jueves, 27 de noviembre de 2008

A tu vuelta


Aquel tronco de eucalipto sabe tantas cosas, guarda tantos tesoros, tantos secretos, que cuando llegué de nuevo y lo vi, sólo pude acordarme de los momentos vividos, de los sueños que se cumplieron y de aquellos que algún día se habrán de cumplir.
Ayer volví a sentir la luz de tu sonrisa, el calor de tu mirada y el abrazo sincero de quien me abraza sin pedir nada a cambio, que no hay mayor sinceridad de quien da sin esperar nunca el ser correspondido, porque la correspondencia se devuelve en las pequeñas cosas cotidianas que surgen calladas en el día tras día.
Llegué empapado y con frío a aquel lugar que tú y yo sólo conocemos, ese lugar que guarda el secreto de aquello que vivimos hace años, calle Torneo arriba, Pascual de Gayangos, San Vicente, San Lorenzo, Baños, Redes... calles que guardan el secreto de nuestras cosas y de nuestros encuentros, días de carpetas y sueños truncados por la marcha y la esperanza sincera de que un día se hicieran realidad.
Has vuelto y contigo han vuelto muchas cosas que ya daba por perdidas en las frías noches de soledad, ilusiones que renacen con la luz de tu mirada, el sonido de un viejo disco de José Manuel Soto, Shalaura y "La niña de mis ojos" en una cinta en una capa el corazón prendido de quien hiere en Sevilla y muere siempre contigo, que me hacen recordar tantas cosas y que saben tocar para animarme a seguir viviendo...
En tus manos están mis alegrías y mis penas, por eso quiso Dios un día ponerte en mi vida, a la bajada de aquel puente que desde aquella noche fue siempre nuestro puente.
La calle Torneo abajo nos espera, con sus atardeceres mágicos, como siempre, para tomar fuerzas que vuelvan a llevarnos de la mano a aquello que un día dio sentido a nuestras vidas.

Feliz cumpleaños.

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