martes, 23 de abril de 2019

Volver



El Domingo de Resurrección siempre es día de reencuentros en el Baratillo, tertulia de cabales en el triangulo formado por Ventura, El Punto y El Taquilla, con la Virgen de la Caridad recibiendo en su palio, las miradas de la semana de la vida que se nos escapa como el agua entre las manos. Volver a la postre a sentir y a soñar en nuestra Plaza, aunque ésta una vez más nos prive de sus propias sensibilidades, que se echó en falta un minuto de silencio para rezar un padrenuestro por tantos como se nos han ido desde que se echó el cerrojazo el 12 de octubre con aquella tarde triunfal de sabor macareno.
Cartel de tronío, para resucitar en el Arenal, toros de Garcigrande para un Juli con su maestría siempre dispuesta, con Manzanares, consentido de Sevilla y con Roca Rey del que esperamos que esta sea la gran Feria de su consagración en Sevilla.
Cartel de expectación y a la postre, lo mismo de siempre, la miel en los labios que si no llega a la desilusión poco le falta. Un nombre por encima de todos, Duplicado, un toro moderno que quien sabe si en otros tiempos y en esas mismas manos, no estaríamos hablando ahora mismo de un triunfo mayor, un maestro El Juli al que quizás le vimos los mejores momentos de la corrida,,con un toreo poderoso con la derecha y suave con la izquierda y un Roca Rey que en el sexto dejó claro que venía dispuesto a todo, aunque en Sevilla no gusten estas temeridades.La vida es así...
Los clarines de la temporda sevillana sólo han empezado a sonar.

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