sábado, 4 de octubre de 2008

Los cojones de Perera


Tras una temporada espectacular, con unos números que lo dicen absolutamente todo, con noventa tardes a sus espaldas, con cincuenta y siete veces cruzando puertas grandes, saliendo a hombros entre otras plazas de Madrid, Sevilla y Barcelona y de las francesas de Nimes, Mont de Marsan y Dax , en esta última tras indultar a un toro de Victoriano del Río, este figurón del toreo no tuvo otra cosa que para despedir la temporada anunciarse dos tardes seguidas, ahí es nada, con seis toros cada una, en la plaza de las Ventas y en la feria de Zafra.

Lo de Zafra podríamos comprenderlo, pero lo de Madrid es simplemente la muestra de que este torero está aquí para mandar y que mejor broche para la temporada de 2008 que cerrando el candado en Las Ventas.
Ya conocíamos de este torero, su pundonor y su regularidad, esa que aún cada día nos sorprende porque lejos de amilanarse siempre va a más, pero ayer en Las Ventas nos demostró sus cojones para con una tarde completamente en contra por el juego de las reses y por el viento, que pudo también enfriarle las ideas a más de uno, saber dar aún más el Do de pecho.

Ayer Perera, además de todo lo que nos acostumbra a dar nos ofreció su sangre, esa que cuando un torero la ofrece, como ayer la ofreció el de Puebla de Prior, es aún más la prueba de la grandeza de la fiesta. Con un puntazo en los testículos al estoquear al segundo, se marchó a la enfermería, volviendo a salir para cortarle sendas orejas a sus oponentes tercero y cuarto, y en el quinto, al iniciar la faena por estatuarios, entre el viento y el toro lo cogieron de muy mala manera calándolo gravemente, con un torniquete en el muslo, lleno de torería arrojo y pundonor, lo toreó con gran emoción con la derecha casi sin poder andar porque la sangre fluía con mucha gravedad, cortándole una oreja tras recetar la quinta estocada de la tarde.
Con tres orejas y dos cornadas, una de ellas fortísima, con los testículos cosidos, Miguel Ángel Perera se fue andando, cambiando la Puerta Grande de las Ventas, por la de la Enfermería.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, sí señor, totalmente de acuerdo. (Por fin!)
Así salió el chaval, a darlo todo, hasta la vida casi y sin traje de Armani.