Tienen sabor añejo estas noches de los jueves de Julio, traen los novilleretes viejos vestidos de alquiler, que tanto saben de festejos de pueblos y en el oro viejo de sus bordados relucen las luces de los focos maestrantes.
Los tendidos no son los del público de feria, ni siquiera los de las novilladas de abono, vienen familias enteras apoyando al niño que de tanto jugar al toro en el pasillo de su casa con una toalla, terminó matriculándose en la Escuela Taurina donde esos viejos maestros del toreo enseñan formas antiguas que van mucho más allá de como coger unos trastos o los terrenos del toro, pero también encontrareis a quienes se inician en este rito tan nuestro de la Fiesta Nacional, primeros pasos en solitario por los tendidos maestrantes de jóvenes aficionados, algunos con el sonrojo aún de los primeros rasurados, que en estas tarde de julio vienen a la plaza no acompañados de sus padres, sino de la pandilla de amigos a la que ha liado al completo, pues sabe que a la niña que le gustan los toreros que salen en el papel couché.
Entradas de precios reducidos, 300 pesetas la Grada de Sol entonces, hoy 6 €, y el rito de saltarse al tendido, las viandas para sofocar el calor de la piedra y la brisa del río que mitiga algo el calor.
En el dorado albero maestrante, los erales llevan y traen las ilusiones de quienes sueñan con ser toreros, y la Giralda curiosa se asoma a través de las gradas bañadas de luna.
¿Quién sabe, si igual que entonces, palo de rosa y oro, en estas noches volverá a debutar, el futuro torero de Sevilla?
Los tendidos no son los del público de feria, ni siquiera los de las novilladas de abono, vienen familias enteras apoyando al niño que de tanto jugar al toro en el pasillo de su casa con una toalla, terminó matriculándose en la Escuela Taurina donde esos viejos maestros del toreo enseñan formas antiguas que van mucho más allá de como coger unos trastos o los terrenos del toro, pero también encontrareis a quienes se inician en este rito tan nuestro de la Fiesta Nacional, primeros pasos en solitario por los tendidos maestrantes de jóvenes aficionados, algunos con el sonrojo aún de los primeros rasurados, que en estas tarde de julio vienen a la plaza no acompañados de sus padres, sino de la pandilla de amigos a la que ha liado al completo, pues sabe que a la niña que le gustan los toreros que salen en el papel couché.
Entradas de precios reducidos, 300 pesetas la Grada de Sol entonces, hoy 6 €, y el rito de saltarse al tendido, las viandas para sofocar el calor de la piedra y la brisa del río que mitiga algo el calor.
En el dorado albero maestrante, los erales llevan y traen las ilusiones de quienes sueñan con ser toreros, y la Giralda curiosa se asoma a través de las gradas bañadas de luna.
¿Quién sabe, si igual que entonces, palo de rosa y oro, en estas noches volverá a debutar, el futuro torero de Sevilla?
Si no habeis contemplado nunca la belleza nocturna de la Maestranza, mañana es un buen día, y si la noche de toros no es buena, siempre se puede disfrutar escuchando los pasodobles de la banda de Tejera.
1 comentario:
que me gusta un cubata casi de madrugada sentao en las gradas viendo las nocturnas
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