Cuántas veces pasamos ante él o incluso bajo sus ramas charlamos sin conocer la historia que guarda para si uno de los naranjos de aquella plaza, la más bonita del Universo, que está junto al azulejo de Ánimas de la Parroquia.
Hace algún tiempo nos contaron de aquella secreta historia, mitad realidad mitad leyenda, de aquel hombre devoto del Señor, que viendo cerca el final de sus días informó a sus familiares cual quería que fuera su última voluntad.
Y así fue, que sus cenizas, descansan a los pies de aquel naranjo, el más cercano a la Basílica, junto al retablo de Ánimas y que desde entonces, cada víspera de Semana Santa, se cuaja de azahares para anunciar que se acerca el día en que saldrá entre silencio, saetas y oraciones su Señor.
Hace algún tiempo nos contaron de aquella secreta historia, mitad realidad mitad leyenda, de aquel hombre devoto del Señor, que viendo cerca el final de sus días informó a sus familiares cual quería que fuera su última voluntad.
Y así fue, que sus cenizas, descansan a los pies de aquel naranjo, el más cercano a la Basílica, junto al retablo de Ánimas y que desde entonces, cada víspera de Semana Santa, se cuaja de azahares para anunciar que se acerca el día en que saldrá entre silencio, saetas y oraciones su Señor.
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