jueves, 12 de marzo de 2009

Los anónimos de San Lorenzo


Y los encontrareis en estos días de cuaresma, cuando vayáis deprisa para algún lugar, y os aborden para preguntaros por las fechas del reparto de papeletas o cuando será el Quinario, porque han tenido un sobrino y quieren inscribirlo en la Cofradía, anónimos de la Bofetá, que como en otras hermandades, sólo se acercarán por San Lorenzo en estos días, pero que llevan sus devociones muy dentro de su vida cotidiana.
Cualquiera de estas mañanas, llegará el correo electrónico de aquel hermano que te anuncia su llegada a la Ciudad, en la mañana del Martes Santo, casi con el tiempo justo, para tras ese encuentro con las imágenes, recoger unos caramelos de piñones y saborear una cerveza helada en la Bodeguita o en Ricardo y disfrutar de esa conversación con la que sueña en estos días y que cuando hayan pasado las fechas te recordará en ese correo electrónico que te escribe mientras se merienda unos caramelos de piñones, con los papeles de envuelta rojo y azul y abre el cajón de sus recuerdos al reencontrarse con esa fotografía de la Virgen del Dulce Nombre.
¿Cuánto saben nuestras imágenes de tantos Bofeteros de la diáspora, que apenas vuelven a Sevilla el Martes Santo para volverse a marchar a primera hora de la mañana del Miércoles Santo tras hacer la estación de penitencia?
Para esos hermanos de la distancia, a los que calificarlos de capiroteros me parece una ofensa, para los que la Hermandad sigue siendo el nexo que los une con la ciudad de sus mayores, esos que nunca irán en un puesto de relevancia ni tan siquiera con una insignia, ignorados nazarenos de cirios al cuadril de un tramo cualquiera, y para esos anónimos de San Lorenzo, algunos ni siquiera de la nómina, que se acercan cada día para musitar una oración metiendo la cara entre los apenas doce centímetros del hueco de la reja de la Capilla y que transmiten su devoción a quienes se convertirán en los auténticos protagonistas de nuestra Semana Santa, van dirigida hoy las líneas de este Soberao que se ha revestido de damascos como las columnas de la parroquia en estos días de Quinario a Jesús ante Anás en San Lorenzo.

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