Hoy, Señor de la Ciudad, en tu vuelta a tu casa, serás aún más el Señor de tu barrio, veremos tu silueta hecha sombra reflejada en las cales de los muros de las casas de tus vecinos, casas que muchas nunca fueron testigos de la última vez que pasastes por allí. Hoy, serás aún más el Señor de la gente de su barrio, adonde llegastes de San Acasio en 1703, pero donde no debemos de olvidar, que nuestra Hermandad tuvo durante siglos su morada, pues no en vano, se fundó en Calatrava y en Santiago de la Espada tuvo su sede durante tantos años.
Hoy Señor, cuando te despidan tus Capuchinas, iniciarás un recorrido por esas calles en la que en las horas altas del Jueves Santo, en fila, uno detrás de otro y manteniendo la distancia que marcan las reglas, se llenan de las negras sombras de tus nazarenos que se acercan hasta ti. Son esas mismas calles, por las que en la mañana de cualquier viernes del año, se acercan tus devotos, para dejar en Tu Talón el beso de su fe, serán esas mismas calles del día a día, que tanto saben de carreras apresuradas para los colegios de todos los tiempos, Las Esclavas, Las Salesianas, El Nuevo Liceo, Las Mercedarias,... de las compras en las tiendecitas del Barrio, de la gente tranquila que comparten contigo sus devociones, Soledad, Dulce Nombre, Buen Fin, Pastora...
En esta noche Señor, serás aún más el Dios de la Ciudad encarnado en su barrio, el Señor de los azulejos de las casas, el Señor de las cabeceras de los enfermos, el Señor que es ungüento para quienes sufren calladamente las heridas de la vida... Tú mi Señor, pasarás esta noche a nuestra vera, y habrá quien toque a quienes te portan para después santiguarse como si huberian rozado cualquier trozo de tu túnica.
Hoy Señor de San Lorenzo, en Tus Manos, como cada día, estará el imperio de nuestras vidas.
Hoy Señor, cuando te despidan tus Capuchinas, iniciarás un recorrido por esas calles en la que en las horas altas del Jueves Santo, en fila, uno detrás de otro y manteniendo la distancia que marcan las reglas, se llenan de las negras sombras de tus nazarenos que se acercan hasta ti. Son esas mismas calles, por las que en la mañana de cualquier viernes del año, se acercan tus devotos, para dejar en Tu Talón el beso de su fe, serán esas mismas calles del día a día, que tanto saben de carreras apresuradas para los colegios de todos los tiempos, Las Esclavas, Las Salesianas, El Nuevo Liceo, Las Mercedarias,... de las compras en las tiendecitas del Barrio, de la gente tranquila que comparten contigo sus devociones, Soledad, Dulce Nombre, Buen Fin, Pastora...
En esta noche Señor, serás aún más el Dios de la Ciudad encarnado en su barrio, el Señor de los azulejos de las casas, el Señor de las cabeceras de los enfermos, el Señor que es ungüento para quienes sufren calladamente las heridas de la vida... Tú mi Señor, pasarás esta noche a nuestra vera, y habrá quien toque a quienes te portan para después santiguarse como si huberian rozado cualquier trozo de tu túnica.
Hoy Señor de San Lorenzo, en Tus Manos, como cada día, estará el imperio de nuestras vidas.
1 comentario:
olé tu pepe lui venío arriba que arte más grande y que banderillero más bueno se perdío el toreo. Un abrazo
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