sábado, 4 de mayo de 2019

Y Roca Rey, encendió a Feria


Hasta el arrastre del quinto, la corrida de Cuvillo, a excepción de la faena del tercero, malograda por la espada de Roca Rey, era la típica tarde de expectación venida a menos, tanto por el mal juego de un encierro, de toros flojos e inválidos, como por el peso de la pseudo-triunfal tarde anterior.
Así andábamos, tras un quinto toro en el que Manzanares, consentido de esta plaza, Cielo Andaluz incluido, nos mostró que anda a años luz de lo que fue, cuando salió el sexto y se encontró con un torero herido en su amor propio, dispuesto no sólo a pegarse su arrimón inverosímil, sino a mostrar a Sevilla porque tiene en su mano auparse por derecho propio al trono vacante de la Fiesta.
Así Roca Rey se encontró con Encendido sin duda el toro de la Feria, de verdad sin necesidad de regalos y el peruano demostró porque su toreo está a años luz del resto. Su faena de muleta, iniciada de rodillas ya nos mostró lo importante que era el toro y como Roca venía a alumbrar la Ferian, pues ea hoy de los pocos elegidos que pueden poner al mundo bocabajo y convertir la Maestranza en un auténtico manicomio, sin juegos de artificio, siendo capaz de no tener complejos en pedirle un rabo al palco. Roca Rey, toreo de manera que convirtio el mundo de los cuerdos en una auténtica locura, donde se unían su amor propio con la bravura de un toro excepcional.
Pero ayer, el palco si bien estuvo a la altura para negar la petición del tercer trofeo al público y poner cordura en medio de la locura, pecó en exceso pues bien debiera de haber sacado el pañuelo azul para darle la vuelta al ruedo al gran toro de Cuvillo.
La no concesión del tercer trofeo privó a Roca Rey de ver a hombros por primera vez en su carrera el atardecer de Triana, pero si algo consiguió de verdad fuee, sin duda, encender la Feria.
Foto:Arjona.

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