Recuerdo un mar,
azul añil...
He llegado ante tu inmensidad añil, sin dudarlo he metido los pies en las aguas, me he embriagado del aroma de la brea y la salitre y me he sentado sobre la arena de la playa, para contemplar como al igual que la vida viene y cuando se va te deja mil vivencias y recuerdos, el mar deja el sargazo sobre la arena en su ir y venir de las olas.
Me gusta disfrutar de como el mar y el cielo, se funden en la raya del horizonte, de como las gaviotas me desafian para que vuelva a remontar mi cometa para volver a sacar el niño que llevo dentro.
Y he vuelto a sentir el sol abrasador, el aroma del pinar y la arena de las dunas, me he reencontrado con ese lugar secreto que yo sólo conozco, en esa playa de nuestro sur atlántico, donde no hay murmullos de chiringuitos ni marias bajo las sombrillas... sólo el mar, tú y yo, como aquella primera vez...
1 comentario:
Me ha encantado leer lo que he podido sentir este fin de semana aunque el lugar no sea el mismo.
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