jueves, 24 de septiembre de 2009

Las Mercedarias


Quizás nuestros primeros recuerdos, los más tiernos y pueriles, tienen mucho que ver con aquel colegio de la calle San Vicente, de las Madres Mercedarias de la Asunción, aquel donde un día llegamos tras una breve estancia de apenas unos meses en el de las Mercedarias de San José.
Hablar de los recuerdos de cuando tienes apenas tres o cuatro años de vida, cuando la educación hoy día, ha variado tanto de cuando entonces, no deja de traerme aquellos olores de la plastilina y los lapices de cera, aquella corbata de cuadros escoceses del uniforme, de las meriendas en el patio los juegos en aquella ojiva, escondida, portada que fuera sin saberlo de la Iglesia de Santiago de la Espada a la que recordamos en las tardes de los primeros días de mayo cuando entrábamos con flores en las manos y cantos de "Venid y vamos todos con flores a María..."
Quien nos iba a decir entonces, que nuestras devociones hubieran de tener cobijo en esa Iglesia como en otros tiempos lejanos ya estuviera nuestra Hermandad del Traspaso, y que el escudo mercedario iba a ir allí donde tantas veces llevamos nuestra mirada, como mejor agradecimiento de nuestra Virgen Dulce que allí encontró su morada.
Los recuerdos se agolpan por los momentos vividos entre aquellos muros, junto aquellas Madres Mercedarias que un día, porque las circunstancias lo obligaron, hubieron de salir de sus clausuras para dedicarse a la enseñanza y hacernos participes de aquella Sevilla oculta tras sus muros, como olvidar a la Madre Mercedes o a la Madre Trinidad, recuerdos inquebrantables de quienes entre juegos nos enseñaron las primeras letras, la vida pasa y hoy ese colegio cumple 50 años, y por aquello de que nunca podremos olvidar aquel niño que fuimos en este día de la festividad de su Comendadora, ponemos nuestro ramo a los pies de su Virgen fernandina ante la que tantas veces nuestra hermana, nunca olvidemos que este siempre fue un colegio de niñas, se encomendó antes de aquel temible examen que todos tuvimos algún día.

No hay comentarios: