Hoy era, parafraseando a los genios de la extinta Caseta er 77, 31 de abril, y en esta Feria de abril disfrazada de mayo, se iniciaban los festejos continuados en la Maestranza.
El festejo de Torrestrella, se esperaba nunca mejor dicho como agua de mayo, pues las anteriores comparecencias de los toros de Los Alburejos siempre han sido presagio de cosas importantes,y el aficionado cabal que lo sabe, siempre lo aguarda con la esperanza de que nos regale aquello que un día fue, pues Torrestrella, aunque ahora la rehuyan las figuras, siempre guarda el poso de bravura y de casta que nunca nos deja indiferentes y que nunca defrauda.
Un año más esperábamos el recuerdo de los toreros para Montoliu, bien con un minuto de silencio, bien con las cuadrillas destacadas, pero nada de esto tuvimos, y el mejor recuerdo para el enorme banderillero valenciano estuvo en los formidables pares de Jose Chacón y Juan Carlos García.
La tarde tuvo dos toros de esos que hacen cavilar, uno de nombre Cumpleaños, que era una acuarela de hechuras y capas y que al final estuvo muy por encima de un Garrido que toreó con gusto con el capote y que empezó su faena con el sevillanisimo "cartuchito de pescao" pero que no supo ver la fiesta que tenía el toro y con el quinto de nombre Lucero, que fue la estrella radiante del encierro y al que Galdós supo entender y tocarle las teclas, pero ay, no supo matar y ya se sabe aquello de que sin espada no hay paraíso y tuvo que contentarse con recorrer el anillo y finalmente hubo un tercer toro, el sexto que correspondió a Cadaval que quien sabe si en otras manos no nos hubiera regalado lo que parecía intuir.
Cuando ya las cuadrillas estaban a punto de tomar el camino de la Puerta Principal, se cortó la coleta, Santi Acevedo, la torería andante de cada día por Sevilla, al que desde aquí mostramos nuestros respetos, pues con él se va un torero de plata con mayúsculas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario