lunes, 15 de diciembre de 2008

Lo que el trapío esconde


Trapío, esa es la gran diferencia a primera vista entre el toro de Barceló, el de la cúpula, y el toro zahino de Salinas.

El primero era un toro, por no llamarlo un utrero escuálido, endeble, traspasado por una flecha sobre un fondo color guasa,(lagarto, lagarto…) El segundo por el contrario es un tío, un toro que bien podríamos ver saliendo de chiqueros en una plaza de 1ª, como Sevilla.

Pero a fuerza de ser valientes, Salinas, pintor abstracto, se ha descubierto de capa y no precisamente para bien, sólo basta echar un ojo a las hemerotecas y leer sus declaraciones con motivo de una exposición en Guadalcanal para leer sus impresiones de quien cansado de la inercia cultural, comentaba que en cada una de sus exposiciones "la gente me daba la enhorabuena como si fuera un bautizo o una boda".

En la exposición-homenaje a Juan Maestre celebrada en la Maestranza, Manuel Salinas presentó un cuadro con toros desdibujados, fiel a su estilo que nos encantó, pero el miedo al pañuelo verde de la crítica provinciana de taberna en esta ciudad es muy malo y cuando cabía esperar una trasgresión abstracta del cartel taurino nos encontramos con este toro que bien podría pastar en Constantina o en Guadalcanal, pero que está muy alejado del trapío abstracto y colorista que esperábamos de Salinas, la respuesta nos la dio el propio autor en la presentación del cartel, y es que lo hizo pensando en que quería seguir viviendo en la ciudad. Desgraciadamente más de lo mismo…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un toro gordo, de trapío nada.

Anónimo dijo...

lol,so nice

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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