domingo, 25 de enero de 2009

Días de tren


La estación es un hervidero de gente, desde grupos de jubilados, cada cual por su lado, a novios que se comen a besos, desde estudiantes con la ropa para quince días a turistas ocasionales, desde familias con niños y mascotas, hasta los dos cazadores que parecen recién salidos del catálogo de Burberrys porque vendrán de esas monterías, que por aquello de la crisis este año se han quedado para los cuatro privilegiados que pagaron el coto por adelantado, allí en la cola están todos... la radio nos avisa que al Betis le han marcado en el Colombino y que para el trayecto será mejor dedicárselo a ese libro, fiel compañero, que en esta ocasión viene disfrazado de novela, "Con la noche a cuestas" de Manuel Ferrand.
La cola no avanza, los cazadores discuten por el billete sacado por internet y los móviles en la cola echan humo.
En la cola paralela de la compra de los billetes, dos estudiantes, hablan de arquitectura y las niñas de la familia con perrito, se comen un paquete de gominolas, la vida fugazmente pasa en esta estación mientras fuera diluvia.
Un rayo de sol entra de pronto por la cristalera y nos avisan que nuestro tren ya nos espera rápidamente para llevarnos de nuevo a la ciudad que nos aguarda para descubrirnos cada su mejor secreto, el misterio de su luz.

viernes, 23 de enero de 2009

Y mis padres me hablaron de ti


Quizás por que se acerca la luz, esa luz que llena nuestras vidas de alegrías y de pasiones no podíamos dejar de pasar esa fiesta de la luz , esa que por circunstancias de la vida celebramos adelantada con los fríos de enero, pero ya con los primeros romeros florecidos y como entonces, como ayer y como mañana, volveremos a ver acercarse ante Tí, a esos padres acompañados de sus hijos y allí agarrados a esa reja que tanto sabe de plegarias y rezos, de llantos y de alegrías por alcanzar la marisma prometida, volveran Triana a llenar de alegría tu casa, con aquello que tu bien sabes, ¡Aquí estamos otra vez...!
Allí estaremos, si no en presencia, como otros años, con el alma, acompañando al Simpecado de nuestros abuelos, leyenda viva de Triana, sabor añejo de romerías que se fueron, sevillanas de la enaguas de la Virgen, de `Caracole descarzo' y pocito de la Virgen siempre manando, el recuerdo emocionado de ver como se acerca tu paso a nuestra casa entre dos luces y el abrazo sincero del amigo.
Y como siempre el recuerdo de cuantas veces nuestros padres nos hablaron de ti... Virgen del Rocío.

jueves, 22 de enero de 2009

Jarturas de Obama


Llegas a casa, pones la tele, y ahí están las noticias, que si Obama jurando, que si Obama y su señora bailando mientras canta Beyoncé, que si Obama aparece inesperadamente en la toma de juramento de sus cargos de confianza, que si Obama rompe el protocolo, que si Obama se saca su primera foto en el despacho Oval, que si Obama aquello, que si Obama lo otro…
Vaya jartura de Obama, que lo tenemos hasta en la sopa, pero si algo he sentido en estos días de hartazgo del primer presidente mestizo de los Estados Unidos ha sido la pura envidia de ver a todo un país, independientemente de sus votantes, unidos sin distinción, ahí está sin ir más lejos la salutación del propio presidente el día antes en la cena homenaje de su rival en las urnas…
Cuanta envidia frente a lo vivido por televisión y cuanto hartazgo de la vida que tenemos aquí, ahora todos a subirse al carro de Obama…

miércoles, 21 de enero de 2009

Que más dá...


Y que más da la túnica, si Él puede con todo, nos puede cada Epifanía, cuando en su Quinario lo adoramos, nos puede en Cuaresma, cuando de "moraito vestío" y con el cíngulo amarillo se nos muestra en su humildad, nos puede cuando en la nohe mágica de la víspera lo vemos de nuevo bajar hasta el suelo de Sevilla y cuando al día siguiente volvamos a ser incapaces de aguantarle la mirada mientras le besamos las manos, esas manos en las que está el Poder y el Imperio de nuestras vidas, su imagen al llegar cada Madrugada a su Basílica nos puede cuando hincados de rodillas le rezamos las preces y al levantarnos nos recuerda aquella misma imagen que verían nuestros abuelos cuando llegaban a San Lorenzo y lo encontraban en la magnitud de su paso vestidos con el mismo hábito con el que un día salieron a su encuentro, y con el que D.m. saldremos nosotros, nos puede su Gran Poder presidiendo la Basílica desde su paso en esa estampa de hace unos años acá que parece que lleva pasando la vida entera de su Gran Poder Resucitado, nos puede una mañana de mayo a primera hora para darnos los buenos días, o una tarde de agosto en la que nunca faltan sus devotos, nos puede siempre y nos podrá,
Este es el Gran Misterio de su Poder, que más da que vaya con túnica lisa o bordada, con la persa o la de los cardos, con la de Cañete o con la de Petete, con la de la guardilla o con aquella que le regaló aquel que sabemos y que callamos, y que le sienta como un vestío de torear en tarde de Maestranza, que más da si lleva las potencias de las JHS o las mejicanas, las de las rosas o las de los escudos, si al fin y al cabo lo que importa es Él... que tanto sabe de cabeceras de enfermos, de carteras de hombres que se apartaron de la fe un día, de mesas de despachos o de carpetas de estudiantes, Él que era el Señor de nuestros bisabuelos, del que nuestros abuelos fueron sus nazarenos, del que mi padre llegó a ser su costalero y ante al que algún día, esperemos que pronto, presentaremos a nuestros hijos.

¿Qué más da la túnica si con sólo su Poderosa presencia nos basta?

jueves, 15 de enero de 2009

Beatriz de Suabia


Hoy hemos cerrado por última vez la puerta de ese despacho, al que llegamos desde el edificio Sevilla 2, con la ilusión de nuevas formas y nuevas maneras en aquel ya lejano inicio del verano de 2004.
Hoy, hemos sentido una sensación de cerrar una etapa de nuestra vida, cuando por última vez hemos girado la llave y nos hemos despedido de tantas cosas, de los sonidos de los perros de las casas vecinas, del panadero que venía de dejar el pan en el segundo, como siempre puntual a la misma hora, de las voces de los vecinos que coinciden en la planta baja al entrar en el edificio o en la puerta del ascensor y de los buenos días o las buenas noches de Rosalía al llegar los primeros o como casi siempre al salir el último del despacho, de aquellas conversaciones con Montilla (q.p.d.), de los trajes de flamenca de Pilar y de las charlas interminables con María…
Hoy cambiamos este despacho por otro en la Avenida de la Cruz del Campo, ganaremos cosas y perderemos otras que con el tiempo recuperaremos, pero no serán igual, porque ya nos habíamos acostumbrado al café del desayuno en el Toboso y a las conversaciones con el personal de nuestros equipos eternos, guasa sevillana que sabe ponerte un café y una tostada hablándote del partido del domingo y también echaremos de menos como no los cafés que nos ponía cada tarde Fali en el De Cañas de Manolo León.
Pero si algo vamos a echar de menos en estas primeras mañanas frías es nuestra visita a la Concepción, donde cada mañana nos esperaba el Santísimo y esa devoción tan arraigada de la gente de esta zona de Nervión, como es el Sagrado Corazón.
En todo esto íbamos pensando, cuando he recordado tantas cosas que se cerraban al dejar el portal y por última vez, en mucho tiempo hemos mirado el azulejo de la calle y hemos pensado cuanto sin darnos cuenta, cambió nuestra vida, en estos últimos cinco años.

miércoles, 14 de enero de 2009

Un paseo por el Alcázar


Traen los surtidores, el rumor de los versos de Almutamid, se posan nuestros pies sobre el frío mármol que tanto sabe de leyendas del Rey Justiciero, los anchos muros se guardan para si los cantos de los trovadores que ambientaron la boda imperial y aquellos laudes que tañían las cantigas del rey sabio... ¡Ay Real Alcázar, que tanto rondas a tu Giralda...! Y Romero Murube que sueña con tu sombra apasionada.
Ay, Almutamid y Rumaikiyya, ay de las Kasidas de aquel rey poeta de Sevilla y de las kasidas del otro poeta que exilió sus ideas tras tus muros y te amó sin salir de ti, para quien su Rumaikiyya particular, con el respeto para Dña. Sol, se llamaba Sevilla a la que amaba como una novia , hoy cuando los fríos de enero nos hacen sentirte tan cercana, lo recordamos en aquel su último poema publicado:
"¡La muerte, aquí, frente a esta augusta calma
del mar antiguo, en soledad sonora!...
Pero algo bulle en mi raíz de tierra
que opone, dulce, su repulsa leve...
¡Sin mares ni colina, allá en la dura
tierra caliente, en mi Sevilla eterna!

lunes, 12 de enero de 2009

El mundo por montera


Hay mañanas, en las que todo se tuerce, y es que parece que desde el primer momento del día ya andas predestinado. El maldito despertador, que suena incesante el sábado o el domingo a las siete y cuarto, no suena y cuando te das cuenta has estado tres cuarto de hora más entre las sábanas. Te bajas de la cama, en la soledad más absoluta de tu alcoba, y lo haces con el pie izquierdo, medio dormido, aterido de frío, casi sonámbulo, abres la llave de la ducha y zas, ese latigazo de agua fría que te golpea sobre tu espalda y te despierta igual que si te flagelaran sin piedad, sales de la bañera aterido de frío y con la piel amoratada, el café hierve en la hornilla, para colmo las tostadas se queman y el brick de zumo de naranja apenas mancha el culo del vaso.
Sales corriendo, sudando, no sabes si por el café o por el maldito reloj que no cesa, bajas a la calle y diluvia, para variar vas sin paraguas y el autobús pasa por delante de tus narices cuando apenas has llegado a la parada… Una autentica mañana de perros…
Llegas al despacho, tarde y chorreando, el ordenador no funciona, los informes que dejaste cuando pasaban más de una hora de que se fueron los últimos del trabajo te sorprenden y algunos los esperan sin demora para dentro de un rato, la vida no puede ir peor, pero de pronto todo cambia, suena esa música que te recuerda esas tardes de gloria, sueñas con el aroma del albero, te vienes arriba y… sonries, y en ese momento te pones el mundo por montera...

viernes, 9 de enero de 2009

La nieve que no vimos


La ilusión se desvanece, ese regalo de Reyes atrasado que podría ser ver por primera vez nuestra ciudad cubierta bajo el blanco manto de la nieve, se disipa, y es que el sol, ¡oh! gran rey de este nuestro mediodía español, nunca se ha marchado y eso ha impedido que aquellas imágenes captadas por el poeta que habitaba el Alcázar no las hayamos podido revivir.

La nieve que no vimos porque no habíamos nacido entonces, se nos resiste, quizás porque esta ciudad es tan genuina para sus cosas que es hasta caprichosa para poder regalarnos la fría belleza de ver caer algunos copos en nuestras calles.

Mejor así, porque si algo queremos ver cuajado de copos blancos son los naranjos y que la luz vaya avanzando para regalarnos cada día los mágicos atardeceres, cuando el cielo de Triana se llene de tonalidades rosadas y el sol se esconda cada día más tarde, tras el cerro de Santa Brígida…

miércoles, 7 de enero de 2009

El Gran Poder bajo palio


La primera cera del año se derramará esta noche en la Plaza más bonita del Universo, cera blanca, color del cortejo del Traspaso, que preceden al Señor, Gran Poder en su Real presencia bajo palio.
Habrán llegado los hermanos y devotos durante todo el día siguiendo, como los magos, a la Estrella que ilumina la Basílica, de un Dios real, que aguarda en el Jubileo a los pies del Señor que tallará las manos del hombre y que fue, es y será vehículo que acerque al pueblo sencillo a su Dios.
Hoy saldrá el Gran Poder bajo palio precedido por sus nazarenos que hoy forman una larga hilera de cirios blancos, que circundará la plaza, hoy no habrá silencio de muerte en la Plaza, sino el silencio del respeto roto por el repique de las campanas y los cánticos a nuestro Dios.
En esta Epifanía, igual que los magos al Niño, hoy los hermanos del Señor adorarán a su Gran Poder hecho Eucaristía y proclamarán su Fe, que sin ella nada tendría sentido en esta noche epifánica en la que el frío suelo de Sevilla, recibirá el calor de la primera cera del año y el Gran Poder bajo palio cruzará la Plaza.

lunes, 5 de enero de 2009

Caramelos al cielo


La ilusión, nos llena las calles, la ilusión de los niños y los mayores, la ilusión que nos legaron, la ilusión que fue transmitida de generación en generación desde aquel lejano día en que la luz fue llevada por aquel José María Izquierdo, que bajo el seudónimo de Jacinto Ilusión tomó el farol de la esperanza y así nació la Cabalgata que con las variantes propias de los tiempos llegaría hasta nuestros días.
Hoy cuando las calles de Sevilla se llenan de la ilusión, tiramos desde nuestro Soberao los caramelos al cielo, como ya hicimos alguna vez, recordando a quienes nos legaron la ilusión de una noche como la de hoy.

Otrosí: Mi estimado Gaspar de Tharsis, muchas gracias, tú sabes bien porqué...

La medalla


Sonaran hoy altas las coplas de Quinario, la calle es un hervidero ante el cortejo de la ilusión que cruza la ciudad y que hoy descuida la asistencia a la Basílica, pero no por ello pierden solemnidad los cultos. Hoy tendremos muy presente a D. Manuel Garrido Orta, pues nunca olvidaremos sus predicaciones en tantas ocasiones, en aquellos retiros de la Juventud o sobre todo en la misa de apertura del Besamanos, donde hasta era capaz de romper a llorar ante aquellas manos atadas o la mirada que ya seguro estará contemplando en la gloria.

Pero, si por algo recordaremos hoy especialmente a D. Manuel, será porque hoy, fiel a la tradición de este día, los cultos serán en esa lengua que tanto aún nos fascina, en ese latín que tanto une, en el que rezaron tantas generaciones al Señor, la de aquellas novenas en San Lorenzo y las de hoy día en su Basílica.

Pero hoy queremos tener un recuerdo especial a esa medalla tan nuestra que prendida en el terciopelo morado del estandarte unía en un mismo lugar nuestras devociones.

Hoy, por otras cuestiones, ya no luce esa medalla de oro del morado estandarte, esa medalla del agradecimiento eterno de quienes llegaron un día a la que había sido la morada del Señor, y que hoy cuarenta años después, nos resultaría a tantos tan difícil, que no fuera otra que la Dulzura de su Madre la que se aupara al pedestal de mármol rojo de la Capilla.

Una medalla en un estandarte, gratitud de cuando las cosas en el mundo de las Cofradías se hacían de estas maneras, con estos pequeños detalles, que casi durante cuarenta años se vieron prendidas, en el morado terciopelo del estandarte de nuestra cinco veces centenaria Cofradía del Traspaso, aquella medalla de oro de nuestro Dulce Nombre.

viernes, 2 de enero de 2009

El lazo


Potente tu brazo, que al fuerte oprimió
rompistes el lazo que al fuerte te unió.

Cera tiniebla sobre los altos ciriales, golpe seco de la pértiga de plata, humo de incienso en el atrio, y suenan los sones de Christus Factus Est…
Avanza, solemne el cortejo, como un día lo hacíamos nosotros y antes lo hicieron otros revestidos de las albas, las dalmáticas o con el ropón de tisú y el cuello engolado hace quince, o ya, como pasa la vida, veinte años…
Antes se habrá rezado el rosario y las aclamaciones de la Tradición “Con tu cruz al fuerte y armado, despojaste de tu Imperio…” que siguen sonando a saeta antigua de un Vallejo hincado de rodillas que vuelve para cumplir su promesa ante el Cisquero.
Suenan altas las notas de la capilla musical, sones antiguos de novenas en San Lorenzo, ritos y costumbres que quizás, quien sabe, ya vinieran de San Acasio, y pareces que vuelves a ver al Fray Diego José de Cadiz o al mismísimo Cardenal Spínola que se bajaran de sus pedestales, que tanto saben de novenas en el presbiterio de la Parroquia, y suben a la Sagrada Cátedra para dar sus homilías.
Hoy, como ayer en San Lorenzo, suenan los sones de D. Telmo Vela, las letras de Rodríguez Buzón o las coplas de Joaquín “Con esa cruz al hombro, lleno de pesares y amarguras…” pero ninguno como los solemnes sonidos de El Lazo de D. Hilarión, aquel por quien se cambiara el nombre de la antigua Carrera de San Lorenzo, por su apellido navarro, Eslava, y la voz del coro que canta: “Con esa Cruz armado, libró tu Gran Poder...”, comunión interminable, es sólo 1 de Enero, en la Plaza diluvia y el Señor nos empapa los corazones con su túnica persa, es primer día de Quinario y el Señor, como manso cordero nos vuelve su sangre a ofrecer, se escucha el chisporrotear de la cera en los candeleros, y el tenor remata la estrofa con aquello de que es “Divino tu inmenso Poder” y responde la suplica de los corazones traspasados que tanto saben de ti, que asciende cual nube incienso respondiendo que Tú “rompiste el lazo que al fuerte oprimió”.




Alfa y Omega de nuestras vidas


Hemos llegado ante ti, Señor, cuando el día se marchaba y con él un año de lleno de tristezas y de alegrías. Hemos cruzado la Plaza, Tú Plaza, nuestra Plaza, bellamente sucia, por las hojas caídas por el aire y por la lluvia, de este día en que despedimos el año y tras rezar un Salve ante nuestra Virgen Dulce, en estos días tan acompañada en ese altar que será siempre tan tuyo que sólo puede ser el de Ella, hemos entrado en tu Basílica, dónde ya nos has recibido, Dios de la Ciudad, con la arquitectura perfecta de cirios y flores, proporción efímera que estos días es tu Altar de Quinario.
Y como aquella lejana primera vez, tan lejana que se hunde en lo más hondo de nuestra inconsciencia, hemos subido a tu camarín, para ofrecerte, como un día nuestros padres hicieron con nosotros, este año que como siempre despedimos contigo y que mañana saludaremos junto a ti.
En tu túnica Señor, están bordadas las coronas que simbolizan tu realeza y majestad, pero también nuestro principio y nuestro fin, por que en tu Poder se manifiesta el imperio de nuestra existencia, el lazo que unirá siempre el Alfa y Omega de nuestras vidas, esas que se iniciaron junto a ti cuando nuestros padres nos ofrecieron como ofrenda de vida que se iniciaba y que algún día culminará, cansados del camino de la vida cuando nos presentaremos ante ti, como sólo pueden hacerlo tus nazarenos.
Diciembre, como casi siempre últimamente, se marcha llevándose la vida de las personas que apreciábamos, pero este año también nos ha traído el inicio de nuevas vidas, a las que ya Tú has recibido como siempre, vestido con la túnica persa, desde tu altar de Quinario.
Hoy Señor, despedimos el año contigo y mañana daremos gracias por amanecer un nuevo año junto a Ti y a la tarde, a los sones de El Lazo, aunque ya no suene desde el coro, contemplaremos aquello que nos dictas desde tu túnica de Epifanía, que Tú eres el Final, pero también el Principio, Dios de generaciones de esta Ciudad, y que en tu Poder siempre estará el Alfa y el Omega de nuestras vidas.
(Fotografía: Roberto Villarrica)

martes, 23 de diciembre de 2008

Felices Pascuas


Los caminos se hicieron,

con agua, viento y frío…


Con el sabor de siempre, vuelven las Pascuas, tan nuestras como ese villancico del Niño Gloria, con su Bendita Mare Victoria y su Gloria al Recién Nacío, Gloria…

Vuelven las Navidades, con su punto de nostalgia, por aquellos que ya no están, pero con la alegría de quienes van llegando y llegaran para tomar el testigo de la vida, trayendo consigo la luz de estas Fiestas, que con los años y los fríos parecían haberse apagado pero que resurgen cada Diciembre, al montar el Nacimiento, al abrir la caja de polvorones o al recibir la primera felicitación en el buzón. Momentos que te hacen recuperar la ilusión que tenías cuando eras sólo un niño y dabas vuelta por el pasillo con aquella pandereta o te advertían de que había que comportarse bien pues los pajes de los Reyes Magos estaban siempre atentos y vigilantes…

Como cada año cuando llegan estas fechas sacamos nuestra Felicitación Navideña, y que mejor que hacerlo con cosas nuestras, si otros años fueron el tímpano de la Adoración de los Reyes de la Puerta de los Palos, el basamento de un varal del palio de la Virgen del Dulce Nombre o el Guión de Epifanía del Gran Poder, en esta ocasión es una cartela de la carreta del Simpecado de Triana.

Desde este modesto Soberao os mandamos un fuerte abrazo a todos los que seguís a este aprendiz de la vida y os deseamos a todos una feliz Navidad y un próspero año nuevo 2009.

Pepe Luis.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Pablo


Has llegado, querido Pablo, con los fríos de Diciembre, niño de vísperas de Esperanza, que siempre la Esperanza sabe estar con vosotros, como autentica Protectora que os cubre bajo su manto, y es que tú, querido Pablo traes en tus venas el legado del Tiro, ese que estamos completamente seguro vivirás a diario, digna herencia donde se funden muchas más cosas que una Hermandad hecha barrio o que un Barrio hecho Hermandad.
Puede que tu abuela ande ya buscando un pequeño roquete para el próximo Lunes Santo, y quien sabe si no te habrán llevado ya ese cordón, negro y blanco de la que pende ya esa medalla de ese Señor Cautivo, del que es también cautivo, éste que te dedica estas líneas.
Acabas de abrir los ojos a la vida, y ya hay quien te sueña en la frondosidad del Parque el Lunes Santo ofreciéndole a otros niños, entre otros Pedrito, Miguelito y la pequeña Clara, los caramelos llenos de vida que llevaras en pequeño cestillo...
La vida tiene estas cosas y así en el mismo cordón que un día unió nuestras devociones, viene aquel legado, el legado de nuestras vidas, que un día recibimos de nuestros padres y que desde hoy, tus padres, pequeño Pablo, te trasmitirán día a día.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Aquella medalla


En la mesilla de noche, junto al rosario desgastado, en una vieja bolsita, estaba aquella medalla, reliada en aquella cinta verde manchada y con aquella divisa grabada, Esperanza Nuestra.
Cada vez que nos descubrían sacándola, su dueña nos contaba aquella historia de que estaba hecha con restos de metralla y de cómo había sido recibida de hermana ante el cajón que ocultaba a la Esperanza y del aroma que desprendían aquellos nardos.
Días antes de marcharse con su Esperanza, la dueña de aquella medalla, mi abuela, nos la dio para que se la guardáramos para siempre, y desde entonces, se encuentra en nuestra mesilla de noche junto a aquella otra medalla de cordón morado de Nuestro Catedrático que ella nos regaló un día.
Cada Jueves Santo, cuando los pulsos se aceleran ante lo que nos aguardan las siguientes horas, aquella medalla de la Esperanza Nuestra se prende del lienzo de rúan de nuestra túnica, oculta tras aquel escudo antiguo que tanto sabe de aquellas madrugadas junto al Cisquero y cuando llegamos a San Lorenzo, tras dirigirnos al Monumento, le rezamos arrodillados una Salve, en memoria de aquella que nos regaló su medalla, a aquella Esperanza, Macarena, Nuestra, que nos espera cada día en el azulejo de la bajada del camarín del Señor, igual que posiblemente en ese mismo momento, cumpliendo el rito de la Concordia, que ya traspasan los siglos, haya otros cinco nazarenos de San Lorenzo arrodillados a los pies, del paso de palio de la Esperanza en su Basílica.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Señora de la Arrogancia

Hoy hemos llegado ante ti, porque nos contaban tantas cosas, que si San Jacinto en Santa Ana, que si volverás a verla como en aquellas fotografías en blanco y negro de San jacinto que te enseñaba ese que era tu compañero de banca en los Salesianos y que hoy le ha devuelto el sello, el sello de siempre de nuestra Esperanza, que si recuerda a la Virgen aquella de los azulejos del corral de los artistas, que si como la vestía Fernando, nos contaban tantas cosas, y lo peor era, que no paraban…

Así que esta tarde no pude más y me acerqué a mi Barrio, volví a cruzar el puente para reencontrarme contigo, no quería escuchar más, ni saber absolutamente nada, sólo llegar ante Ti y dejar que Tú, como siempre me cautivaras, que bien lo haces siempre, para que yo no dude, Esperanza.

Y te encontré allí, Señora de los tiempos pasados de San Jacinto, Dueña de tu calle Larga, regente en la ausencia de Señora Santa Ana, madre de tantos trianeros que no pueden vivir sin su Esperanza, de aquellos que se santiguan ante los azulejos antiguos en lo más profundo de la Cava.

Y allí, en aquel presbiterio, reconvertido en el mejor Salón de Trono al que aspirar pudiera una reina de esta tierra, estabas Tú, Soberana, vi llorar a un amigo, a un hermano, ante tu belleza gitana y recordé aquellos versos tan del Arenal, Florencio siempre Florencio, "que llore Sevilla entera con el llanto de Triana" y sólo pude extasiarme y acercarme a besar esa mano, que me ofrecía la Bendita Señora de la Arrogancia.


(Foto: www.pasionygloria.net)


Campanilleros


En estos días de Adviento, volvemos a revivir el sonido de los campanilleros por nuestras calles, sonidos rescatados del ayer, que son también los del mañana, porque aquello que está grabado en el alma del pueblo es imposible que se pierda para siempre, pues la tradición no sólo se trasmite de padres a hijos sino que también se divulga entre terceras y cuartas generaciones.
Anoche nos cruzábamos por Sierpes y La Campana con esos coros que traen los recuerdos de cómo se vivían las Pascuas en el Aljarafe, (Castilleja, Aznalcázar, Bormujos, Tomares…) igual que entonces, de zaguán en zaguán, de portal en portal, de calle a calle...
Vuelven en estos días de dulce espera, las jornaditas en los templos y los campanilleros en las calles, costumbres y tradiciones que, a pesar de los años y las modas, sólo hay que alzar la mirada para ver la paupérrima iluminación, siguen conservándose entre nosotros.
En nuestras calles ya vuelven a sonar las guitarras, las bandurrias, los cántaros, los palillos, las panderetas y las voces, siempre ls voces, que bien abrigadas vuelven a traernos los sonidos de las fiestas de nuestra tierra, que son hoy los mismos de entonces, al fin y al cabo, los mismos de siempre…

martes, 16 de diciembre de 2008

Nube gris


Hay veces que con una guitarra entre las manos a algunos les da por revivir momentos pasados que bien podríamos calificar de históricos, eso nos ocurrió hace algunos días cuando aprovechando una fecha señaladísima en nuestro calendario personal, volvimos a retomar canciones que parecían vivir olvidadas en nuestra memoria y surgieron canciones que durante algunos años eran parte fundamental del cancionero de nuestra vida y así sonaron boleros, valses peruanos, chamamés argentinos y cantes de nuestra tierra que están ligados por la tradición legada de generaciones.
Entre las muchas canciones que aprovechando la tarde cantamos, estaba un vals, Nube Gris, una joya que nos trae los recuerdos de aquellas madrugadas tan hermosas en la que fuimos errantes trovadores en la ciudad dormida.
Hoy rebusco en el Soberao de mis recuerdos y saco de aquel viejo cancionero, la letra de Nube Gris, y tras mirar al cielo, echarnos una sonrisa porque, gracias a Dios, la vida nos sonríe.

Nacimiento


Por fin, algo tarde para como nos hubiera gustado, ya hemos montado el pequeño nacimiento, pequeño en comparación con lo que se monta en Triana, ese que poco a poco va creciendo, el año pasado fueron las imágenes del misterio y este año ya ha sido el corcho, el serrín, y algunos pequeños detalles y en los próximos días algo nos inventaremos para hacerlo aún más nuestro.

Así nos gustan las cosas en esta vida, despacio, sin prisas pero sin pausas, poco a poco, disfrutando de cada instante, paladeando de cada momento, gozando de cada detalle, así a nuestro entender se hacen las grandes cosas en la vida, las que tienen buenos cimientos para que un día, dentro de algún tiempo, cuando el frío del invierno nos siente en la mesa de camilla al calor del hogar, con el aroma de la alhucema, al ver el nacimiento nos sonriamos y recordemos como disfrutábamos cada año montándolo, cuando apenas teníamos nada... tan sólo tú y yo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Lucía

No hay nada más bello, que lo que nunca he tenido
nada más amado, que lo que perdí
(J.M. Serrat)

Llegó Ocnos a mis manos una tarde de invierno, mientras sonaba de fondo Lucía de Juan Manuel Serrat, curiosidades de la vida quisieron que al escuchar detenidamente aquel poema hecho canción se retratara en apenas dos versos aquello que Albanio bien pudiera sentir desde la distancia escocesa y que desde los fríos grises retrataba buscando la luz perdida del sur.
Pasados los años, regalamos Ocnos y al escribir la dedicatoria, retomamos aquellos versos de Serrat que curiosidades de la vida, igual que entonces, con Albanio, también sirvieron para retratar, mucho tiempo después, aquello que sentiría más tarde este novillero de la vida.
Porque no hay nada más bello que lo que nunca hemos tenido y nada más amado que lo que un día perdimos, hoy como aquel Albanio, y para aquella Lucía que disfrazada de Ocnos, desde la distancia se viste de recuerdos en estos fríos de Diciembre que nos igualan, recuerdo aquella dedicatoria en aquel libro y desde el trecho que la vida recorrió desde entonces, recordamos a nuestra Lucía particular, aquella que quizás fue la más bella secreta historia de amor que un día tuvimos, para ella, a pesar de los años, la nostalgia, la distancia y la vida, allá donde quiera que se encuentre…

Lo que el trapío esconde


Trapío, esa es la gran diferencia a primera vista entre el toro de Barceló, el de la cúpula, y el toro zahino de Salinas.

El primero era un toro, por no llamarlo un utrero escuálido, endeble, traspasado por una flecha sobre un fondo color guasa,(lagarto, lagarto…) El segundo por el contrario es un tío, un toro que bien podríamos ver saliendo de chiqueros en una plaza de 1ª, como Sevilla.

Pero a fuerza de ser valientes, Salinas, pintor abstracto, se ha descubierto de capa y no precisamente para bien, sólo basta echar un ojo a las hemerotecas y leer sus declaraciones con motivo de una exposición en Guadalcanal para leer sus impresiones de quien cansado de la inercia cultural, comentaba que en cada una de sus exposiciones "la gente me daba la enhorabuena como si fuera un bautizo o una boda".

En la exposición-homenaje a Juan Maestre celebrada en la Maestranza, Manuel Salinas presentó un cuadro con toros desdibujados, fiel a su estilo que nos encantó, pero el miedo al pañuelo verde de la crítica provinciana de taberna en esta ciudad es muy malo y cuando cabía esperar una trasgresión abstracta del cartel taurino nos encontramos con este toro que bien podría pastar en Constantina o en Guadalcanal, pero que está muy alejado del trapío abstracto y colorista que esperábamos de Salinas, la respuesta nos la dio el propio autor en la presentación del cartel, y es que lo hizo pensando en que quería seguir viviendo en la ciudad. Desgraciadamente más de lo mismo…

viernes, 12 de diciembre de 2008

Adiós a la Facultad



Con el traslado de la Facultad de Derecho de la Fábrica de Tabacos, se pierden los recuerdos de tantas generaciones de leguleyos que pasaron por el histórico edificio desde aquel ya lejano 1954, en que la facultad abandonó el antiguo edificio de la Universidad en la calle Laraña, del que tanto conocemos por los textos de José María Izquierdo y Cernuda.
Con el traslado se van también nuestros recuerdos de tantos momentos vividos entre sus pasillos y sus aulas, entre su Biblioteca y su cafetería. Allí permanecerán para siempre tantas enseñanzas aprendidas de tanto pasear por sus pasillos cargados con los códigos y la carpeta, cuantas ocurrencias al entrar bajo el cartel que aún anuncia aquello de Almacén de Elaborados, tantos cafés y paquetes de Ducados entre discusiones sobre tal o cual asignatura, sobre las manías de tal o cual profesor, pero también de las eternas tertulias de cofradías, de toros, del Betis, con los compañeros del día a día, hoy algunos, señores del campo del derecho en todas sus más diversas funciones, y otros, como quien esto escribe, eterno aprendiz de la vida.
Entre sus muros encontramos amigos, sin los que hoy en día nuestra vida sería tan distinta y también se quedaron aquellos desamores que tanto nos hicieron sufrir.
Por sus ventanales, vimos como amanecía en las mañanas frías de invierno y como el sol, nos despedía aún alto, en las luminosas tardes de marzo y abril, en las que siempre nuestra cabeza estaba más en otros sitios que entre aquellos muros, que tanto supieron de historias antiguas de cigarreras.
En su Aula Magna, presidida por aquella tabla pintada de nuestro Catedrático, se encomendaron tantos ante el examen que los llevaba con varias madrugadas en vela, te sonreías ante aquella niña con su carpeta de cofradías que no te hablaba, ¿váyase usted a saber porqué?, o te cruzabas con aquella otra, que cual amor platónico de aquellos años, sabías que era completamente inalcanzable.
Con el traslado de aquella vieja Facultad a la Pirotécnica, se llevarán para siempre aquellas cuestiones materiales que rodearon nuestra vida durante aquellos años, pero por contra siempre permanecerán en nuestro interior, aquellos momentos que vivimos entre sus muros y que permanecerán eternamente en nuestros recuerdos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Exilio


El otro día en una tertulia de amigos, salió la tan manida memoria de quienes se fueron de esta ciudad buscando nuevos horizontes, y surgieron las figuras de quienes se autoexiliaron sin irse y así en estos días he recordado tanto aquellos versos de Juan Sierra, a quien muchos aún reconocen por ser el padre de Joaquín Sierra “Quino” aquel Espartaco del Balompié, ídolo polémico de la afición de las trece barras a finales de los 60, en aquel poemario denominado “Claridad sin fecha” de 1947 que por casualidades del destino llegó a mi vida una fría tarde de lluvia caminando junto al Patrocinio con aquella dedicatoria firmada de puño y letra por el autor de Palma y Cáliz de Sevilla.

Hoy, en esta mañana fría de Diciembre, recuerdo aquel poema denominado “Barrio andaluz”, en que su autor desde su exilio trianero, que para que quiere uno marcharse al otro lado del mundo para exiliarse de la vida, deja entrever tantas cosas a la par que se disfruta del estilo tan personal de Juan Sierra entre Barroco y austero que sigue conmoviéndonos como la primera vez que lo leímos.

Ramas de canela escritas

bajo un leve aliento frío

de lazos, dientes, chinitas

y caracoles de río.

Yo no quiero su albedrío

sujeto ni al fino mando

a que se doblega cuando

abre su mirar profundo.

¡Sentado en el fin del mundo

está Juan Sierra llorando!

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Alcemos el vuelo



Hoy, día de Nuestra Señora de Loreto, patrona de la Aviación Española, nos hemos acordado de cuantas veces nuestra madre nos acunó cantándonos el himno de este cuerpo militar tan vinculado a nuestra familia.
Hemos recordado cuantas veces de la mano de nuestro abuelo entrábamos en aquella Parroquia de San Isidoro, tan distinta pero tan parecida a la que entramos ahora, en tardes de paseos por La Alfalfa, a descubrir la miniatura del Plus Ultra en la mano de la Dolorosa que va en un palio que asemeja una casa de oro, y que con el tiempo supe que era la Virgen a la que le rezaba uno de nuestros mejores amigos, al que queremos y apreciamos casi como a un hermano.
Hoy hemos recordado aquellas veces que ibamos a Tablada a recoger alguien y siempre pensabamos que por cualquiera de los angares aparecería el tito Enrique, mientras contemplaba los retablos de la Capilla de la base, soldados formados en jura de bandera en acto de día grande para la aviación española, la bandera que no juramos por avatares de la vida pero que tanto nos gustaría jurar en este acuartelamiento por los lazos que la aviación tienen con tantas cosas relacionadas con este aprendiz de la vida...
Mientras tanto, en esta mañana fría de Diciembre, entonamos desde lo más hondo de nuestra alma, la letra de aquel himno, que compusiera José María Pemán con musica de Dorado, quedándonos, como siempre con el final del citado himno, con la gloria infinita de ser español y la enorme suerte de contar con amigos que cada día le piden a su Virgen de Loreto por todos a los que aprecian.

martes, 9 de diciembre de 2008

Una bandera


"Con el sol de poniente,
en la alta torre,
una bandera..."


Ahí está, orgullosa al aire de Sevilla, una bandera que fue y es simbolo de esta tierra, ahí la teneis, azul y blanca, la bandera Mariana de la Ciudad Mariana por excelencia, esa que a pesar de los siglos, los cardenales y los canónigos, los políticos y los cofrades (que a veces somos también los peores) sigue ondeando en estos días de Diciembre, para dar sentido a ese título que cualquier día algún retrogrado le dará por retirar de la leyenda que acompaña a los de Muy Heroica, Muy Noble, Muy Leal e Invicta de las armas de nuestra ciudad.
En estas tardes de Octava de la Pura y Limpia, de seises de azul ante la Cieguecita y flores a los pies del monumento de la Plaza del Triunfo, al aire de Sevilla, una bandera ondea el íntimo título que esta ciudad guarda para sí, que antes que Roma fue en Sevilla, donde todo el Mundo en General, a voces Reina escogida, dijo que fuisteis, Sevillana, Concebida sin Pecado Original.



De Inmaculada es la noche


Habrán salido temprano, los fríos de Diciembre se abrigaran con la vieja capa, que atesora en coloridas cintas, las labores aprendidas por quienes un día nos apreciaron, nos quisieron y hasta nos enamoraron en aquellas tardes frías de biblioteca, donde entre un café y un cigarro podías entre risas embaucar a alguien para que a cambio de apenas nada, lucieras aquella cinta, que hoy atesoran tantos recuerdos.

La vieja guitarra, callada y esquiva tanto tiempo, aguardaba silenciosa con las cuerdas recién cambiadas volver a revivir en su corazón de madera, el sonido de los bordones que gritaban bajo los balcones.

Y así llegó el momento, las risas que un rato antes tenías con quien tanto has compartido se trastocaban en emoción contenida, cuando al pie del monumento te llegan los recuerdos que atesoras junto a tu viejo traje, la beca verdemar y la capa con las cintas, sientes que suenan tres golpes de pandereta desde el cielo, pandereta de Sevilla que nunca se olvida, y suena como siempre y para siempre la ofrenda de las voces en una canción que une a las generaciones que te acompañan, los que estaban antes de que tú llegaras y los que llegaron después de ti, como ofrenda hecha canción.

De Inmaculada es la noche y a los pies de nuestra Virgen, Blanca y Pura, vuelven a sonar los sones de la estudiantina.

jueves, 4 de diciembre de 2008

En tus manos


Hoy, he ido a verte temprano Señor, tan temprano, que otros días y a esa misma hora, mas que le pese a Carlos Herrera lo escucho adormilado entre las sábanas, pero es que hoy Señor, alma de nuestras vidas, necesitaba ir a verte personalmente.
Hoy ni el frio de la mañana, cuando aún no habían llegado las primeras luces del alba, ni el miedo a la lluvia me importaban, cruzaba tu ciudad entre las luces anaranjadas de las farolas, con el tránsito de los autobuses y de la gente camino de sus trabajos con sólo un pensamiento.
Porque Tú, mi Señor, bien sabías el porqué de mi visita, nunca inesperada porque Tú siempre esperas, pero si a estas horas tempranas a las que no te tengo acostumbrado, Tú que bien sabes que mi primer recuerdo cada mañana es para ti, y que en tus manos, siempre pongo mi amanecer de cada día, he ido a pedirte por alguien que realmente lo necesita.
Camino de tu casa iba por Cardenal Spínola cuando me encontré con la Plaza más bonita del Universo, totalmente cubierta de hojas, bellamente sucia de la naturaleza muerta que le da ese aire especial, de toda la vida, ya había abierto el Sardinero y Miguel acababa de abrir las puertas de tu Basílica, y así entré en tu casa, y tras una mirada a la Madre del Traspaso, subí a tu camarín y te pedi por lo que Tú bien sabes.
Se a ciencia cierta, que en tus manos, Cisquero, está el Imperio de nuestras vidas, pero sólo te pido que si hoy tienes que descuidar un poco de la mía, lo hagas para que tus manos estén pendientes de quien hoy en lecho de la enfermedad te necesita. En Tus manos Señor aguardo y en Tu mirada de bondad, como siempre espero la suprema verdad de tu Gran Poder.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Concu


Igual que en Semana Santa, muchos se despiertan y se encuentran la ciudad engalanada, los pasos montados, los cestillos con las banderitas preparadas y las chucherías perfectamente dispuestas para que la gente que se acerque se lleve esto o aquello, y lo sabemos porque siempre detrás de estas pequeñas cosas, y de las grandes también, están esas personas en las que ya no sabemos si éstas cosas se mantienen así porque están ellos y le imprimieron su carácter y sus formas, o por el contrario fueron éstas cuestiones cotidianas las que los modelaron a sus formas, para que todo fuera siempre como siempre la habíamos conocido.

Igual que en las cofradías o en otras identidades de nuestra ciudad, llegadas estas fechas comprendemos que posiblemente muchas cosas de las que viviremos en los próximos días no serían así, si no hubieran estado personas que trascendieron de lo propio y que forjaron esa identidades y que hoy en día nos harían incapaces de contemplar la historia de nuestra Tuna, si ellos con esa frase eterna, “la institución está por encima de muchas cosas” no hubieran estado siempre ahí dispuestos a dar la cara por la beca verdemar.

Igual que en nuestra Tuna, hay otras, y así podríamos citar nombres que a pesar del paso de los años, siguen siendo santo y seña en sus respectivas estudiantinas, y que aunque sólo se vistan una noche al año tienen para nosotros el respeto que da la antigüedad portando la enseña que a todos nos une.

Hoy, traigo a mi Soberao a uno de estos tunos de Sevilla, que durante años fue, pero que para muchos sigue siendo, el alma mater de la Tuna de la Escuela, quien un día nos colocó la verdemar sobre los hombros, quien aunque esté algo más alejado porque la vida trae bellísimas nuevas responsabilidades, siempre está para aquello que pueda hacer falta, sin pedir nada a cambio y siempre con el abrazo sincero y la mano tendida de quien sabe que en el trabajo callado está el día a día de nuestra institución.

Sin Javier Rufino, Concu, muchos no entenderíamos nuestra Tuna, tan singular en sus formas y en sus modos, pero siempre dispuesto a echar las manos que hagan falta, y es que al menos yo no concebiría mi Tuna sin Concu, ni a Concu sin su Tuna de la Escuela.

Javier es tan parte inseparable de la Tuna de la Escuela, como el caduceo de Mercurio de nuestro escudo, y es por eso que en estas vísperas de la Inmaculada le dedicamos desde estas líneas, este homenaje sincero a su persona, quien siempre fue compañero y mejor amigo con este aprendiz de la vida.

martes, 2 de diciembre de 2008

Una rosa y un poema


Llegamos cansados, el día había sido duro, me dolían los brazos de tanto sacar el capote para hacernos, unos a otros, todos los quites del mundo y es que el toro de anoche se las traía, alguno diría que venía reparado de la vista, pero yo creo que lo que traía era toda la mala leche que imaginarse pudiera y se venía directo al pecho, una y otra vez… ¡una lucha vaya!
Y así, cuando salimos de la plaza, por nuestro propio pie, aquello nos pareció un autentico milagro, tras tanto sufrimiento busqué algo que pudiera reparar la angustia sufrida y recordé que en aquel libro guardaba secretamente, algo que podía consolarme, así que encaminé mis pasos a la estantería y tras tomar aquel libro entre las manos, busqué entre sus páginas el secreto que ocultaba, una rosa blanca junto a un poema de Florencio, una rosa que aún seca y mustia, guardaba toda su belleza junto a aquel romance de quien destilaba toda la gracia del Arenal por sus versos.
Amores secretos y escondidos, que un día, siendo aún un niño llenaron la vida del día después, una filiación secreta, una banderita en la solapa y un amigo, a veces no hay mejor recompensa para un día duro que el pequeño detalle que se oculta en aquel libro blanco en el que se escribe, el día a día de nuestras vidas.