martes, 21 de abril de 2009

Las paredes hablan


Hay veces que las paredes, más que hablar, parecen que gritaran. La ciudad ha de crecer pero no por ello debe de perder su fisonomía y su carácter.
Ayer camino de casa de mis padres, la pared de una especie de garita de un nuevo aparcamiento parecía lamentarse a gritos de la perdida de tantas cosas, ¿cuántas veces habré pasado por ese lugar hoy tan distinto, que era tan cotidiano cuando veníamos del colegio o salíamos cada mañana en tiempos no tan lejanos?.
Recuerdos que se han borrado para siempre, de la fisonomía de una zona que empezó a cambiar antes de la expo de 92, y que aún hoy parecen no dar con la tecla para dejarla como tiene que estar.
Los cambios cuando son necesarios hay que hacerlos, pero una cosa es hacer cambios que no lo parezcan y otra muy distinta cambiar la fisonomía de un barrio, porque en vez de ganar, quienes de verdad terminaremos perdiendo seremos aquellos que un día tuvimos la dicha de crecer por sus calles.
La vida pasa y con ella vienen cambios, pero hay cambios que duelen en el alma, porque sientes cuantas cosas hemos perdido para siempre.

1 comentario:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Habría que poner ese cartel en tantos barrios.
Desgraciadamente es lo que nos queda contemplar.
Saludos.