viernes, 28 de noviembre de 2008

Tarde de alhucema


Los días de frío de este Noviembre, con las lluvia serena de la pasada tarde trajeron como cada año los primeros aromas de este invierno adelantado, calor de copa, mesa de camilla, tapete de exclusiva cretona inglesa y el aroma inconfundible de la primera alhucema quemada.
Tardes de tertulias eternas, si nos ponemos, ¿porqué no? café, copa y puro tras el almuerzo regado con el mosto del Aljarafe que Pepe Girón pisara en su lagar de Bormujos y las aceitunas nuevas aliñadas del verdeo de este año que acompañaran al cocido de habichuelas y calabaza, si es que no te sorprende antes la ligera cabezada en el sillón, cubierto al calor de la ropa de camilla.
El aroma de la alhucema impregna el ambiente de aromas de pueblo lejano, casas encaladas, y verdina en la azotea, de pronto llegan el café y las infusiones, y con ellos, las yemas de San Leandro, los bollos de Santa Inés y unas tortas de aceite de Castilleja. Sabor de ayer, sabor de hoy, sabor de siempre, para la tertulia que recuerda aquellos recuerdos que se quedaron grabados para siempre, aquella ocurrencia inolvidable del niño que hoy se sonríe y al que aún le brillan los ojillos cuando le recuerdan los cuentos de su niñez ambientados en la plaza más bonita del universo.
Fuera llueve, en tarde de capote, puesto, escopeta y perro pero dentro se disfruta, tardes de noviembre de calor de copa y mesa de camilla, de pronto en medio de la tormenta llega el último rayo de sol de la tarde, el que dora las cúpulas empapadas de azulejos mojados, el oro de la ciudad eterna cubre la estancia mientras se siguen hablando de mil historias en animada tertulia y en el ambiente reina el aroma eterno del sabor de la alhucema.

jueves, 27 de noviembre de 2008

A tu vuelta


Aquel tronco de eucalipto sabe tantas cosas, guarda tantos tesoros, tantos secretos, que cuando llegué de nuevo y lo vi, sólo pude acordarme de los momentos vividos, de los sueños que se cumplieron y de aquellos que algún día se habrán de cumplir.
Ayer volví a sentir la luz de tu sonrisa, el calor de tu mirada y el abrazo sincero de quien me abraza sin pedir nada a cambio, que no hay mayor sinceridad de quien da sin esperar nunca el ser correspondido, porque la correspondencia se devuelve en las pequeñas cosas cotidianas que surgen calladas en el día tras día.
Llegué empapado y con frío a aquel lugar que tú y yo sólo conocemos, ese lugar que guarda el secreto de aquello que vivimos hace años, calle Torneo arriba, Pascual de Gayangos, San Vicente, San Lorenzo, Baños, Redes... calles que guardan el secreto de nuestras cosas y de nuestros encuentros, días de carpetas y sueños truncados por la marcha y la esperanza sincera de que un día se hicieran realidad.
Has vuelto y contigo han vuelto muchas cosas que ya daba por perdidas en las frías noches de soledad, ilusiones que renacen con la luz de tu mirada, el sonido de un viejo disco de José Manuel Soto, Shalaura y "La niña de mis ojos" en una cinta en una capa el corazón prendido de quien hiere en Sevilla y muere siempre contigo, que me hacen recordar tantas cosas y que saben tocar para animarme a seguir viviendo...
En tus manos están mis alegrías y mis penas, por eso quiso Dios un día ponerte en mi vida, a la bajada de aquel puente que desde aquella noche fue siempre nuestro puente.
La calle Torneo abajo nos espera, con sus atardeceres mágicos, como siempre, para tomar fuerzas que vuelvan a llevarnos de la mano a aquello que un día dio sentido a nuestras vidas.

Feliz cumpleaños.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Al tiempo, le pido tiempo...


Decía mi abuela una frase, “Al tiempo, le pido tiempo y el tiempo, tiempo me da” que tanta veces fue bálsamo de nuestras vidas y una frase que creída a pies juntillas fue siempre mi aliada.
El tiempo, dicen, es también el más justo de los jueces, y el que pone las cosas en su lugar, porque mientras haya vida siempre habrá esperanzas y el tiempo puede darle tantas veces la vuelta a la tortilla como ni nos podamos llegar a imaginar.
A día de hoy el tiempo, puede que me haya jugado una mala pasada, quizás el seguir esa frase a pies juntillas pudo ser el mayor fracaso de mi vida y por eso los errores del pasado, hoy afloran en mi alma y puede hacer que mi soledad interior esté pasando este purgatorio que quizás antes otros ya pasaron, y lo que puede aún ser peor para mi desconsuelo, y ya olvidaran, con todo lo que ello podría conllevar.
Sólo un hombre fue capaz de ser vencedor del tiempo, y por eso quizás algunos sienten de Él eso que ya han denominado y no sin razón cristofobia, porque a cada mortal, con esperanza o sin ella, cada segundo que pasa se le acerca el fin de nuestros días, mientras Él se mantiene perenne, vigente y actual, por eso creo en su Gran Poder, porque de su mano nos hará algún día también vencer esta batalla frente al tiempo que siempre trae fecha de caducidad.
Hoy, siento que esa frase de mi abuela, tan bálsamo como fue otras veces, como una de las principales causas por la cual tengo esta cornada del alma, sólo puedo repetírmela a mi mismo, pero no para martirizarme por lo que pudo ser y no fue, sino porque el paso del tiempo puede que sea de nuevo el bálsamo para que cuando pasen los años y pase la vida entera, pueda hasta reirme de lo que en estos momentos estoy sintiendo.
Así, que como cada día me repito esa frase de mi abuela para que vuelva a ser de nuevo el bálsamo que haga de nuevo buena esa frase de al tiempo, le pido tiempo y el tiempo, tiempo me da…

martes, 25 de noviembre de 2008

El Pensador de Sevilla


Cuantas veces habremos contemplado al pasar por Tetuán, el azulejo del Studebaker y habremos creído adivinar en aquella mirada, aquella otra mirada tan nuestra, tan de nuestra niñez de quien fue y es Auxilio de nuestras vidas.

Aquella muchacha con el brazo levantado, señala al Pensador de Rodín, un Pensador igual pero tan distinto, tan nuestro, pintado sobre barro de Triana, que el que estos días se expone en la Plaza Nueva.

Ahí está nuestro Pensador, impresionismo puro, de una modernidad en la que se quedó estancada nuestra ciudad… Fijaos bien en ese Pensador, porque al otro un día cercano se lo llevaran de la Plaza Nueva, pero este cualquier día lo perderemos para siempre, esas son las cosas de esta ciudad…

lunes, 24 de noviembre de 2008

Cerrojazo a la Feria Mundial del Toro


Cuando las cosas no se hacen bien, suelen ocurrir estas cosas, y así FIBES este año excusándose en la crisis ya se ha encargado de anunciar la posibilidad de dar cerrojazo a la Feria Mundial del Toro.

En estos momentos, en que la defensa de la Fiesta y de todo lo que la rodea, se hace tan importante, nos encontramos con una situación que no por anunciada se estaba viendo venir, y si hace un par de años con motivo de la Cumbre de la OTAN en Sevilla, nos quedamos sin la Feria en este año 2008, la celebración de la X edición no fue lo especial que se anunció a bombo y platillo el año anterior y así nos encontramos con una feria en un nivel estancado que no responde a las expectativas, nada creíbles por otro lado, que siempre se han vendido por parte de Fibes sobre este evento.

Esperemos que Fibes y la Unión de Criadores de Toros de Lidia recapaciten para no perder este encuentro mundial de la fiesta en nuestra tierra y que avivados por el interés internacional se sientan espoleados para no perder este evento tan importante para la Fiesta en nuestra tierra.

viernes, 21 de noviembre de 2008

De tu mano


Un día más, vuelvo a asomarme a nuestra Plaza, asido a la mano de quien llenó mi vida de enseñanzas y experiencias, de quien aprendí que la vida hay que vivirla despacio, que las prisas son malas consejeras y que cada día hay que buscar ilusiones nuevas. Hoy, como cada día, pero en especial como cada veintiuno de noviembre, tomo la mano de tus recuerdos, para celebrar ese cumpleaños que sigues cumpliendo en el corazón de quienes tanto te seguimos queriendo.

Y esta tarde, sacaré de esa caja del alma una piruleta, iguales a aquellas que él me compraba en el kiosco de San Lorenzo, y volveré, asido a la mano de sus recuerdos, y sentado en uno de los bancos de piedra a disfrutar ,del paisaje otoñal de hojas caidas, de la plaza más bonita del universo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Perfundet omnia luce


¿Cuántas veces te habré buscado Señor, en el interior de tu Capilla? ¿Cuántas horas habré pasado contemplando tu sueño de Buena Muerte...?¿Cuantas cosas sabemos tú y yo de mis tormentos y de mis pasiones?
Tú mi Catedrático, sabes salir a mi encuentro, amigo que nunca falla, en los momentos cruciales de mi vida, y anoche, reconvertido en Santos Varones, salistes, vaya si salistes, para con tu silencio dictar una de tus lecciones magistrales.
Se que anoche, saliste para poner un rayo de luz a mi vida, para decirme que estabas allí, como siempre, esperándome y que no temiera a la tempestad ni a la tormenta, que todo pasa, que si hoy es fuerte el aguacero, pronto saldrá el sol...
Siempre mi Catedrático dictándole la luz de la vida a su alumno.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Entre olivares


Entre olivares me perdí, en una noche sin luna, buscando la luz de tus ojos, esos que saben llenar de ilusión mi vida, esos que saben poner la sal de mis días. Entre olivares centenarios te perdí, aquella tarde de noviembre, entre la bruma que asolaba los campos cuando volvían los aceituneros de sus labores, con las espuertas llenas de aquel fruto de la vida que floreció por primavera.
Entre olivares, mi Getsemaní particular, sentí el abandono de la vida y quise quedarme dormido para saber si todo aquello era un mal sueño del que despertaría, recostándome acurrucado en mi manta sobre la fría tierra fértil, que dio el oro de nuestra tierra al imperio, y que me despertarían tus caricias llenando mi vida entera de sueños e ilusiones al calor de tu reencuentro.
Entre olivares, espero de nuevo ver aparecer tu figura de aceitunera altiva, belleza agrícola que supo ligar su aceite con el carácter avinagrado de mi ser, para volver a sanar mis heridas, y a la vera del camino, esperando de nuevo tu regreso, como aquella última vez, aguardo de nuevo tu vuelta para volver a sentir de tus labios, el sabor del fruto del olivo que me haga renacer.

martes, 18 de noviembre de 2008

Discursos de la mentira


Por que es noviembre, y el sol, levemente tamizado por un vaho que no llega a ser nube derrama un color de perla en el aire, sobre el blanco de las fachadas, en el fondo de las calles […]

Discurso de la Mentira, Joaquín Romero Murube.


Quien escribe estas líneas tras el prefacio del poeta de Sevilla, nunca conoció la Encarnación que nos arrebataron, la Encarnación del Mercado que nos legó nuestra abuela en aquel canto-nana cuando nos acurrucaba al son de aquel “Aurita Perejil”, la Encarnación que dibujaba a la luz de la tarde de Noviembre Romero Murube y que nos llevaba hasta Pozo Santo.

De la Encarnación de entonces a ahora, ya no queda absolutamente nada, o quizás sólo queda aquello que los hombres nunca podremos cargarnos, a pesar de colocar setas, parasoles y torres Pelli…

A la luz del atardecer de Sevilla, se le podrán llenar de puñales, pero por los vericuetos más insospechados volverá la luz, a buscar iluminar las cúpulas y las calles.

Sevilla de la mentira, de parasoles, metros disfrazados de tranvias y torres Pelli frente a la Sevilla de la verdad que sabe del abandono que bien yace acogido en Pozo Santo, en la Misericordia o La Caridad, bajo unos cartones en la puerta de aquella entidad bancaria o donde habita el olvido entre el Rinconcillo y El Tremendo...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Vuelta a la vida


Quise sentir tu vuelta Señor, y a primera hora del sábado ya estaba de nuevo en tu Plaza, en mi Plaza, esa en la que Tú sabes bien, pasé mi infancia, esa en la que Tú sabes bien, se guardan mis amores, esa que tienen unos bancos de piedra para ver como la vida pasa y se escapa entre mis dedos, entre lágrimas y sonrisas, al ver que lo que ayer era algo a lo que aferrarme, algo mío y nuestro, hoy es como ese barco encerrado en una botella, que puedes mirar la vida entera, pero jamás volveras a ternerlo entre las manos.

Aún tenía fresco los recuerdos de los momentos vividos horas antes, cuando te vi Señor bajo ese balcón que tanto sabía de las saetas de mi abuelo, cuando cerré los ojos y quise sentir el quejío del inicio de una saeta por seguirillas…

Aún tenía el recuerdo Señor, de verte bajo el cancel de San Lorenzo, en ese momento, en que recordé tantas cosas, tantas oraciones, tantos recuerdos, de momentos no vividos que de tanto como nos lo han contado parecías revivirlos en carne propia, allí frente a frente, la mirada del Sin Poder de Dios y la Dulce mirada maternal que conforta para tirar hacia delante.

Pero cuando las primeras luces del día ya iluminaban tu plaza, a pesar del frío, quise sentarme en ella, en ese banco de piedra de mi niñez y revivir lo vivido.

La plaza de nuevo respiraba la vida, que parecía haber perdido en estos meses atrás, el bullicio de la gente se sentía de nuevo, quizás los primeros devotos, la primera boda, marcaban la vida renacida que se notaba en el bullicio recuperado del El Sardinero, la cera aún fresca regaba el camino que va de San Lorenzo a la Basílica, lo que dura una Semana Santa, de un beso al Señor en la madrugada del Domingo a tocar una puerta a la misma hora justo una semana más tarde.

Con Él, ha vuelto la vida a San Lorenzo, y aquí sentado en el banco de piedra de mis recuerdos , contemplo como en estos días de otoño caen las hojas de los plátanos de indias, como siempre fue, y contemplo como la vida pasa, los hombres pasan, pero Él siempre permanece.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Señor de San Lorenzo


Hoy, Señor de la Ciudad, en tu vuelta a tu casa, serás aún más el Señor de tu barrio, veremos tu silueta hecha sombra reflejada en las cales de los muros de las casas de tus vecinos, casas que muchas nunca fueron testigos de la última vez que pasastes por allí. Hoy, serás aún más el Señor de la gente de su barrio, adonde llegastes de San Acasio en 1703, pero donde no debemos de olvidar, que nuestra Hermandad tuvo durante siglos su morada, pues no en vano, se fundó en Calatrava y en Santiago de la Espada tuvo su sede durante tantos años.
Hoy Señor, cuando te despidan tus Capuchinas, iniciarás un recorrido por esas calles en la que en las horas altas del Jueves Santo, en fila, uno detrás de otro y manteniendo la distancia que marcan las reglas, se llenan de las negras sombras de tus nazarenos que se acercan hasta ti. Son esas mismas calles, por las que en la mañana de cualquier viernes del año, se acercan tus devotos, para dejar en Tu Talón el beso de su fe, serán esas mismas calles del día a día, que tanto saben de carreras apresuradas para los colegios de todos los tiempos, Las Esclavas, Las Salesianas, El Nuevo Liceo, Las Mercedarias,... de las compras en las tiendecitas del Barrio, de la gente tranquila que comparten contigo sus devociones, Soledad, Dulce Nombre, Buen Fin, Pastora...
En esta noche Señor, serás aún más el Dios de la Ciudad encarnado en su barrio, el Señor de los azulejos de las casas, el Señor de las cabeceras de los enfermos, el Señor que es ungüento para quienes sufren calladamente las heridas de la vida... Tú mi Señor, pasarás esta noche a nuestra vera, y habrá quien toque a quienes te portan para después santiguarse como si huberian rozado cualquier trozo de tu túnica.
Hoy Señor de San Lorenzo, en Tus Manos, como cada día, estará el imperio de nuestras vidas.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Corazones traspasados


Mañana, fijaos bien en esos nazarenos que a cara descubierta, portan los cirios blancos que tras el Señor, anteceden a su Madre.
Fijaos bien, porque muchos de ellos, son quienes la escoltan en la Madrugada, nazarenos de ruan con cirio en alto, parejas nombradas, cruces tras su paso, diputados, canastillas…
Ahí están, los que acompañan cada día al Traspaso de María, podríamos decir sus nombres casi de memoria corrida, devoción que traspasa el alma de padres a hijos, devoción callada de quienes llegan buscando al Señor y se encuentran con nuestra Virgen Dulce y Pequeña, como un día la llamara Ernesto Juliá.
Fijaos bien, en el traslado, porque entre sus cirios va la semilla de quienes buscando al Gran Poder fueron traspasados por la espada del amor de su Madre, los que se saben de memoria el pliegue de su manto en la Madrugada, los que escuchan y no ven como se acerca la Madre Dolorosa, los que no se quedan tranquilos hasta que los cuatro zancos de su paso no se han posado sobre el mármol de la Basílica.
Tras el Señor siempre viene su madre y con Ella los corazones traspasados que son legión callada del día a día de la vida interna de esta Hermandad y que tienen grabada a fuego en su alma la marca más secreta y hermosa de esta Cofradía, esa que se repite silenciosamente en sus varas o en los lugares más secretos y hermosos de su Basílica.

La última mirada


Bajaron temprano, sabían que era la última oportunidad de mirarlo frente a frente, el Dios de la Ciudad aguardaba, manso cual cordero camino del sacrificio desconocido, en el lugar donde lo colocaron cuando llegó hace ya casi seis meses.
Por entre los gruesos barrotes de la Clausura lo miraron, le rezaron, lo veneraron, igual que cada día hacen con su Esposo, con su Amado, pero saben que la imagen del Hijo del Hombre al que veneraron sus mayores, al que incluso alguna desconocía viviendo tan cerca y que conocían por las fotos que dejaron sus devotos en sus visitas al cenobio, se marchaba, pero les dejaba la paz de su mirada.
Así en esta mañana, aún cuando el sol ni siquiera había apuntado su primer rayo de sol en la torre de San Lorenzo, lo miraron frente a frente, saben que su mirada quedará siempre habitando en estos muros, porque ya habitaba en ellos antes de que llegara su presencia, pero el Hijo del Hombre, que venía a hospedarse a Santa Rosalía por algunos meses, se marchará en unas horas, y ellas no olvidan aquel momento en que lo volvieron a ver tras tantos años, algunas por primera vez, esperándolas tras los barrotes.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La vuelta


Con los puntos aún frescos, pero con el amor propio de quien no sabe dejar las cosas a medio hacer, y aunque tenga que sentir el dolor de las heridas sangrantes que rondan mi alma, porque uno no puede dejar las cosas de la vida al margen, me anuncio de nuevo en mi Soberao, con el cartel de mi vida, la cual ofrezco sin trampa ni cartón ante el burel de los sentimientos, con la sola ayuda de la muleta planchada de mis palabras.
Hoy con el alma rota, pero zurcida con los pocos puntos de los días y de las horas, buscando reencontrar la ilusión que un día le dió sentido a mi vida, me vuelvo a asomar a la tronera del burladero, con mi capotillo en las manos, para volver a ofrecer, mi verdad.

Sólo puedo decir:
Que mi Dios, que habita en San Lorenzo, reparta suerte y no se aparte de mi.

viernes, 7 de noviembre de 2008

La espantá


Decía el genial Rafael El Gallo, que “las broncas se las lleva el viento y las cornás se la lleva uno”, llevo algun tiempo viviendo eso que alguien llamó una noche oscura. Mi alma en estos días fríos de Noviembre, anda triste y compungida, quizás las cornadas de la vida te golpean el alma y aunque intentas remontar el vuelo, este tipo de heridas tienen lenta recuperación, lo que influye en que la ilusión de cada mañana por subir algo al Soberao ya no sea tal, e incluso llegue a atosigarme.

Las razones de este mal, son muchas y diversas, pero lo que más me preocupa es la ilusión perdida, y es que las ilusiones son necesarias para vivir, y sin ellas no vamos a ningún lado.

Y así he recordado aquello que me contaron de aquel genial torero sevillano, Pepín Martín Vázquez, al que muchos recuerdan por su papel en Currito de la Cruz junto a Nati Mistral. Cuentan que aquel torero de Sevilla, un día dejó de tener ilusión al contemplar el vestido de torear en la silla del hotel, y que ese fue su fin.

Hoy, con el alma herida y la ilusión perdida, con lágrimas de tristeza, doy una espantá y cierro por algún tiempo mi Soberao, sólo la vida sabe si algún día volveré a abrirlo.

Gracias a todos los que habéis estado alguna vez en él.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Ignacio Sanchez Mejías, más allá del toreo


Mucho más que las lágrimas de Lorca en la elegía de su muerte, tras la cogida de Manzanares, mucho más que el cuñado de José, testigo directo de la tragedia de este último en Talavera, Ignacio Sánchez Mejías, matador de toros, era quizás un bohemio, quizás un soñador o quizás un espíritu aventurero imposible de domar, que iba por delante de su tiempo y que vivió de manera intensa y singular dentro fuera de las plazas.
Sin ir más lejos Andrés Amorós en su magnífica biografía lo comparó con Pablo Ruiz Picasso, Charles Chaplin o con Lawrence de Arabia y posiblemente de haber nacido norteamericano, sería fuente de inspiración para obras cinematográficas.
Curiosamente ese comentario has ido la fuente en la que se han inspirado recogido en el documental Ignacio Sanchez Mejías, más allá del toreo, que será estrenado en los próximos días en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
De él dijeron que como torero, se inventaba el peligro, que como persona era arrogante y altivo y que fue beneficiado por su parentesco con Joselito para entrar en los carteles.
Se enfrentó a los empresarios en su defensa del libre mercado, por lo que fue vetado para torear en Sevilla, por lo que tras acordarlo con el matador, banderilleó para de paisano un toro en la Maestranza, entre la aclamación del público. Los críticos, conchabados con las empresas lo atacaban, lo que motivó que se convirtiera en crítico de sus propias actuaciones, en el periódico La Unión.
Tras marcharse de los ruedos en 1927, en su casa nació la Generación del 27 e influenciado por estos escribió varias obras literarias, algunas con gran éxito, siendo conferenciante ocasional, pero no se quedó ahí pues también fue actor de cine, jugador de polo, automovilista, promotor fallido de un aeropuerto en Sevilla, presidente de la Cruz Roja o Presidente del Betis Balompié, el cual bajo su mandato construyó la primera cubierta de España en el campo del Patronato.
Tras volver a los toros, en 1934, el destino, como a José,e n Talavera, le tenía deparada una cita con la muerte en Manzanares, y como José aquel día sustituyendo a Rafael, Ignacio iba para sustituir a Domingo Ortega.
Sólo y sin cuadrilla, llegó el mismo a sacar las dos bolitas que le tocaron en suerte, en una de ellas, iba marcado el número 16, correspondiente a Granadino, cuya cornada le costaría tres días más tarde la vida…
Aires de eterna Roma Andaluza, para este triunfador de la vida, Ignacio Sánchez Mejías, que como dijera Lorca de él:
«Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura...».



miércoles, 5 de noviembre de 2008

Castañas asadas



Los primeros fríos de Noviembre, me han traído el recuerdo de las castañas asadas, esas que te venden en cualquier esquina de nuestra ciudad desde el pasado mes de Septiembre. Castañas de Galaroza, de Robledo, de Aracena, que como cada Noviembre nos traen a este Soberao el recuerdo del milagro de las castañas de D. Bosco, que tanto celebrábamos en nuestro colegio trianero.

Hoy, cuando vemos lejanos aquellos días colegiales, que recordamos con la nostalgia de lo vivido, volvemos a comprar un cartuchito de castañas asadas y recordamos aquella bonita historia de aquellas castañas de Turín, que cada Noviembre se recuerda en los colegios salesianos con la tradicional castañada, que como el milagro de los panes y los peces, acrecentaron la santidad de quien hizo ese modelo de educación que es divisa de nuestra vida : “ser buen cristiano y honrado ciudadano”.

Las alpargatas del Pescador


Aún recuerdo aquella mañana lluviosa de Noviembre, aquel altar majestuoso, digno para toda una Catedral, pero montado en la explanada de la feria, al aire libre, aún me recuerdo sentado ante el televisor en casa de mis abuelos y la voz del Santo Padre, el baile de los Seises, vestidos de celeste, color de Sevilla, las mantillas y las tocas negras y blancas de las hermanas de la Cruz.
Aquella mañana en que Juan Pablo II elevó a los altares a Sor Angela, a quienes los sevillanos siempre llamaron Madre Angelita, fue para nosotros inolvidable y aún se me estremece el alma cuando recuerdo al sucesor de San pedro postrado de rodillas ante nuestra devoción íntima y antigua de la Virgen de los Reyes, el ombligo de nuestras devociones o aquel momento, en que rezó ante quien para tantas jovenes fue y es espejo donde mirarse para abrazar la Cruz y que aquel día como alguien dijo le habáin dado la alternativa para poder subir a los altares y que años más tarde se canonizaría en Madrid, privándonos a tantos de haber visto a Sor Angela sobre la columnata de Bernini.
Hace un par de años tuvimos la oportunidad en Roma de rezar ante la tumba de este Papa Grande, que años antes nos bendijera desde el balcón del Palacio Arzobispal, y aquel día arrodillado ante él, rodeado de tantas personas comprendimos mucho más la grandeza de este hombre de nuestro tiempo que se calzó las sandalias del Pescador y que años antes vino a Sevilla a beatificar a eso tan nuestro como unas alpargatas.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El beso de Triana


Amanecía, cruzaba el puente de mi vida y de mis sueños, y amanecía, como cada mañana; el frescor de la mañana me traía los aromas del nuevo día, olor de pan nuevo junto con los aromas del río, la oración musitada ante el retablo, tras santiguarme ante la Capillita del Carmen sintiendo aún el calor de tu último beso.

Y al volver, al atardecer, cuando el sol buscaba el Cerro de Santa Brígida, y yo me reencontraba contigo, con el reflejo de tus azulejos, y tú te recortabas entre el caserío, para regalarme el beso rosado de tus mágicos atardeceres.

Triana siempre, Triana mi guarda, Triana mi espera, conocedora de mis pasiones y mis desvelos, Triana, tú, mi niña, conocedora de mi dolor y dueña de mi consuelo, Triana, mi fiel confidente que guarda para si, mis profundas soledades y mis íntimos secretos, quien llora conmigo y quien comprende, con una sola mirada de sus ojos verdes, cuanto guardan mis silencios.

Aquellos amaneceres se repiten cada día, pero ya nada es igual, ya no amanece mi vida, al cruzar tus calles, ya no me santiguo ante la Capillita ni musito aquel Ave María ante su retablo, ya no me vuelven a sorprender los aromas de tu pan recién hecho, ni sales a mi encuentro, a la vuelta al barrio, para regalarme el beso de tus atardeceres, pero cada mañana, al alba, cuando amanece sobre el río, se que la brisa te lleva el beso que te mando cada nuevo día desde la distancia.

El naranjo del azulejo de Ánimas


Cuántas veces pasamos ante él o incluso bajo sus ramas charlamos sin conocer la historia que guarda para si uno de los naranjos de aquella plaza, la más bonita del Universo, que está junto al azulejo de Ánimas de la Parroquia.
Hace algún tiempo nos contaron de aquella secreta historia, mitad realidad mitad leyenda, de aquel hombre devoto del Señor, que viendo cerca el final de sus días informó a sus familiares cual quería que fuera su última voluntad.
Y así fue, que sus cenizas, descansan a los pies de aquel naranjo, el más cercano a la Basílica, junto al retablo de Ánimas y que desde entonces, cada víspera de Semana Santa, se cuaja de azahares para anunciar que se acerca el día en que saldrá entre silencio, saetas y oraciones su Señor.