En la mañana de ayer, disfrutamos de una faena, que no fue precisamente de aliño, aunque el pregonero bromeara con eso minutos antes de desplegar en el atril, el capote y la muleta de su palabra, con la bellísima lídia con la que nos deleitó Lutgardo García Diaz, en el primer pregón taurino de la Tertulia Taurina Macarena, en el Círculo Mercantil.
Lutgardo, medico de profesión tiene a la palabra por vocación, y ayer nos deleitó con la segunda, con un principio de ensueño, y con un final no menos apoteósico en forma de pasodoble dedicado a José, al que como decía mi abuelo sobraban poner apellidos, y a su Esperanza.
Pero si hubo un pasaje emotivo, fue el dedicado a esa ilusión vestida de tabaco y oro, que una tarde de verano le hizo descubrir la belleza de los arcos maestrantes en una novillada de promoción, sin saber que desde ese día, independientemente del futuro de aquel novillero, que acabaría fracasando sobre aquel mismo albero frente aquel novillo llamado "Bodeguero", había sido pinchado por la afición, esa afición que hemos compartido tantas veces con el pregonero, en las gradas de sol de nuestra juventud universitaria.
A veces las faenas, tienen la medida justa, y la de ayer la tenía, tanto que ya lo estamos deseando ver en esas otras plazas de primera, en las que estamos seguros, está suficientemente preparadao para enfrentarse a cualquier "Bodeguero" porque su técnica, tan depurada como complicada, nos la hacer llegar tan fácil, que sabe pellizcarnos en lo más profundo del alma.
¡¡Suerte torero y enhorabuena pregonero!!
Lutgardo, medico de profesión tiene a la palabra por vocación, y ayer nos deleitó con la segunda, con un principio de ensueño, y con un final no menos apoteósico en forma de pasodoble dedicado a José, al que como decía mi abuelo sobraban poner apellidos, y a su Esperanza.
Pero si hubo un pasaje emotivo, fue el dedicado a esa ilusión vestida de tabaco y oro, que una tarde de verano le hizo descubrir la belleza de los arcos maestrantes en una novillada de promoción, sin saber que desde ese día, independientemente del futuro de aquel novillero, que acabaría fracasando sobre aquel mismo albero frente aquel novillo llamado "Bodeguero", había sido pinchado por la afición, esa afición que hemos compartido tantas veces con el pregonero, en las gradas de sol de nuestra juventud universitaria.
A veces las faenas, tienen la medida justa, y la de ayer la tenía, tanto que ya lo estamos deseando ver en esas otras plazas de primera, en las que estamos seguros, está suficientemente preparadao para enfrentarse a cualquier "Bodeguero" porque su técnica, tan depurada como complicada, nos la hacer llegar tan fácil, que sabe pellizcarnos en lo más profundo del alma.
¡¡Suerte torero y enhorabuena pregonero!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario