martes, 22 de octubre de 2019

Broche de oro en Jaén


Cerrar nuestra particular temporada taurina por San Lucas, igual que hacen los toreros, era un rito que este año hemos recuperado, gracias a un cartel de esos que invitan a meterse en carretera, pues tanto Emilio de Justo como Pablo Aguado, -sin olvidar la temporada de Cayetano- son toreros, que invitan a seguirlos allí donde se anuncian.
A ello se une el cambio de aires en Jaén, donde hemos visto las ilusiones renovadas de tantos aficionados, y donde la mejor noticia fue ver el coso de la Alameda con tres cuartos de entrada, que nos hacían borrar de nuestra memoria las pobres entradas de tiempos no muy lejanos. 
Vimos a Cayetano ante un toro muy interesante de Cuvillo, que tenía mucho que torear y detalles aislados de un Pablo Aguado que fue de menos a más en el sexto, pero que saben a poco de todo aquello que le vimos en Sevilla y en Huelva, y es que todos los días no se puede comer caviar.
Pero si algo quedará para siempre en nuestro recuerdo de esta tarde en la capital del Santo Reino, es sin duda la gran faena de Emilio de Justo, ante su segundo oponente, de nombre Esparraguero, al que un sensacional quite a la verónica, fue el preludio de una faena llena de torería, donde el cacereño, de catafalco y oro, estuvo sencillamente cumbre con ambas manos y que remató con una sensacional estocada, de esas que deberían de ponerse en las escuelas taurinas de cómo se ejecuta la suerte suprema, y es que Emilio de Justo, en nuestra opinión es de esos toreros que tienen una verdad que decir, que es la suya, y la dicen desde que salen liados en el capote de paseo por la puerta de cuadrillas hasta que se marchan de la plaza, en este caso, afortunadamente izado a hombros de una multitud llena de chavalería que demuestra que la fiesta estará muy viva, mientras se venga con la verdad taurina por delante.
Jaén ha sido este año, gracias a Emilio de Justo, un magnífico broche de oro para nuestra temporada taurina.

Enlace:  http://jaentaurino.com/?p=9738
Fotografía: @sebaspiqueras  / @JaenTaurino



martes, 15 de octubre de 2019

Marcha Real en los toros


Sonaban las notas de Plaza de la Maestranza cuando las cuadrillas cruzaban el anillo camino de la Puerta del Príncipe, mientras en los tendidos, algunos rezagados de más, buscaban llegar a ocupar su localidad correspondiente. La Plaza de Toros de Sevilla se mostraba bella y exultante para este cierre de temporada en que las hermandades del Baratillo y de la Esperanza de Triana, tomaban el testigo de la Macarena, y la genialidad de Joaquín Moeckel, como el año pasado la mano de Dávila Miura, había reunido sobre el amarillo albero un cartel de autentico lujo, ensueño para Sevilla, donde hasta la ausencia de Manzanares se había suplido con la extraordinaria presencia en un festival de Miguel Ángel Perera.
Sonaba Tejera, hasta que los toreros llegaron al tercio, y allí se detuvieron, y entonces la Banda taurina de Sevilla por antonomasia, tocó con su cadencia, tan de Domingo de Ramos con el palio de  Subterraneo, la Marcha Real, entre los respetuosos aplausos de la emoción en el día en que España regaló a la humanidad, eso tan grande -y denostado por algunos- que es la Hispanidad.
Cuando los compases de la antigua marcha granadera, iban ternimando, sin quererlo buscamos con la mirada el Palco Regio, en esta fecha vacío, como en esa vieja costumbre aprendida en aquellas tardes de novilladas de mayo o de septiembre, en que nuestra Reina Madre, Doña María, tan taurina y tan currista, tan bética y tan sevillana lo ocupaba entre las palmas del respeto del gentío y los sones con cadencia cofradiera de la Marcha Real,- entonces, como hoy-, interpretada por la banda de Tejera.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Pablo Aguado nos pone a cavilar



Han pasado los días, y cuando pensamos en lo que vivimos la otra tarde junto al Cabezo viendo a Pablo Aguado relatar el toreo y haciendo al genio de Morante buscar la chispa de su mejor tauromaquia, aún se nos estremecen los sentidos. 
Porque como decía el genial Rafael el Gallo, la verdad del toreo es tener un misterio que decir... y decirlo, y ese misterio que vuelve a la gente medio loca en las plazas de toros,que les eriza todos los vellos del cuerpo que recorre con un escalofrío de felicidad por la espalada, ese que los hace abrazarse con el de al lado como si se conocieran de toda la vida, aunque  hasta esa tarde no hubieran coincidido en la vida, te hace pensar y también porque no, cavilar, porque este torero, no sólo hace pensar y cavilar a los simples mortales, sino también a los genios, que como Morante, se motiva -y de que forma- esta competencia, que no sólo no se contraponen sino que se complementan.
Aguado, es la escuela apolinea del toreo que lleva a sacar el mejor fruto de la escuela dionisiaca de Morante. Y así cavilaciones van, cavilaciones vienen, nos hacen soñar con verlos juntos en los carteles para empaparnos de la pureza de sus tauromaquias.
La otra tarde junto a la Ría, Pablo Aguado nos levantó de los asientos, cuando sobre el albero derramaba el almibar de su torería,
donde toma el palillo con una suavidad que su muñeca torna en caricia el aire bruto de la embestida. donde la naturalidad es tan innata, que hasta para salirse de la suerte lo hace como quien sale caminando por la calle, y en el que sólo el manejo de la espada nos devolvió a la realidad. Después vendría la gran faena del sexto, y la espada acompañó, rubricando un triunfo para los amantes de los números, pero sólo nos conformamos con poder volver a verlo torear tan despacio, por ambos pitones, como toreó a su primero de Albarreal... 
Pasan los días y seguimos recordando aquella faena de Pablo Aguado en Huelva que pasada la apoteósis del momento aún nos pone a cavilar.

Foto: Arjona - @Firma_Arjona

viernes, 2 de agosto de 2019

El Cid, y - Rebaja - Cuadri, cuando quien tuvo, retuvo


Se cumplían 40 años de la alternativa del Maestro Espartaco en la desaparecida Monumental de Huelva, cuando se anunciaban en la Merced un encierro de la siempre interesante ganadería onubense de Cuadri junto con una terna de toreros sevillanos, El Cid, Escribano y Rafa Serna que ponían el aliciente de meterse en carretera para reencontrarnos con una tarde toros junto a la Ría y a los pies del Cabezo.
Tarde de reencuentros, en la que nos reencontramos con aquella versión de El Cid con su rotunda mano izquierda, ante un ejemplar llegado de Comeuñas de nombre, Rebaja, que tenia un pitón izquierdo que no era precisamente de saldo, pues era de los que valía un imperio. Dice el viejo refrán español que quien tuvo, retuvo, y tras su rotundo triunfo de hace unos días en Santander, El Cid, cual ave fénix, nos mostró la mejor versión de su tauromaquia, mientras Rebaja embestía sin descanso y algunas voces desde el tendido pedían devolver a los entornos de Trigueros al buen toro de Cuadri. Finalmente el toro se llevó la gloria de la  merecida vuelta al ruedo y nosotros nos llevamos el recuerdo de aquel torero de Salteras que atesoraba una mano izquierda de seda.
Vaya despedida que está regalando El Cid, este verano por los cosos de España.
Foto: Arjona

lunes, 27 de mayo de 2019

Renovarse para revivir


El golpe en la mesa de Roca Rey hace unos días en Madrid, cuando reventó la Puerta Grande de verdad, poniendo a todo el mundo de acuerdo, con un autentico faenon, junto con la ya histórica tarde de Pablo Aguado en Sevilla, amén de los triunfos de otro toreros, los recientes de David de Miranda o Emilio de Justo y Diego Urdiales ha metido el dedo en la llaga de quienes conformistas con los tres cuartos de plaza en cualquier otra plaza, imponen carteles con nulo interés para el aficionado, pero que son salvados por la vitola de anunciar a toreros mediáticos que a la postre consiguen llevar a público ajeno a las plazas.
La renovación de los carteles exige la inclusión de toreros como Roca Rey, que a la vista está, llena tarde tras tarde, acercando a los cosos a gente que en los tiempos que corren es ya una autentica proeza, acompañado de toreros que por su particular interés, como es el caso de Pablo Aguado puedan complementar al mediático, porque la mejor defensa del toreo es la excelencia del espectáculo, y si es menester, con una figura consagrada por delante, como siempre fue, a pesar del taurinismo militante que pone sus intereses por delante de la propia fiesta.
Sin la publicidad de la televisión, apenas un reducto en la pública y casi una quimera en las privadas, a no ser que haya grandes triunfos o graves percances, que haya toreros que esten suscitando el interés de gente ajena a la fiesta es ya de por si una gran noticia, que revela la demanda real que hay de la Fiesta en la sociedad actual, pese a los anuncios catastrófistas y la realidad de quienes dan cobertura a los tres y el perro de la pancarta frente a los que llenan las plazas tarde tras tarde.
Y es que como dijo nuestro simpar Presidente, Ignacio Sanchez Mejías:
 «El toreo no es una crueldad sino un milagro. Es la representación dramática del triunfo de la vida sobre la muerte».

 Foto: EFE

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 27/05/2019

lunes, 20 de mayo de 2019

Pablo Aguado crea afición



Que el aguadismo ha llegado para quedarse, lo contemplamos la tarde del pasado sábado cuando un cartel de jóvenes matadores llenaba la plaza de Madrid en una tarde desapacible, con el principal reclamo del torero sevillano que con su concepto clásico, cargado de hondura y naturalidad, nos devolvió el culto silencio de Madrid del que nos hablaban los antiguos. Lástima que el mal manejo de los aceros, privara al torero de la Huerta de la Salud de un triunfo histórico que ya tocaba con las yemas de los dedos y que su desolación sentado en el estribo fuera correspondida con una de esas ovaciones de verdad que en contadas ocasiones regala la primera plaza del mundo, que ya sueña con verlo anunciado en la primera oportunidad que haya, antes de la ya anunciada Corrida de la Prensa.
Ya hay quien hace cábalas para ver el nombre de Pablo Aguado anunciado lejos de las orillas del Betis, y a las tardes ya anunciadas de Nimes, Madrid, Granada Alicante o Algeciras, suenan las plazas de Pamplona, Huelva, El Puerto, Málaga, Almería o Bilbao… 
Ilusiones depositadas, en un torero que invita a coger carretera y plantarse allí donde se anuncie. Y es que a poco que los toros le respeten y le metan la cara en los engaños, nos puede regalar muchas tardes de gloria, de esas que se quedan grabadas para siempre en la memoria del aficionado, esas que hacen salir a la gente toreando por la calle, esas que crean afición entre el público que se acerca a las plazas y que en estos tiempos que corren son tan importantes. 

Foto: Teseo/ Plaza Las Ventas

Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis20/05/2019

lunes, 13 de mayo de 2019

Y Pablo Aguado se subió al tranvía



La vida puede cambiar para bien, en cinco minutos y con veinte muletazos y si hace sólo  unas semanas hablábamos en estas mismas ondas del Tranvía de Pablo Aguado, y de como, su figura que no aparecía en el Metrocentro, era el abanderado de ese toreo que nos emociona, el toreo eterno de la ribera del Betis que además atesora eso don tan difícil e innato como el de la naturalidad.  
Hace apenas unos días, Pablo Aguado era ese nombre desconocido para el gran público, que le sonaba a los aficionados de Sevilla por ser el más destacado de la camada de jóvenes toreros sevillanos que han despuntado desde que estaban sin caballos, pero tras el gran triunfo del viernes, en que ha borrado de la memoria otros triunfos, más o menos importantes, se ha subido por derecho propio en el tranvía de las figuras del toreo, y ayer sin ir más lejos dejó su impronta en Valladolid y para el próximo sábado se están poniendo muy caras las entradas para sui primer compromiso en Madrid.
Pablo Aguado se ha subido y de que forma en el tranvía del toreo, acaparando, con una sola corrida, todos los premios posibles de la pasada Feria, estando en boca de aficionados y de profanos, gente que te para por la calle para preguntarte si todo aquello que cuentan fue cierto, gente que presume de haber estado allí, gente que te cuenta como lloró viéndolo torear, gente a las que nos tocó la lotería de estar en el lugar adecuado en el momento preciso… Porque quien estuvo el otro día en la Plaza le tocó de largo el premio gordo de la tauromaquia no de este año, sino de muchos años.
Sevilla tiene un torero, nacido en sus orillas, que atesora en sus muñecas la gracia toreadora que sólo tienen los elegidos, y que si El que está en San Lorenzo -de moraito vestío- quiere, seguro que su figura, el año que viene recorrerá el trayecto desde la Enramadilla a la Plaza Nueva y viceversa.

 Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis13/05/2019