Los primeros fríos de Noviembre, me han traído el recuerdo de las castañas asadas, esas que te venden en cualquier esquina de nuestra ciudad desde el pasado mes de Septiembre. Castañas de Galaroza, de Robledo, de Aracena, que como cada Noviembre nos traen a este Soberao el recuerdo del milagro de las castañas de D. Bosco, que tanto celebrábamos en nuestro colegio trianero.
Hoy, cuando vemos lejanos aquellos días colegiales, que recordamos con la nostalgia de lo vivido, volvemos a comprar un cartuchito de castañas asadas y recordamos aquella bonita historia de aquellas castañas de Turín, que cada Noviembre se recuerda en los colegios salesianos con la tradicional castañada, que como el milagro de los panes y los peces, acrecentaron la santidad de quien hizo ese modelo de educación que es divisa de nuestra vida : “ser buen cristiano y honrado ciudadano”.
1 comentario:
Muchas gracias por tu visita y tu comentario en mi blog. Y, ¿sabes? voy a salir ahora mismo a comprar castañas...las venden en la esquina de mi calle.
Un fuerte abrazo.
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