lunes, 2 de febrero de 2009

Mirmana


Jamás olvidaré la primera vez que te tuve entre mis brazos, tenía yo por entonces aaún no había cuimplido los cinco años y tú acababas de abrir los ojos a la vida. Recuerdo, como si fuera ayer aquel momento, y eso que han pasado ya treinta años desde entonces, en la mecedora de aquella salita del 23, que fue durante nuestra niñez lugar de juegos y confidencias. Para mi, hablar de mis hermanos es fácil, porqué somos como somos, tan distintos, pero en el fondo tan iguales…

Hoy, se cumplen treinta años de aquel día en que llegaste a nuestras vidas, quizás fuimos quienes te fuimos abriendo poco a poco la brecha de tantas cosas en esta vida y hasta eso pudo hacer que nos separáramos un poco de ti, pero no dudes nunca que siempre hemos intentadoestar ahí para defenderte de todo aquello que pudiera ocurrirte.

Puede que hoy, cuando nosotros ya andamos lejos de casa, nos veas las cosas igual, que los palos que da la vida, hayan podido caer con más saña sobre ti, y que aquellos días de vino y rosas que todos esperabamos, se avinagraron y marchitaron, por que quizás no tenía la vida predestinada que tu los viviera como todos intuíamos al principio.

Ya se sabe que la vida está llena de sinsabores y de desengaños, pero, estoy completamente seguro de que la vida te tiene reservada vinos de mejores viñas y rosas de otros jardines, que a eces los secretos de sus aromas están en los cuidos que les da el jardinero, así que ya sabes, aunque el cielo tenga negros nubarrones que amenazan tormentas, no hay que volver la cara y dejar de poner la mejor sonrisa, por que no te quepa la menor duda de que cuando más negros puedan ser los nubarrones, aún más azul es el cielo que se esconde tras de ellos y a poco que pasen los días, la luz traspasará las tinieblas y te llenará de alegría anunciando esa nueva primavera que nos espera.

La vida está ahí para que te la bebas poco a poco, día a día, tienes toda una vida por delante, pues al fin y al cabo con treinta años no te queda otra cosa que lanzarte a vivir.

Felicidades, turmano (… y perdona el atrevimiento de cogerte las fotos del fotolog)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te preocupes Aurora, que ya encontrarás a alguien bueno, que beba los vientos por tí, como yo los bebí por tí en mi adolescencia, escondido tras la amistad con tu hermano.

A enemigo que huye puente de plata, dice el refrán. Más vale que haya sido ahora que no dentro de un año.

Un beso "niña de mi infancia"