Universidad en la calle Laraña, del que tanto conocemos por los textos de José María Izquierdo y Cernuda.
Con el traslado se van también nuestros recuerdos de tantos momentos vividos entre sus pasillos y sus aulas, entre su Biblioteca y su cafetería. Allí permanecerán para siempre tantas enseñanzas aprendidas de tanto pasear por sus pasillos cargados con los códigos y la carpeta, cuantas ocurrencias al entrar bajo el cartel que aún anuncia aquello de Almacén de Elaborados, tantos cafés y paquetes de Ducados entre discusiones sobre tal o cual asignatura, sobre las manías de tal o cual profesor, pero también de las eternas tertulias de cofradías, de toros, del Betis, con los compañeros del día a día, hoy algunos, señores del campo del derecho en todas sus más diversas funciones, y otros, como quien esto escribe, eterno aprendiz de la vida.
Entre sus muros encontramos amigos, sin los que hoy en día nuestra vida sería tan distinta y también se quedaron aquellos desamores que tanto nos hicieron sufrir.
Por sus ventanales, vimos como amanecía en las mañanas frías de invierno y como el sol, nos despedía aún alto, en las luminosas tardes de marzo y abril, en las que siempre nuestra cabeza estaba más en otros sitios que entre aquellos muros, que tanto supieron de historias antiguas de cigarreras.
En su Aula Magna, presidida por aquella tabla pintada de nuestro Catedrático, se encomendaron tantos ante el examen que los llevaba con varias madrugadas en vela, te sonreías ante aquella niña con su carpeta de cofradías que no te hablaba, ¿váyase usted a saber porqué?, o te cruzabas con aquella otra, que cual amor platónico de aquellos años, sabías que era completamente inalcanzable.
Con el traslado de aquella vieja Facultad a la Pirotécnica, se llevarán para siempre aquellas cuestiones materiales que rodearon nuestra vida durante aquellos años, pero por contra siempre permanecerán en nuestro interior, aquellos momentos que vivimos entre sus muros y que permanecerán eternamente en nuestros recuerdos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Exilio


El otro día en una tertulia de amigos, salió la tan manida memoria de quienes se fueron de esta ciudad buscando nuevos horizontes, y surgieron las figuras de quienes se autoexiliaron sin irse y así en estos días he recordado tanto aquellos versos de Juan Sierra, a quien muchos aún reconocen por ser el padre de Joaquín Sierra “Quino” aquel Espartaco del Balompié, ídolo polémico de la afición de las trece barras a finales de los 60, en aquel poemario denominado “Claridad sin fecha” de 1947 que por casualidades del destino llegó a mi vida una fría tarde de lluvia caminando junto al Patrocinio con aquella dedicatoria firmada de puño y letra por el autor de Palma y Cáliz de Sevilla.

Hoy, en esta mañana fría de Diciembre, recuerdo aquel poema denominado “Barrio andaluz”, en que su autor desde su exilio trianero, que para que quiere uno marcharse al otro lado del mundo para exiliarse de la vida, deja entrever tantas cosas a la par que se disfruta del estilo tan personal de Juan Sierra entre Barroco y austero que sigue conmoviéndonos como la primera vez que lo leímos.

Ramas de canela escritas

bajo un leve aliento frío

de lazos, dientes, chinitas

y caracoles de río.

Yo no quiero su albedrío

sujeto ni al fino mando

a que se doblega cuando

abre su mirar profundo.

¡Sentado en el fin del mundo

está Juan Sierra llorando!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Alcemos el vuelo



Hoy, día de Nuestra Señora de Loreto, patrona de la Aviación Española, nos hemos acordado de cuantas veces nuestra madre nos acunó cantándonos el himno de este cuerpo militar tan vinculado a nuestra familia.
Hemos recordado cuantas veces de la mano de nuestro abuelo entrábamos en aquella Parroquia de San Isidoro, tan distinta pero tan parecida a la que entramos ahora, en tardes de paseos por La Alfalfa, a descubrir la miniatura del Plus Ultra en la mano de la Dolorosa que va en un palio que asemeja una casa de oro, y que con el tiempo supe que era la Virgen a la que le rezaba uno de nuestros mejores amigos, al que queremos y apreciamos casi como a un hermano.
Hoy hemos recordado aquellas veces que ibamos a Tablada a recoger alguien y siempre pensabamos que por cualquiera de los angares aparecería el tito Enrique, mientras contemplaba los retablos de la Capilla de la base, soldados formados en jura de bandera en acto de día grande para la aviación española, la bandera que no juramos por avatares de la vida pero que tanto nos gustaría jurar en este acuartelamiento por los lazos que la aviación tienen con tantas cosas relacionadas con este aprendiz de la vida...
Mientras tanto, en esta mañana fría de Diciembre, entonamos desde lo más hondo de nuestra alma, la letra de aquel himno, que compusiera José María Pemán con musica de Dorado, quedándonos, como siempre con el final del citado himno, con la gloria infinita de ser español y la enorme suerte de contar con amigos que cada día le piden a su Virgen de Loreto por todos a los que aprecian.

martes, 9 de diciembre de 2008

Una bandera


"Con el sol de poniente,
en la alta torre,
una bandera..."


Ahí está, orgullosa al aire de Sevilla, una bandera que fue y es simbolo de esta tierra, ahí la teneis, azul y blanca, la bandera Mariana de la Ciudad Mariana por excelencia, esa que a pesar de los siglos, los cardenales y los canónigos, los políticos y los cofrades (que a veces somos también los peores) sigue ondeando en estos días de Diciembre, para dar sentido a ese título que cualquier día algún retrogrado le dará por retirar de la leyenda que acompaña a los de Muy Heroica, Muy Noble, Muy Leal e Invicta de las armas de nuestra ciudad.
En estas tardes de Octava de la Pura y Limpia, de seises de azul ante la Cieguecita y flores a los pies del monumento de la Plaza del Triunfo, al aire de Sevilla, una bandera ondea el íntimo título que esta ciudad guarda para sí, que antes que Roma fue en Sevilla, donde todo el Mundo en General, a voces Reina escogida, dijo que fuisteis, Sevillana, Concebida sin Pecado Original.



De Inmaculada es la noche


Habrán salido temprano, los fríos de Diciembre se abrigaran con la vieja capa, que atesora en coloridas cintas, las labores aprendidas por quienes un día nos apreciaron, nos quisieron y hasta nos enamoraron en aquellas tardes frías de biblioteca, donde entre un café y un cigarro podías entre risas embaucar a alguien para que a cambio de apenas nada, lucieras aquella cinta, que hoy atesoran tantos recuerdos.

La vieja guitarra, callada y esquiva tanto tiempo, aguardaba silenciosa con las cuerdas recién cambiadas volver a revivir en su corazón de madera, el sonido de los bordones que gritaban bajo los balcones.

Y así llegó el momento, las risas que un rato antes tenías con quien tanto has compartido se trastocaban en emoción contenida, cuando al pie del monumento te llegan los recuerdos que atesoras junto a tu viejo traje, la beca verdemar y la capa con las cintas, sientes que suenan tres golpes de pandereta desde el cielo, pandereta de Sevilla que nunca se olvida, y suena como siempre y para siempre la ofrenda de las voces en una canción que une a las generaciones que te acompañan, los que estaban antes de que tú llegaras y los que llegaron después de ti, como ofrenda hecha canción.

De Inmaculada es la noche y a los pies de nuestra Virgen, Blanca y Pura, vuelven a sonar los sones de la estudiantina.

jueves, 4 de diciembre de 2008

En tus manos


Hoy, he ido a verte temprano Señor, tan temprano, que otros días y a esa misma hora, mas que le pese a Carlos Herrera lo escucho adormilado entre las sábanas, pero es que hoy Señor, alma de nuestras vidas, necesitaba ir a verte personalmente.
Hoy ni el frio de la mañana, cuando aún no habían llegado las primeras luces del alba, ni el miedo a la lluvia me importaban, cruzaba tu ciudad entre las luces anaranjadas de las farolas, con el tránsito de los autobuses y de la gente camino de sus trabajos con sólo un pensamiento.
Porque Tú, mi Señor, bien sabías el porqué de mi visita, nunca inesperada porque Tú siempre esperas, pero si a estas horas tempranas a las que no te tengo acostumbrado, Tú que bien sabes que mi primer recuerdo cada mañana es para ti, y que en tus manos, siempre pongo mi amanecer de cada día, he ido a pedirte por alguien que realmente lo necesita.
Camino de tu casa iba por Cardenal Spínola cuando me encontré con la Plaza más bonita del Universo, totalmente cubierta de hojas, bellamente sucia de la naturaleza muerta que le da ese aire especial, de toda la vida, ya había abierto el Sardinero y Miguel acababa de abrir las puertas de tu Basílica, y así entré en tu casa, y tras una mirada a la Madre del Traspaso, subí a tu camarín y te pedi por lo que Tú bien sabes.
Se a ciencia cierta, que en tus manos, Cisquero, está el Imperio de nuestras vidas, pero sólo te pido que si hoy tienes que descuidar un poco de la mía, lo hagas para que tus manos estén pendientes de quien hoy en lecho de la enfermedad te necesita. En Tus manos Señor aguardo y en Tu mirada de bondad, como siempre espero la suprema verdad de tu Gran Poder.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Concu


Igual que en Semana Santa, muchos se despiertan y se encuentran la ciudad engalanada, los pasos montados, los cestillos con las banderitas preparadas y las chucherías perfectamente dispuestas para que la gente que se acerque se lleve esto o aquello, y lo sabemos porque siempre detrás de estas pequeñas cosas, y de las grandes también, están esas personas en las que ya no sabemos si éstas cosas se mantienen así porque están ellos y le imprimieron su carácter y sus formas, o por el contrario fueron éstas cuestiones cotidianas las que los modelaron a sus formas, para que todo fuera siempre como siempre la habíamos conocido.

Igual que en las cofradías o en otras identidades de nuestra ciudad, llegadas estas fechas comprendemos que posiblemente muchas cosas de las que viviremos en los próximos días no serían así, si no hubieran estado personas que trascendieron de lo propio y que forjaron esa identidades y que hoy en día nos harían incapaces de contemplar la historia de nuestra Tuna, si ellos con esa frase eterna, “la institución está por encima de muchas cosas” no hubieran estado siempre ahí dispuestos a dar la cara por la beca verdemar.

Igual que en nuestra Tuna, hay otras, y así podríamos citar nombres que a pesar del paso de los años, siguen siendo santo y seña en sus respectivas estudiantinas, y que aunque sólo se vistan una noche al año tienen para nosotros el respeto que da la antigüedad portando la enseña que a todos nos une.

Hoy, traigo a mi Soberao a uno de estos tunos de Sevilla, que durante años fue, pero que para muchos sigue siendo, el alma mater de la Tuna de la Escuela, quien un día nos colocó la verdemar sobre los hombros, quien aunque esté algo más alejado porque la vida trae bellísimas nuevas responsabilidades, siempre está para aquello que pueda hacer falta, sin pedir nada a cambio y siempre con el abrazo sincero y la mano tendida de quien sabe que en el trabajo callado está el día a día de nuestra institución.

Sin Javier Rufino, Concu, muchos no entenderíamos nuestra Tuna, tan singular en sus formas y en sus modos, pero siempre dispuesto a echar las manos que hagan falta, y es que al menos yo no concebiría mi Tuna sin Concu, ni a Concu sin su Tuna de la Escuela.

Javier es tan parte inseparable de la Tuna de la Escuela, como el caduceo de Mercurio de nuestro escudo, y es por eso que en estas vísperas de la Inmaculada le dedicamos desde estas líneas, este homenaje sincero a su persona, quien siempre fue compañero y mejor amigo con este aprendiz de la vida.

martes, 2 de diciembre de 2008

Una rosa y un poema


Llegamos cansados, el día había sido duro, me dolían los brazos de tanto sacar el capote para hacernos, unos a otros, todos los quites del mundo y es que el toro de anoche se las traía, alguno diría que venía reparado de la vista, pero yo creo que lo que traía era toda la mala leche que imaginarse pudiera y se venía directo al pecho, una y otra vez… ¡una lucha vaya!
Y así, cuando salimos de la plaza, por nuestro propio pie, aquello nos pareció un autentico milagro, tras tanto sufrimiento busqué algo que pudiera reparar la angustia sufrida y recordé que en aquel libro guardaba secretamente, algo que podía consolarme, así que encaminé mis pasos a la estantería y tras tomar aquel libro entre las manos, busqué entre sus páginas el secreto que ocultaba, una rosa blanca junto a un poema de Florencio, una rosa que aún seca y mustia, guardaba toda su belleza junto a aquel romance de quien destilaba toda la gracia del Arenal por sus versos.
Amores secretos y escondidos, que un día, siendo aún un niño llenaron la vida del día después, una filiación secreta, una banderita en la solapa y un amigo, a veces no hay mejor recompensa para un día duro que el pequeño detalle que se oculta en aquel libro blanco en el que se escribe, el día a día de nuestras vidas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Los gozos de Diciembre



Por las esquinas de la vida, nos ha llegado Diciembre con sus gozos y su dulce espera, ya han sonado las notas del Magnificat en el Convento de la Encarnación para la que es Pura y Limpia y Guardiana eterna del Postigo.

Las tardes colegiales, traen ensayos de coplas de Eslava, del Maestro Torres o del Maestro Castillo, y entre los muros, la voz de los ruiseñores, dejarán esa melodía que canta que el Sol es tu vestido.

Pero las hojas del tiempo de la vida, que corren inmisericordes, nos harán volver a soñar como entonces, con ser uno de aquellos niños que hoy sueñan con cubrirse, pluma y sombrero, y danzar, seise de azul, ante la Cieguecita o volver a ser ese estudiante que vuelve a postrarse bajo tus plantas de madrugada.

Y así, eterno trovador, vestido de verde y negro, llegaré ante ti ,en la torre milenaria la bandera, y a los pies de tu pedestal, el rumor de los rezos, la luz de las velas y el aroma de las flores y aquél que un día soñó ser seise para danzar ante ti, cumplirá con su promesa verdemar y volverá a cubrirte con su capa llena de cintas en la madrugada.

Tú y yo sabemos que siempre faltará una cinta, “Mas si mi amor te olvidare…” pero en esta noche de Diciembre volverás a ser de nuevo el bálsamo de nuestra vida, luz que emerge entre guitarras y bandurrias junto al rumor de una pandereta que regresa a Ti, entre el Alcázar y la Catedral, estremecido por los siglos que te aguardan, junto a quienes un día nos precedieron y junto a los que ya, son dignos herederos de lo que un día nos legaron, volveremos, en esta madrugada fría de Diciembre a rondarte, todos juntos, una sóla voz, que canta con toda el alma.

Con Diciembre, llegan sus gozos y mi alma aguarda el momento de volver a vestirse el traje escolar, de volver a llegar bajo tus plantas vestido de verde y negro, y revivir ese momento, mil veces soñado, de volver a rondarte de madrugada.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Tarde de alhucema


Los días de frío de este Noviembre, con las lluvia serena de la pasada tarde trajeron como cada año los primeros aromas de este invierno adelantado, calor de copa, mesa de camilla, tapete de exclusiva cretona inglesa y el aroma inconfundible de la primera alhucema quemada.
Tardes de tertulias eternas, si nos ponemos, ¿porqué no? café, copa y puro tras el almuerzo regado con el mosto del Aljarafe que Pepe Girón pisara en su lagar de Bormujos y las aceitunas nuevas aliñadas del verdeo de este año que acompañaran al cocido de habichuelas y calabaza, si es que no te sorprende antes la ligera cabezada en el sillón, cubierto al calor de la ropa de camilla.
El aroma de la alhucema impregna el ambiente de aromas de pueblo lejano, casas encaladas, y verdina en la azotea, de pronto llegan el café y las infusiones, y con ellos, las yemas de San Leandro, los bollos de Santa Inés y unas tortas de aceite de Castilleja. Sabor de ayer, sabor de hoy, sabor de siempre, para la tertulia que recuerda aquellos recuerdos que se quedaron grabados para siempre, aquella ocurrencia inolvidable del niño que hoy se sonríe y al que aún le brillan los ojillos cuando le recuerdan los cuentos de su niñez ambientados en la plaza más bonita del universo.
Fuera llueve, en tarde de capote, puesto, escopeta y perro pero dentro se disfruta, tardes de noviembre de calor de copa y mesa de camilla, de pronto en medio de la tormenta llega el último rayo de sol de la tarde, el que dora las cúpulas empapadas de azulejos mojados, el oro de la ciudad eterna cubre la estancia mientras se siguen hablando de mil historias en animada tertulia y en el ambiente reina el aroma eterno del sabor de la alhucema.

jueves, 27 de noviembre de 2008

A tu vuelta


Aquel tronco de eucalipto sabe tantas cosas, guarda tantos tesoros, tantos secretos, que cuando llegué de nuevo y lo vi, sólo pude acordarme de los momentos vividos, de los sueños que se cumplieron y de aquellos que algún día se habrán de cumplir.
Ayer volví a sentir la luz de tu sonrisa, el calor de tu mirada y el abrazo sincero de quien me abraza sin pedir nada a cambio, que no hay mayor sinceridad de quien da sin esperar nunca el ser correspondido, porque la correspondencia se devuelve en las pequeñas cosas cotidianas que surgen calladas en el día tras día.
Llegué empapado y con frío a aquel lugar que tú y yo sólo conocemos, ese lugar que guarda el secreto de aquello que vivimos hace años, calle Torneo arriba, Pascual de Gayangos, San Vicente, San Lorenzo, Baños, Redes... calles que guardan el secreto de nuestras cosas y de nuestros encuentros, días de carpetas y sueños truncados por la marcha y la esperanza sincera de que un día se hicieran realidad.
Has vuelto y contigo han vuelto muchas cosas que ya daba por perdidas en las frías noches de soledad, ilusiones que renacen con la luz de tu mirada, el sonido de un viejo disco de José Manuel Soto, Shalaura y "La niña de mis ojos" en una cinta en una capa el corazón prendido de quien hiere en Sevilla y muere siempre contigo, que me hacen recordar tantas cosas y que saben tocar para animarme a seguir viviendo...
En tus manos están mis alegrías y mis penas, por eso quiso Dios un día ponerte en mi vida, a la bajada de aquel puente que desde aquella noche fue siempre nuestro puente.
La calle Torneo abajo nos espera, con sus atardeceres mágicos, como siempre, para tomar fuerzas que vuelvan a llevarnos de la mano a aquello que un día dio sentido a nuestras vidas.

Feliz cumpleaños.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Al tiempo, le pido tiempo...


Decía mi abuela una frase, “Al tiempo, le pido tiempo y el tiempo, tiempo me da” que tanta veces fue bálsamo de nuestras vidas y una frase que creída a pies juntillas fue siempre mi aliada.
El tiempo, dicen, es también el más justo de los jueces, y el que pone las cosas en su lugar, porque mientras haya vida siempre habrá esperanzas y el tiempo puede darle tantas veces la vuelta a la tortilla como ni nos podamos llegar a imaginar.
A día de hoy el tiempo, puede que me haya jugado una mala pasada, quizás el seguir esa frase a pies juntillas pudo ser el mayor fracaso de mi vida y por eso los errores del pasado, hoy afloran en mi alma y puede hacer que mi soledad interior esté pasando este purgatorio que quizás antes otros ya pasaron, y lo que puede aún ser peor para mi desconsuelo, y ya olvidaran, con todo lo que ello podría conllevar.
Sólo un hombre fue capaz de ser vencedor del tiempo, y por eso quizás algunos sienten de Él eso que ya han denominado y no sin razón cristofobia, porque a cada mortal, con esperanza o sin ella, cada segundo que pasa se le acerca el fin de nuestros días, mientras Él se mantiene perenne, vigente y actual, por eso creo en su Gran Poder, porque de su mano nos hará algún día también vencer esta batalla frente al tiempo que siempre trae fecha de caducidad.
Hoy, siento que esa frase de mi abuela, tan bálsamo como fue otras veces, como una de las principales causas por la cual tengo esta cornada del alma, sólo puedo repetírmela a mi mismo, pero no para martirizarme por lo que pudo ser y no fue, sino porque el paso del tiempo puede que sea de nuevo el bálsamo para que cuando pasen los años y pase la vida entera, pueda hasta reirme de lo que en estos momentos estoy sintiendo.
Así, que como cada día me repito esa frase de mi abuela para que vuelva a ser de nuevo el bálsamo que haga de nuevo buena esa frase de al tiempo, le pido tiempo y el tiempo, tiempo me da…

martes, 25 de noviembre de 2008

El Pensador de Sevilla


Cuantas veces habremos contemplado al pasar por Tetuán, el azulejo del Studebaker y habremos creído adivinar en aquella mirada, aquella otra mirada tan nuestra, tan de nuestra niñez de quien fue y es Auxilio de nuestras vidas.

Aquella muchacha con el brazo levantado, señala al Pensador de Rodín, un Pensador igual pero tan distinto, tan nuestro, pintado sobre barro de Triana, que el que estos días se expone en la Plaza Nueva.

Ahí está nuestro Pensador, impresionismo puro, de una modernidad en la que se quedó estancada nuestra ciudad… Fijaos bien en ese Pensador, porque al otro un día cercano se lo llevaran de la Plaza Nueva, pero este cualquier día lo perderemos para siempre, esas son las cosas de esta ciudad…

lunes, 24 de noviembre de 2008

Cerrojazo a la Feria Mundial del Toro


Cuando las cosas no se hacen bien, suelen ocurrir estas cosas, y así FIBES este año excusándose en la crisis ya se ha encargado de anunciar la posibilidad de dar cerrojazo a la Feria Mundial del Toro.

En estos momentos, en que la defensa de la Fiesta y de todo lo que la rodea, se hace tan importante, nos encontramos con una situación que no por anunciada se estaba viendo venir, y si hace un par de años con motivo de la Cumbre de la OTAN en Sevilla, nos quedamos sin la Feria en este año 2008, la celebración de la X edición no fue lo especial que se anunció a bombo y platillo el año anterior y así nos encontramos con una feria en un nivel estancado que no responde a las expectativas, nada creíbles por otro lado, que siempre se han vendido por parte de Fibes sobre este evento.

Esperemos que Fibes y la Unión de Criadores de Toros de Lidia recapaciten para no perder este encuentro mundial de la fiesta en nuestra tierra y que avivados por el interés internacional se sientan espoleados para no perder este evento tan importante para la Fiesta en nuestra tierra.

viernes, 21 de noviembre de 2008

De tu mano


Un día más, vuelvo a asomarme a nuestra Plaza, asido a la mano de quien llenó mi vida de enseñanzas y experiencias, de quien aprendí que la vida hay que vivirla despacio, que las prisas son malas consejeras y que cada día hay que buscar ilusiones nuevas. Hoy, como cada día, pero en especial como cada veintiuno de noviembre, tomo la mano de tus recuerdos, para celebrar ese cumpleaños que sigues cumpliendo en el corazón de quienes tanto te seguimos queriendo.

Y esta tarde, sacaré de esa caja del alma una piruleta, iguales a aquellas que él me compraba en el kiosco de San Lorenzo, y volveré, asido a la mano de sus recuerdos, y sentado en uno de los bancos de piedra a disfrutar ,del paisaje otoñal de hojas caidas, de la plaza más bonita del universo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Perfundet omnia luce


¿Cuántas veces te habré buscado Señor, en el interior de tu Capilla? ¿Cuántas horas habré pasado contemplando tu sueño de Buena Muerte...?¿Cuantas cosas sabemos tú y yo de mis tormentos y de mis pasiones?
Tú mi Catedrático, sabes salir a mi encuentro, amigo que nunca falla, en los momentos cruciales de mi vida, y anoche, reconvertido en Santos Varones, salistes, vaya si salistes, para con tu silencio dictar una de tus lecciones magistrales.
Se que anoche, saliste para poner un rayo de luz a mi vida, para decirme que estabas allí, como siempre, esperándome y que no temiera a la tempestad ni a la tormenta, que todo pasa, que si hoy es fuerte el aguacero, pronto saldrá el sol...
Siempre mi Catedrático dictándole la luz de la vida a su alumno.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Entre olivares


Entre olivares me perdí, en una noche sin luna, buscando la luz de tus ojos, esos que saben llenar de ilusión mi vida, esos que saben poner la sal de mis días. Entre olivares centenarios te perdí, aquella tarde de noviembre, entre la bruma que asolaba los campos cuando volvían los aceituneros de sus labores, con las espuertas llenas de aquel fruto de la vida que floreció por primavera.
Entre olivares, mi Getsemaní particular, sentí el abandono de la vida y quise quedarme dormido para saber si todo aquello era un mal sueño del que despertaría, recostándome acurrucado en mi manta sobre la fría tierra fértil, que dio el oro de nuestra tierra al imperio, y que me despertarían tus caricias llenando mi vida entera de sueños e ilusiones al calor de tu reencuentro.
Entre olivares, espero de nuevo ver aparecer tu figura de aceitunera altiva, belleza agrícola que supo ligar su aceite con el carácter avinagrado de mi ser, para volver a sanar mis heridas, y a la vera del camino, esperando de nuevo tu regreso, como aquella última vez, aguardo de nuevo tu vuelta para volver a sentir de tus labios, el sabor del fruto del olivo que me haga renacer.

martes, 18 de noviembre de 2008

Discursos de la mentira


Por que es noviembre, y el sol, levemente tamizado por un vaho que no llega a ser nube derrama un color de perla en el aire, sobre el blanco de las fachadas, en el fondo de las calles […]

Discurso de la Mentira, Joaquín Romero Murube.


Quien escribe estas líneas tras el prefacio del poeta de Sevilla, nunca conoció la Encarnación que nos arrebataron, la Encarnación del Mercado que nos legó nuestra abuela en aquel canto-nana cuando nos acurrucaba al son de aquel “Aurita Perejil”, la Encarnación que dibujaba a la luz de la tarde de Noviembre Romero Murube y que nos llevaba hasta Pozo Santo.

De la Encarnación de entonces a ahora, ya no queda absolutamente nada, o quizás sólo queda aquello que los hombres nunca podremos cargarnos, a pesar de colocar setas, parasoles y torres Pelli…

A la luz del atardecer de Sevilla, se le podrán llenar de puñales, pero por los vericuetos más insospechados volverá la luz, a buscar iluminar las cúpulas y las calles.

Sevilla de la mentira, de parasoles, metros disfrazados de tranvias y torres Pelli frente a la Sevilla de la verdad que sabe del abandono que bien yace acogido en Pozo Santo, en la Misericordia o La Caridad, bajo unos cartones en la puerta de aquella entidad bancaria o donde habita el olvido entre el Rinconcillo y El Tremendo...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Vuelta a la vida


Quise sentir tu vuelta Señor, y a primera hora del sábado ya estaba de nuevo en tu Plaza, en mi Plaza, esa en la que Tú sabes bien, pasé mi infancia, esa en la que Tú sabes bien, se guardan mis amores, esa que tienen unos bancos de piedra para ver como la vida pasa y se escapa entre mis dedos, entre lágrimas y sonrisas, al ver que lo que ayer era algo a lo que aferrarme, algo mío y nuestro, hoy es como ese barco encerrado en una botella, que puedes mirar la vida entera, pero jamás volveras a ternerlo entre las manos.

Aún tenía fresco los recuerdos de los momentos vividos horas antes, cuando te vi Señor bajo ese balcón que tanto sabía de las saetas de mi abuelo, cuando cerré los ojos y quise sentir el quejío del inicio de una saeta por seguirillas…

Aún tenía el recuerdo Señor, de verte bajo el cancel de San Lorenzo, en ese momento, en que recordé tantas cosas, tantas oraciones, tantos recuerdos, de momentos no vividos que de tanto como nos lo han contado parecías revivirlos en carne propia, allí frente a frente, la mirada del Sin Poder de Dios y la Dulce mirada maternal que conforta para tirar hacia delante.

Pero cuando las primeras luces del día ya iluminaban tu plaza, a pesar del frío, quise sentarme en ella, en ese banco de piedra de mi niñez y revivir lo vivido.

La plaza de nuevo respiraba la vida, que parecía haber perdido en estos meses atrás, el bullicio de la gente se sentía de nuevo, quizás los primeros devotos, la primera boda, marcaban la vida renacida que se notaba en el bullicio recuperado del El Sardinero, la cera aún fresca regaba el camino que va de San Lorenzo a la Basílica, lo que dura una Semana Santa, de un beso al Señor en la madrugada del Domingo a tocar una puerta a la misma hora justo una semana más tarde.

Con Él, ha vuelto la vida a San Lorenzo, y aquí sentado en el banco de piedra de mis recuerdos , contemplo como en estos días de otoño caen las hojas de los plátanos de indias, como siempre fue, y contemplo como la vida pasa, los hombres pasan, pero Él siempre permanece.