Aquella mañana, había examen de Economía en la añorada Facultad de Derecho de la Fábrica de Tabacos, y nos consta que la noche algunos la había pasado casi en blanco, preparando el que sería el último de los exámenes antes de tomar el verano por banda y marcharse para las playas atlánticas de Cádiz y de Huelva donde algunos, nos consta que andaban escapados desde que decidieron dejar la asignatura para Septiembre.
La mañana en la facultad anunciaba verano, pero una sorpresa aguardaba para dos individuos, que tal y como terminaran el examen tipo test, saldrían pitando, cual cohete sanferminero, para el vehículo de alquiler que aquella misma mañana los trasladaría junto con otros dos compañeros hasta Pamplona...
Hasta aquí todo perfecto, acaba el examen, sonrisas, despedidas, abrazos, el habitual vamos a tomarnos una cerveza al Cristina y tal de todo fin de examen y estos dos compañeros que se despiden, porque se marchan para la vieja Iruña...
Pasada dos horas, andaban estos compañeros algo mosqueados, porque los otros dos compañeros de viaje no aparecían y es que las criaturitas en tanto esperaban que los otros acabaran el examen no se les había ocurrido nada mejor que dar el chupinazo en la Plaza Nueva y tomarse la primera cerveza en El Salvador...
Cuentan que a la tarde del día siguiente, los vieron confundidos entre el gentio que llenaban la solanera del coso pamplonica, que tiene aires de Monumental de San Bernardo.
La mañana en la facultad anunciaba verano, pero una sorpresa aguardaba para dos individuos, que tal y como terminaran el examen tipo test, saldrían pitando, cual cohete sanferminero, para el vehículo de alquiler que aquella misma mañana los trasladaría junto con otros dos compañeros hasta Pamplona...
Hasta aquí todo perfecto, acaba el examen, sonrisas, despedidas, abrazos, el habitual vamos a tomarnos una cerveza al Cristina y tal de todo fin de examen y estos dos compañeros que se despiden, porque se marchan para la vieja Iruña...
Pasada dos horas, andaban estos compañeros algo mosqueados, porque los otros dos compañeros de viaje no aparecían y es que las criaturitas en tanto esperaban que los otros acabaran el examen no se les había ocurrido nada mejor que dar el chupinazo en la Plaza Nueva y tomarse la primera cerveza en El Salvador...
Cuentan que a la tarde del día siguiente, los vieron confundidos entre el gentio que llenaban la solanera del coso pamplonica, que tiene aires de Monumental de San Bernardo.
1 comentario:
En Sevilla no se pueden hacer encierros porque hasta los toros terminarían metíos dentro de una taberna.
Un saludasso miarma.
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