La Maestranza en estas noches de julio, bien parece que se convirtiera en cualquier plaza de otro lugar de la Piel de Toro y es que al ambiente familiar que siempre acompañó a estas nocturnas sin caballo, en las que se vieron debutar a quienes pasados los años serían autenticas figuras del toreo, desde hace algunos años se ha acompañado con un ambiente casi de verbena, donde hay quienes se acercan a la plaza, más para hacer un botellón que para ver como unos chavales se juegan la vida y el prestigio de poder seguir aspirando a ser torero o por el contrario esas ilusiones se quedarán para siempre en la foto vestido de luces antes de iniciar el paseillo con los arcos maestrantes a su espalda.
Anoche, coincidiendo con la Velá trianera, se celebró la final, con una novillada de Macandro, impresentable por mansa y peligrosa, que dió al traste con las intenciones de tres novilleritos que empiezan a abrirse camino en este duro mundo de la tauromaquia.
Si algo podemos destacar de esta final fueron las buenas formas que demostró David Galán, de la Escuela de Jerez, que ya en su primera comparecencia cortó una oreja que le posibilitó entrar en esta final, ante un novillo, su primero, manso de libro y con malas ideas, con el que demostró tener inteligencia para someterlo y aprovechar las embestidas que posibilitaron ver lo mejor de toda la nocturna, lástima que los errores propios con la espada, la nula ayuda de su cuadrilla a la hora de auxiliarlo unido al mal asesoramiento desde el callejón le hicieran no sólo sufrir varias volteretas sino también ver como el novillo le era devuelto a los corrales, tras escuchar los tres avisos.
David Galán en su segundo daría una vuelta al ruedo tras enfrentarse con otro regalito manso y con más que peligro...
El triunfador de la noche y del ciclo, empero, fue Ángel Jiménez, quien tras cortar una oreja , pedida con insitencia por los numeros astigitanos que poblaban los tendidos, y concedida por un Presidente al que en nuestra opinión le viene grande el palco, se llevaría también el traje de luces, que regala La Maestranza al novillero triunfador.
El tercero de la terna, el palentino de Villada, Diego Fernández, poco pudo hacer ante los mansos e insufribles noviletes que le tocaron en suerte.
Es por ello que deseamos mejor suerte para los tres novilleros que tuvieron que enfrentarse a una corrida para quitar la afición a cualquiera y esperamos que David Galán olvide pronto el palo de los tres avisos y que sea sólo un borrón en su carrera y nos siga regalando esas buenas formas que atesora y que ya le hemos podido contemplar en sus actuaciones en la Maestranza. Y es que a poco que se entone con la espada aquí puede haber madera de torero caro.
Anoche, coincidiendo con la Velá trianera, se celebró la final, con una novillada de Macandro, impresentable por mansa y peligrosa, que dió al traste con las intenciones de tres novilleritos que empiezan a abrirse camino en este duro mundo de la tauromaquia.
Si algo podemos destacar de esta final fueron las buenas formas que demostró David Galán, de la Escuela de Jerez, que ya en su primera comparecencia cortó una oreja que le posibilitó entrar en esta final, ante un novillo, su primero, manso de libro y con malas ideas, con el que demostró tener inteligencia para someterlo y aprovechar las embestidas que posibilitaron ver lo mejor de toda la nocturna, lástima que los errores propios con la espada, la nula ayuda de su cuadrilla a la hora de auxiliarlo unido al mal asesoramiento desde el callejón le hicieran no sólo sufrir varias volteretas sino también ver como el novillo le era devuelto a los corrales, tras escuchar los tres avisos.
David Galán en su segundo daría una vuelta al ruedo tras enfrentarse con otro regalito manso y con más que peligro...
El triunfador de la noche y del ciclo, empero, fue Ángel Jiménez, quien tras cortar una oreja , pedida con insitencia por los numeros astigitanos que poblaban los tendidos, y concedida por un Presidente al que en nuestra opinión le viene grande el palco, se llevaría también el traje de luces, que regala La Maestranza al novillero triunfador.
El tercero de la terna, el palentino de Villada, Diego Fernández, poco pudo hacer ante los mansos e insufribles noviletes que le tocaron en suerte.
Es por ello que deseamos mejor suerte para los tres novilleros que tuvieron que enfrentarse a una corrida para quitar la afición a cualquiera y esperamos que David Galán olvide pronto el palo de los tres avisos y que sea sólo un borrón en su carrera y nos siga regalando esas buenas formas que atesora y que ya le hemos podido contemplar en sus actuaciones en la Maestranza. Y es que a poco que se entone con la espada aquí puede haber madera de torero caro.
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