jueves, 11 de diciembre de 2008

Exilio


El otro día en una tertulia de amigos, salió la tan manida memoria de quienes se fueron de esta ciudad buscando nuevos horizontes, y surgieron las figuras de quienes se autoexiliaron sin irse y así en estos días he recordado tanto aquellos versos de Juan Sierra, a quien muchos aún reconocen por ser el padre de Joaquín Sierra “Quino” aquel Espartaco del Balompié, ídolo polémico de la afición de las trece barras a finales de los 60, en aquel poemario denominado “Claridad sin fecha” de 1947 que por casualidades del destino llegó a mi vida una fría tarde de lluvia caminando junto al Patrocinio con aquella dedicatoria firmada de puño y letra por el autor de Palma y Cáliz de Sevilla.

Hoy, en esta mañana fría de Diciembre, recuerdo aquel poema denominado “Barrio andaluz”, en que su autor desde su exilio trianero, que para que quiere uno marcharse al otro lado del mundo para exiliarse de la vida, deja entrever tantas cosas a la par que se disfruta del estilo tan personal de Juan Sierra entre Barroco y austero que sigue conmoviéndonos como la primera vez que lo leímos.

Ramas de canela escritas

bajo un leve aliento frío

de lazos, dientes, chinitas

y caracoles de río.

Yo no quiero su albedrío

sujeto ni al fino mando

a que se doblega cuando

abre su mirar profundo.

¡Sentado en el fin del mundo

está Juan Sierra llorando!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para muchos el "autoexilio" fue mucho mas doloroso.

Gracias por traer las palabras del poeta.