Un día más, vuelvo a asomarme a nuestra Plaza, asido a la mano de quien llenó mi vida de enseñanzas y experiencias, de quien aprendí que la vida hay que vivirla despacio, que las prisas son malas consejeras y que cada día hay que buscar ilusiones nuevas. Hoy, como cada día, pero en especial como cada veintiuno de noviembre, tomo la mano de tus recuerdos, para celebrar ese cumpleaños que sigues cumpliendo en el corazón de quienes tanto te seguimos queriendo.
Y esta tarde, sacaré de esa caja del alma una piruleta, iguales a aquellas que él me compraba en el kiosco de San Lorenzo, y volveré, asido a la mano de sus recuerdos, y sentado en uno de los bancos de piedra a disfrutar ,del paisaje otoñal de hojas caidas, de la plaza más bonita del universo.
3 comentarios:
Maravilloso. Está comprobado que en esa plaza, a muchos, son las manos las que nos traen recuerdos magníficos.
Muy sencillo y muy hermoso.
Un beso.
Dulcemente hermoso. Gracias por compartirlo.
Las manos, ¡ay! siempre las manos.
Truji, espero que el día halla sido bueno y los toros hallan sido estoqueados sin daño, enhorabuena por tu segundo premio, y un abrazo pare, que sepas que te tengo en mis oraciones
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