Cada siete de Julio me gusta leer este artículo del muy bético y baratillero Julio Jiménez Heras, que no es otra que la visión sevillana de aquellos que corren el encierro por primera vez y que aparece en la siguiente dirección: http://www.rghermes.com/public/curromolina/opinionmostrar.asp?id_noticia=28
“Ustedes estáis locos”. Con una frase más o menos similar arranca la mayor muestra de imprudencia que pueda tener un hombre en su puñetera vida: correr los encierros de Pamplona. La cosa empieza temprano, tan temprano como que se remonta al día anterior a eso de las doce de la mañana.El sanferminero de verdad, el sanferminero que está todo el año pensando en plantarse el pañuelo, el sanferminero que no vive más que para escuchar la primera jotica y ver al primer kiliki, es de pura cepa independientemente de su nacencia. Y el día 6 de julio está en planta bien temprano.Insensato él que no sabe lo que le queda por delante. Muchos hijos de la capital del mundo pueden corroborar este hecho. Difícilmente habrá una ciudad en el mundo que aporte más personal a los Sanfermines que la lejana Sevilla, excepción hecha de nuestra querida Pamplona.Con esa declaración de cordura propia y desequilibrio ajeno comienza la mayor aventura de una vida. “Bueno, me voy a acercar un poquito a ver cómo es eso del encierro.Sí, sí, llego al Ayuntamiento, veo el ambiente y me vuelvo”. “Voy a tirar un poco más adelante, asomarme nada más a la Cuesta de Santo Domingo”. “Illo, que te has pegado toda la noche dándole al vaso, mejor que te pongas detrás de la valla”. Un aborigen diría “ de empalmada”, término meramente etílico y nada erectil. “¿Pero tú te crees que yo voy a correr? Eso es una majaretá, hombre, ni que yo estuviera loco”. “Vamos a esperarnos que pongan al Santo, que eso tiene que ser tela de bonito”.La innata tendencia hispalense a arrimarse a todo tipo de manifestación folclo-religiosa termina provocando estas cosas. Siete y veinte. Siete y veinticinco. “En cuanto pongan el Santo en lo alto ya estamos de vuelta, ¿eh?”, afirma rotundo el más sensato. Siete y media. Habla el primer carajote. “Pues esto tampoco tiene tanta historia. Total, salen los toros, te pones bien tapado, corres un poquito y te quitas de en medio.Y lo que vamos a vacilar diciendo que hemos corrido en Pamplona…”. Nescencia necat, que decía el clásico. Como fondo de la Cuesta, una alta colina en la que se pierden los ojos mientras te pasa por la cabeza la luz del sanferminero sevillano. “Pó yo voy a correr”. “Que no, coño, que en cuanto pongan al Santo nos najamos”. Ocho menos veinte. Una señora y un señor bajan la Cuesta con unas escaleras de Pleximar, una tabla y una jartá de bártulos.El gachó se sube a la escalera y cuelga la panoplia de los pañuelos de las peñas de Pamplona. Se baja. La buena señora se sube y empieza a meter manojos de claveles en la hornacina. “Bien, óle los priostes buenos”. Después de las flores se coloca al Santo, se le pone el báculo en la mano y se le arrima un candelabro a cada lado. Luego le pone las velas –“¿No puede ya traer las velas puestas, joé? Valiente prioste chungo”- y las enciende con un mechero. “Y encima sin pabilo. Si Palomino viera esto…”.De pronto, surge de la nada un txistu y un tamboril al trianero modo de Carmelo. “Piii pi piiii, pi pi piii pi, pi piiii…”. Los corredores del lugar miramos al Santo con los ojos húmedos. “Ea, po ya nos vamos”. Un guiri se cree que aquello es el ‘God bless America’ y pega un berrido al terminar la copla. Le llueve una manta de mascás.La Eva María Macías de Canal 4 de Navarra le pregunta a los guiris que si tal y que si cual y que si se creen que los toros son de peluche. La alcaldesa recorre el encierro rodeada de policías y los hijos de la gran vasca se acuerdan de todos sus ancestros y le dan un curro al jefe de Policía. Ver para creer. “Po yo voy a correr”. “Anda ya, vamos a quitarnos de en medio”. “Es que los toros son los de aquí, los toros de Pamplona, que no son las monas que llevaba Canorea a la plaza de los toros”. “Si es un minuto, home”. “¿Los sobreros no correrán también, no?”. “Illo, si corremos, corremos y nos dejamos de mariconadas”. “Venga vale, corremos”. Las bocas se callan y dejan paso a las mentes, que se ven una y otra vez abriendo los telediarios de medio mundo con las tripas al aire y el alcurrucén ensañándose en tu interior.Qué buena gente era. Era un muchacho honrado y trabajador, le gustaban mucho las cofradías, y yo no sé cómo cometió esa imprudencia. ¿Quién le mandaría ir a Pamplona? Fulanito de Tal y Cual, de 28 años de edad y natural de Sevilla, sufrió en la Cuesta de santo Domingo una cornada de pronóstico muy grave…. Y toda la retahíla de los doctos colegas de Ramón Vila. La cabeza vuelve a su sitio. “No nos va a pasar nada, hombre. Si somos Del de la Serpiente en la Cabeza”. 7.55 horas. Susurros por lo bajini. “Una, dos y tres”. “A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín! ¡Viva! ¡Gora San Fermín! ¡Gora!”.Para el gora no queda casi ni aire en el pecho. Jindama gorda. Los esfínteres se aprietan. Las caras blancas. Ya no se hacen más fotitos con caras de valentón a lo Jaime Ostos. “¿Y si me toca a mí”. Segunda plegaria. “Una, dos y tres”. “A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín! ¡Viva! ¡Gora San Fermín! ¡Gora!”. Tres de los cuatro echan a correr como alma que lleva el diablo. “Esperarse, coño, que falta una”.Después del segundo cante –y sólo el día 7-llega un tío con un acordeón, trikitilari que se llama, y una jotera. La letra es de lo más tranquilizadora, muy apropiada para el momento en que la adrenalina no te cabe en el cuerpo: “Cuaaando suena el coooohetico, el corazón se poooone a cieeeen…”. “Tran, tran, tran, tran” suelta la trikitixa. “San Fermín protégenoooos porque el toro nooosequé….”. “Anda, miarma. ¿No podías haber cantado por el puente Triana güí pasa la Reina? Hijaputa la saetera esta”. Tercera plegaria. “Una, dos y tres”. “A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín! ¡Viva! ¡Gora San Fermín! ¡Gora!”.Segundos interminables y un cohete que surca el cielo navarro que yo no sé qué carajo hago aquí metido con lo a gusto que estaba yo ahora mismo en Chipiona. Lo primero es el “tolón, tolón” de los cabestros. Lo segundo el ensordecedor “trocotrón, trocotrón, trocotrón” de los cascos de los toros. Saltos para intentar mirar y los cuernos que te los ves encima. Las piernas corren a toda leche. El corazón bombea a tope. “Vámonos, vámonos”. Y en cuanto te das cuenta estás metido en el fregado. Unos metros delante. Un portal en la izquierda, un codazo al nota que no te deja pasar y el prenda que ya está pegado a la pared. Pasa el trolebús. Cuando ves el rabo no te acuerdas de cómo eran los cuernos. Efectivamente, eran los toros de Pamplona. “¿Falta alguno? ¿Falta alguno?”. Consumatum est. Son las ocho y cinco de la mañana. Estás en Pamplona y eres el rey del mundo, de Navarra al menos. Tu pañuelo ya ha corrido un encierro.El jeringazo de adrenalina se te baja a las piernas y buscas como loco a los que han debutado contigo en el noble arte del corredor sanferminero. Una jartá de embustes. Yo corrí por aquí, yo estaba por allí, yo me puse en la cara, vaya cómo eran los bichos… Una rueda de calentitos de la Mañueta remata la faena. “Mañana corremos otra vez, que son los cebadagagos”. “¿Ustedes estáis locos?”.
'CHURUMBELERÍAS'7 de julio de 2003.
2 comentarios:
VALOR TIENE LA PEÑA D PONERSE DELANTE DE UN TORO Y MAS CORRIENDO!!
CON LO BIEN Q SE ESTA EN LA BARRERA O EN BUEN TENDIDO D SOMBRA!!!...
Y LOS SAN FERMINES DESDE EL SOFA??
ME QEDO CON LA MAESTRANZA Y LAS VENTAS!!
Artículo de dos orejas y rabo, que arte miarma.
Publicar un comentario