lunes, 27 de mayo de 2019

Renovarse para revivir


El golpe en la mesa de Roca Rey hace unos días en Madrid, cuando reventó la Puerta Grande de verdad, poniendo a todo el mundo de acuerdo, con un autentico faenon, junto con la ya histórica tarde de Pablo Aguado en Sevilla, amén de los triunfos de otro toreros, los recientes de David de Miranda o Emilio de Justo y Diego Urdiales ha metido el dedo en la llaga de quienes conformistas con los tres cuartos de plaza en cualquier otra plaza, imponen carteles con nulo interés para el aficionado, pero que son salvados por la vitola de anunciar a toreros mediáticos que a la postre consiguen llevar a público ajeno a las plazas.
La renovación de los carteles exige la inclusión de toreros como Roca Rey, que a la vista está, llena tarde tras tarde, acercando a los cosos a gente que en los tiempos que corren es ya una autentica proeza, acompañado de toreros que por su particular interés, como es el caso de Pablo Aguado puedan complementar al mediático, porque la mejor defensa del toreo es la excelencia del espectáculo, y si es menester, con una figura consagrada por delante, como siempre fue, a pesar del taurinismo militante que pone sus intereses por delante de la propia fiesta.
Sin la publicidad de la televisión, apenas un reducto en la pública y casi una quimera en las privadas, a no ser que haya grandes triunfos o graves percances, que haya toreros que esten suscitando el interés de gente ajena a la fiesta es ya de por si una gran noticia, que revela la demanda real que hay de la Fiesta en la sociedad actual, pese a los anuncios catastrófistas y la realidad de quienes dan cobertura a los tres y el perro de la pancarta frente a los que llenan las plazas tarde tras tarde.
Y es que como dijo nuestro simpar Presidente, Ignacio Sanchez Mejías:
 «El toreo no es una crueldad sino un milagro. Es la representación dramática del triunfo de la vida sobre la muerte».

 Foto: EFE

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 27/05/2019

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