¿Qué tienen en común el Real Betis
Balompié con el Guernica de Picasso, con la Argentinita o con Sinrazón, con
Rafael Alberti -Verte y no verte- y Pontevedra, el Graff Zeppelin con Juan
Belmonte, la Esperanza y Joselito, el Ateneo con Pino Montano, Federico y Nueva York, la pila bautismal de San
Lorenzo o con la localidad manchega Manzanares ...?
Hay un nexo de unión entre todos ellos, un nombre poliédrico que se escribe
con letras de oro, y no es otro que el del torero Ignacio Sánchez Mejías. Un
nombre cuyo triángulo decora el correspondiente al Presidente n° 12 del Villamarín,
alguien del que hay quien dice que si en vez de haber sido español hubiera sido
británico o americano su vida hubiera sido llevada a la literatura y seguro que
a la gran pantalla y del que en estos días que se cumple el centenario de su
alternativa en Valencia.
Sánchez Mejías fue a nivel futbolístico quien puso la simiente a finales de
los años 20 y principios de los 30 del gran equipo que obtuvo los laureles del
triunfo del balompié de la época, pero también fue el torero valiente y
arrollador que tenía una deuda con la tauromaquia, pues muerto Joselito la
silla del toreo estaba vacante, y él era el Guardián del Vaticano de la tauromaquia, quien asumió la
púrpura traspasada aquella tarde de Talavera ... Pero además Ignacio fue el
hombre que destacó en otras facetas, ya fuera la empresarial, la aviación, la
deportiva o la literatura.
Hoy 100 años después de su alternativa es de justicia recordar a este genio
con aquello de Lorca en su universal llanto ante el héroe muerto -aires de Roma
andaluza-, que el granadino supo descubrir, pues tardará mucho en nacer si es
que nace un andaluz tan claro, tan rico de aventura, y recordarlo siempre en
algo que nunca podremos olvidar en Bético - y como dijo Gerardo Diego- cómo un
torero... (porque así es como te quiero, como lo que eres, Ignacio, siempre tú,
banderillero.)
Viva siempre el Betis!!!!
Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 18/03/2019