Como cada año por Septiembre, las primeras lluvias me han traído tu recuerdo, recuerdos colegiales de los primeros días de uniforme, recuerdos que no se borran porque las primeras lluvias del otoño están por siempre ligadas a ti, en aquella vuelta del Colegio, en los que yo iba a ver a alguien y me encontré por casualidad contigo, como olvidarlo aquel día en que cruzamos más de las cuatro palabras que acostumbrábamos…
Recuerdos aquellas gotas de lluvia que caían por los tejados de tu casa directamente a mi cabeza, ¿quién sería el arquitecto, verdad? De aquella conversación de mil chorradas, de aquellas carpetas forradas con papel de Maspapeles de la calle Zaragoza, de aquella foto del Calvario, de aquella Giraldilla, de la palma en tu balcón, de aquella conversación en los escalones, de aquel poema de "La Calle de Placentines , estrecha y larga parece..." de mi camisa de rayas completamente empapada.
Como olvidar aquella gran mojada que me acercó a ti, y la letra de aquella canción de Duncan Dhu escrita en un separador de la carpeta ¿te acuerdas como yo de aquello de la lluvia cae sobre el suelo gris… y del aroma de los mojados plátanos de indias de tu calle?
Como han pasado los años y hoy cada uno anda por su lado, quien sabe donde andarás, son las cosas que nos depara la vida, pero las primeras lluvias del otoño, han vuelto a golpear este año, como cada año, los cristales de mi alma, y me han traído como cada Septiembre tu recuerdo que viene asociada con ellas…
El recuerdo del primer gran amor, ese que no se olvida, ese que un día te hizo llorar y reír, ese que un día fue una herida que sangró tanto que casi se te iba la vida por ella y que hoy, con el paso de los años es simplemente una cicatriz, casi inapreciable de la que te ríes al contemplarla desde la distancia del tiempo.
Las primeras lluvias otoñales golpean en los cristales de casa, suena el viejo disco de Duncan Dhu, y te sonríes pues al final ves que aquella canción llevaba razón, la lluvia te devuelve los recuerdos de aquellos buenos tiempos…
Llueve en Sevilla, y el agua salpica los cristales de las ventanas de mi casa, mientras suena aquello de:
Como olvidar aquella gran mojada que me acercó a ti, y la letra de aquella canción de Duncan Dhu escrita en un separador de la carpeta ¿te acuerdas como yo de aquello de la lluvia cae sobre el suelo gris… y del aroma de los mojados plátanos de indias de tu calle?
Como han pasado los años y hoy cada uno anda por su lado, quien sabe donde andarás, son las cosas que nos depara la vida, pero las primeras lluvias del otoño, han vuelto a golpear este año, como cada año, los cristales de mi alma, y me han traído como cada Septiembre tu recuerdo que viene asociada con ellas…
El recuerdo del primer gran amor, ese que no se olvida, ese que un día te hizo llorar y reír, ese que un día fue una herida que sangró tanto que casi se te iba la vida por ella y que hoy, con el paso de los años es simplemente una cicatriz, casi inapreciable de la que te ríes al contemplarla desde la distancia del tiempo.
Las primeras lluvias otoñales golpean en los cristales de casa, suena el viejo disco de Duncan Dhu, y te sonríes pues al final ves que aquella canción llevaba razón, la lluvia te devuelve los recuerdos de aquellos buenos tiempos…
Llueve en Sevilla, y el agua salpica los cristales de las ventanas de mi casa, mientras suena aquello de:
"Pero espera, descuida, y ya verás.
Los buenos tiempos volverán.
Pero espera, descuida, que ya vendrán...
la lluvia los devolverá"
6 comentarios:
Nos hemos puesto de acuerdo, lluvia, recuerdos y canciones.
Hermosos los tuyos, muy de adentro. Me han encantado.
Tu primer amor no sé como sería, pero puedes estar orgulloso del actual.
Un abrazo.
Tu primer amor no sé como sería, pero puedes estar orgulloso del actual.
Un abrazo.
Impresionante amigo Pepe Luis. Me has dejado sin palabras...
Ese viejo amor, ese primer amor, a pesar de convertirse en cicatriz, a veces tiene la virtud, o el defecto, de convertirse en una herida fresca, cuando vuelves a verlo o sentirlo. Y entonces... algo se mueve en tu interior. Si el tiempo pasa y ese primer amor se esconde donde habita el olvido, la cicatriz solo será una señal, de las primeras de tu vida, en tu cuarteada piel por el paso del tiempo.
Una entrada sublime amigo Pepe Luis.
Un abrazo.
Por mucha lluvia que caiga en septiembre, ¿como se puede usted acordar del primer amor, teniendo el que tiene ahora?.
Aun hoy dia subo corriendo a la azotea, como cuando era niña,
para sentir la tibieza del agua otoñal.
Pero ahora tambien lo hago para poder recordar...
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