Cuando Triana llegó directamente del camino, llenita del polvo que también, cubría literalmente la plata de la carreta, se debordaron tantas cosas, se cumplieron tantos sueños, se derramaron tantas lágrimas, tantas sonrisas, tantos abrazos, que todo lo llenó ese canto que engloba a esta Hermandad, que es tanto en esta romería, donde hay tantos...
Tanto que hasta los almonteños también cantaban con nosotros aquello de:
"...para decirte que te queremos, otra vez..."