La tarde no pasará a la historia de la tauromaquia, para que nos vamos a engañar, pero sólo por la satisfacción de ver la belleza de los novillos de Cuadri en la plaza ya merecía la pena por ver algo distinto, en esta feria en la que nos jartaran, y esperemos que no se nos atraganten, de toritos de Domecq.
De los novilletes de Cuadri de esta tarde, a pesar de que hasta seís hubieron de volver a Comeuñas por exceso de peso, hay uno que ha sido magnífico, de nombre Quejoso, negro zaíno marcado con el número 48, lidiado en primer lugar y que le correspondió en suerte (o en mala suerte) al novillero Pepe Moral.
Quejoso, era ese novillo soñado para pegar el arreón -y más en puertas como está el de Los Palacios de tomar la alternativa- con un pitón derecho bueno, pero con un izquierdo para soñar el toreo.
Pero a veces los novilleros no quieren o lo que es peor no saben aprovechar las oportunidades y cuando se dan cuenta y ven aquello que está viendo todo el mundo, ya es demasiado tarde y aunque consigan enderezarlo, como afortunadamente fue el caso, todo sabe a poco y al final el premio de la vuelta al ruedo tras la petición de oreja minoritaria no hace justicia, porque la mayor ovación se la llevó posiblemente el utrero en el arrastre y para ser realistas nadie recordaba el paseo por el anillo de Pepe Moral, porque de lo que realmente hablaba la gente cuando salía de la plaza bajo la tímida lluvia de abril, era del primer novillo de la tarde.
De los novilletes de Cuadri de esta tarde, a pesar de que hasta seís hubieron de volver a Comeuñas por exceso de peso, hay uno que ha sido magnífico, de nombre Quejoso, negro zaíno marcado con el número 48, lidiado en primer lugar y que le correspondió en suerte (o en mala suerte) al novillero Pepe Moral.
Quejoso, era ese novillo soñado para pegar el arreón -y más en puertas como está el de Los Palacios de tomar la alternativa- con un pitón derecho bueno, pero con un izquierdo para soñar el toreo.
Pero a veces los novilleros no quieren o lo que es peor no saben aprovechar las oportunidades y cuando se dan cuenta y ven aquello que está viendo todo el mundo, ya es demasiado tarde y aunque consigan enderezarlo, como afortunadamente fue el caso, todo sabe a poco y al final el premio de la vuelta al ruedo tras la petición de oreja minoritaria no hace justicia, porque la mayor ovación se la llevó posiblemente el utrero en el arrastre y para ser realistas nadie recordaba el paseo por el anillo de Pepe Moral, porque de lo que realmente hablaba la gente cuando salía de la plaza bajo la tímida lluvia de abril, era del primer novillo de la tarde.
1 comentario:
Bueno, no hemos empezado mal del todo…
A ver si como dices no se nos atraganta tanto Domec, aunque de un tiempo a esta parte el tema de las ganaderías es como poco, para sentarse a hablar…
Kisses
Publicar un comentario