jueves, 29 de abril de 2010

Causa de nuestra alegría


 
Será a esa hora mágica en que la raya del horizonte, que en Triana se llama Aljarafe, se tiñe de tonos rosáceos y malvas, el sol aún brillará en el cielo pero se verá eclipsado por una mujer chiquitita llena de luz que desde la calle Evangelista irá llenando de resplandores la tarde.
Un cohete romperá la tarde, la calle se llenará de sonrisas y entre los sones de flauta y tamboril de Celedonio, Triana recorrerá su propio barrio…
Las calles esperaran al Milagroso Simpecado engalanadas, antiguas colchas de las abuelas en las ventanas y el suelo alfombrado de romero.
La Niña Rocío va camino de la casa de la Madre, la Señora Santa Ana entre vítores y alabanzas, nos esperan diez días de golpes de abanicos en los primeros bancos, los suspiros de siempre y el humo del incienso que nunca se acaba.
Diez días de reencuentro ante la Virgen Chiquitita, la que es causa de nuestra alegría y ante la que depositamos un día tantos sueños, que hoy son feliz realidad. Ya dijimos una vez que no hay mejores amores que los que son correspondidos, esos que no entienden ni de terceros ni de saludos, y es que ante la Chiquitita nada me falta y todo me sobra, será porque hay amores que son referentes eternamente de nuestra existencia.

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Puerta del cielo y Paloma de la gracia.
¡Como se nos está viniendo el Rocío, Dios mío!
Un abrazo

Anónimo dijo...

En este blog hablan de tu Tuna, y creo que no muy bien. Te dejo el enlace:

http://elninofrito.blogspot.com/2010/05/el-certamen-de-sevilla-y-mi-antigua.html