domingo, 25 de enero de 2009

Días de tren


La estación es un hervidero de gente, desde grupos de jubilados, cada cual por su lado, a novios que se comen a besos, desde estudiantes con la ropa para quince días a turistas ocasionales, desde familias con niños y mascotas, hasta los dos cazadores que parecen recién salidos del catálogo de Burberrys porque vendrán de esas monterías, que por aquello de la crisis este año se han quedado para los cuatro privilegiados que pagaron el coto por adelantado, allí en la cola están todos... la radio nos avisa que al Betis le han marcado en el Colombino y que para el trayecto será mejor dedicárselo a ese libro, fiel compañero, que en esta ocasión viene disfrazado de novela, "Con la noche a cuestas" de Manuel Ferrand.
La cola no avanza, los cazadores discuten por el billete sacado por internet y los móviles en la cola echan humo.
En la cola paralela de la compra de los billetes, dos estudiantes, hablan de arquitectura y las niñas de la familia con perrito, se comen un paquete de gominolas, la vida fugazmente pasa en esta estación mientras fuera diluvia.
Un rayo de sol entra de pronto por la cristalera y nos avisan que nuestro tren ya nos espera rápidamente para llevarnos de nuevo a la ciudad que nos aguarda para descubrirnos cada su mejor secreto, el misterio de su luz.

4 comentarios:

el aguaó dijo...

Buena descripción del ambiente cerrado e íntimo, pero a la vez bullicioso, que vive una estación.

Manuel Ferrand y sus libros. Recuerdo "Calles de Sevilla".

Un abrazo amigo Pepe Luis.

rocio_siempre_rocio dijo...

tras un largo tiempo de retiro por asuntos personales,d nuevo vuelvo a estar dando guerra por los blogs q mas m gustan,como es el tuyo,un saludo...

La gata Roma dijo...

Me encanta el tren y todo lo que le rodea, y eso que tengo aventuras y desventuras en él como para hacer mi propia novela…
Me encantó tu entrada.
Kisses

Anónimo dijo...

Não participa de palestras, conferências, cursos e acha tudo isso uma bobagem;