lunes, 22 de septiembre de 2008

Campanas de boda


Hay veces en la vida en las que todo aquellos que has aprendido y vivido junto a tu familia parece pasar ante ti, como si fuera el AVE. Eso nos pasó el pasado sábado, porque ante nuestros ojos pasó la historia de nuestra vida, esa de la que mis hermanos son parte inseparable.
Pensamos, cuantas veces a lo largo de nuestra vida hemos pasado por la puerta de ese Colegio de niñas de Triana, cuantas veces nos cruzaríamos con esa niña de uniforme que lucía blanca y radiante, todo eso y mucho más, mirabas a tu alrededor y veías a las personas queridas, esas con las que compartes la sangre, las ideas y los sentimientos, allí estaban todos, incluso los que ya no están físicamente con nosotros, allí estaban sus amigos para acompañarlos y la vida entera pasó ante nosotros…
Catorce años en esta vida, son toda una vida, por eso cuando mis hermanos se unieron ante Dios para formar un proyecto de vida en común, tras entrar del brazo de nuestros padres en aquella Capilla, muchos recuerdos se agolparon en nuestra memoria, en la que repicaron campanas de boda, cuando ya convertidos en marido y mujer salieron a la calle San Jacinto.

Enhorabuena y pasadlo bien en Nueva York…

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