miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un añito en nuestras vidas



Hace un añito que estás con nosotros, para ti toda una vida y para nosotros, la vida misma, esa que ya no tiene sentido sin darte un beso de buenas noches o el que cada mañana se despierta cuando tus ojitos rajados vuelven a abrirse y nos regalas la mejor de tus sonrisas.
Hoy hace un añito, que Coronación de la Macaena forma parte de nuestro repertorio musical de cada día, que no hay manera más triunfal de sumergirte en los sueños, esos que estoy seguro que no conocen las pesadillas que da el día a día.
Hoy hace un añito y desde entonces todo es distinto, tanto que no nos imaginamos un día sin ti, porque igual que somos parte de tu vida,  tú lo eres de las nuestras, un añito, mi vida, desde que te acunamos entre nuestros brazos por primera vez, un añito viviendo al compás de los latidos que marcan tu existencia, un año lleno de emociones en el que te hemos visto crecer día tras día, un añito desde aquel momento maravillos en  que nos regalastes ese don maravilloso que se llama ser tus padres.

martes, 28 de septiembre de 2010

Petardo


Así sin más es la mejor manera de definir la Feria de San Miguel que hemos vivido, que si empezó mal con la novillada de Toros de la Plata, fue a peor con la corrida de Alcurrucen en el descafeinado mano a mano que la empresa nos sirvió el sábado con El Cid y Daniel Luque y terminó con el desastre de la corrida de Zalduendo.
Recuerdo que al salir de la plaza el sábado y mientras tomábamos una cerveza en Ventura alguién comentó que el Juli había estado cumbre en Pozoblanco y que a  Morante  en esos momentos lo llevaban a hombros por las calles de Barcelona después de una faena que convirtió la Monumental en un manicomio...
Y ya nos temimos lo peor, un petardo de los gordos, de esos que parece mentira se den en ésta ,que algunos gustan de llamar el templo sagrado de la tauromaquia, y lo peor de todo, es que no nos equivocamos.
Toda la tarde escuchábamos a nuestro vecino de localidad, la misma queja, la misma sentencia, que es una verdad que bien podría ser esculpida en mármol, "esto (la fiesta) se la están cargando quienes más deberían de respetarla".
Duele, y de que forma que estas situaciones se den precisamente aquí, y no en una tarde cualquiera, sino en una tarde que muchos tenían señaladas en sus calendarios desde que salieron los carteles anunciando a los toreros, pero también a los toros de Zalduendo, desde el ya lejano mes de febrero, donde conseguir una entrada en estos días previos era casi imposible y en el que a pesar de la baja de Manzanares y de la inclusión de Oliva Soto, apenas sí hubo devoluciones.
Por eso duele aún más la limpieza de corrales, y quien sabe si de dehesas, que ayer sufrimos en la Maestranza, porque no hay que ser excesivamente aficionado para saber que el año de Zalduendo no está precisamente siendo deslumbrante, y que aunque algunos, entre ellos Morante y El Juli, han matado casi toda la camada de Fernando Domecq, no podemos olvidar que lo han hecho aún con polémica y baste recordar lo ocurrido en la famosa corrida del Puerto de este verano.
Indignación y cara de tonto se le queda a uno cuando sale una tarde así de una plaza de toros, a la que entró con un atisbo de esperanza de ver algo distinto, y salió palpándose el bolsillo por si acaso no le hubieran también birlado la cartera.
Morante y El Juli fueron silenciados,si bien a lo mejor deberían de haber sido abroncados junto a sus respectivos apoderados por la infumable corrida que eligieron, al igual que la empresa que encima lo remendó con lo de Hermanos Sampedro, que al igual que el titular de Zalduendo que se lidió, que no se sostenían y el equipo presidencial que tiró para alante con lo que había en los corrales.
En fin, para que seguir, la tarde dió para poco más, y encima creemos que de poco le ha servido a quien más falta realmente le hacía, que no era otro que Alfonso Oliva Soto.
Así está la fiesta y encima está claro que los que deben de velar por ella, son los que menos interes tienen.
Y mientras tantos los aficionados y el público en general aguantando el petardo.
(Fotografía:Manuel Gómez/ Diario de Sevilla)

martes, 21 de septiembre de 2010

Corinto y azabache


 Yo te sueño torero, vestido de corinto y azabache, con la montera calada, liado en el capotillo de paseo, la coletilla gitana, y con ese andar distraido, tan tuyo, mientras recorres el albero y por algún tendido alguien te musita versos.
Yo te sueño torero, corinto y azabache tu vestido, capote de brega entre las manos, las vueltas añiles y las muñecas suaves, casi dormidas, que citan con gracia y esperan, porque los duendes raros de la inspiración han dicho de salir para cantarle al mundo su gracia toreadora, -cante grande es el toreo-, y llegan aromas de Jérez, y suenan ya palmas por bulerías, que el genio ha salido para cantarle al mundo su esencia...
Así te sueño yo, de corinto y azabache, verdes los cabos de tu vestido y las manos bajas, con la muletilla  y el estoque de fragua, tan torero y tan flamenco, tan artista y tan gitano, llenando de torería el sueño del toreo, que pasa como la vida en un instante y se queda para siempre, eterno en el recuerdo...
Así sueño yo a Rafael Soto Moreno, jerezano de la calle Cantería, Rafael de Paula en los carteles, corinto y azabache, la música callada del toreo... pero nos quedaremos siempre con aquella tarde, su última tarde en su Jerez, cuando en un golpe de torería, sabedor de que el cristal de sus rodillas no podían responder a lo que sus muñecas querían, después de hacernos soñar el toreo, el hombre que vestía de corinto y azabache, nos despertó a todos con la rabia de su eterna torería.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Ilusión en verdiblanco

Ilusionados, es la mejor palabra que define a quienes sentimos los centenarios sentimientos del Real Betis Balompie, que hoy 12 de septiembre precisamente cumple 103 años de vida, porque en medio de esta vorágine de mandamases sin acciones pero que supuestamente mandan, de la jueza Mercedes Alaya y de Don Rafael Gordilllo, hay un equipo que nos ha vuelto a hacer sentir esa ilsuión por las trece barras. 
Cierto es que Pepe Mel , tiene mucha culpa con su apoyo total hacia quienes en los escalafones inferiores defienden la camiseta verdiblanca, porque el mismo sabe lo que es enfundarse esa misma camiseta... (inolvidable aquel lema de No diga gol, diga Mel)
Es hora de soñar con ese Betis grande que quiere soñar con volver a ser lo que fue, y es que no hay mejor manera de hacerlo con aquellos que han defendido desde pequeñitos las trece barras verdiblancas con la ilusión un día de debutar con el primer equipo, aquellos que llevan el sentimiento de amor por unos colores desde la primera vez que se enfundaron una camiseta de un equipo de fútbol. Esto es sólo el aranque, pero de continuar con esta progresión se podrá llegar al objetivo.

En sus manos está saber devolver al club cenetenario al lugar que por categoría y afición se merecen.
Y siempre nos queda una duda, una pregunta sin respuesta, que no es otra que en donde estaban estos jugadores el año pasado, cuando tanta falta nos hacían.

El Dulce Nombre de nuestras vidas.


Tú, siempre Tú, el verbo que conjuga la ilusión de nuestras vidas, el nombre que entronca a generaciones que son prisioneras de tu graciosa belleza, a las que ya se unen esos nuevos eslabones de esa cadena de quienes responden por tu Dulce Nombre.
Tú siempre Tú, el hechizo moreno por el que suspira nuestra existencia, el resplandor de unos ojos a la luz de una candelería cuando viene de vuelta a su barrio un día santo de madrugada, la Gracia que da sentido a nuestras vidas...
Alabado sea tu nombre, por siempre, tu Dulce Nombre, ese con el que despertamos soñando y con el que nos dormimos pensando cada día de nuestra existencia. Siempre la misma jaculatoria tras presignarnos, Dulce Nombre de María, se la salvación mía...
Tú siempre, Tú, nuestra Madre, nuestro consuelo, nuestro amparo, siempre el Dulce Nombre de nuestras vidas, consuelo y alivio de nuestras penas, causa eterna de nuestras alegrías.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Huellas en la bajamar



El sol buscaba ocultarse tras la franja anaranjada el horizonte, mientras nuestra mirada parecía no querer despedirse del verano más hermoso, el verano en que empezastes a caminar por la arena fresca de la playa, allí donde para siempre quedaron tus pequeñas huellas marcando timidamente, casi rozándola la dorada tierra que el agua al irse llenaba de sargazo.
Nuestra mirada parecía clavarse en el sol como queriendo que la luz no se marchara para que este verano no se fuera...
Lástima que el sol se escondió tras el horizonte que tornaba del anaranjado al malva y que tus pequeñas huellas se las llevó la marea. Pero no te preocupes, mi vida, que pronto volveran a florecer tus huellas en la bajamar.