viernes, 17 de abril de 2009

Nostalgia


La tímida lluvia de abril, nos ha despertado del letargo, para que no digamos que fue un sueño. La cera que chirría en los neumáticos lo lleva pregonando en esta semana de tristeza, pero como siempre nos hemos empeñado en no escucharla, aunque las motos derrapen y sea un autentico suplicio mantener el equilibrio.
Llueve en la ciudad, chaparrones de abril que nos cuentan, han asentado el albero de Los Remedios y los de los alredeores del Baratillo, donde esta mañana soñaban novilleros entre Pepe Luis y Curro, con carteles de tronío, vestidos de blanco y oro en tarde de alternativa.
La lluvia cae sobre la ciudad, que ha entrado en su rutina diaria y ya no está, como diría la Ronda del Jueves Santo, ni sosegada ni en calma, y así, en un charco de la Plaza, donde antes había palcos y hoy sólo queda la lámina de alquitran llena de cera, se ha asomado la Giralda, que curiosona, se ha cubierto de la cera de la nostalgia.

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