Llevaba tanto tiempo esperando ese momento, que cuando te vi acercarte entre la niebla y el rocío mañanero, sólo pude romper en sollozos...
Los trianeros aguardábamos junto al Simpecado y Tú, venías a lo lejos, vestida de sol, apartando las brumas, entre las tibias luces del alba que ya iluminaban los cielos ...
Cuanto soñaba volver a verte por Triana, cuanto tiempo había esperado tu llegada desde aquella ya lejana última vez, en que te vi volar, Paloma, por el Real.
Fue por ello que agarrábamos con fuerza ese cordón verde de nuestra medalla que es el nexo que nos une a ti en esas oscuras madrugadas, que cuanto sabe ese cordón de nuestras cosas, para que tu Rocío, nos empapara con tu luz.
Volvíamos a escuchar el sonido del campanil que te llamaba, rezábamos la Salve que Pablo, ese joven pastor que Tú pusiste un día en el camino de los trianeros, nos dictaba y el Simpecado aguardaba para traer a Triana la gracia de tu Rocío…
Tanto tiempo esperando que llegaras que cuando llegaste la emoción nos pudo y ya sólo sueño con volver a verte llegar, entre dos luces a Triana y enseñarle a quien viene, sangre de nuestra sangre, a quererte como un día aprendimos a quererte.
Los trianeros aguardábamos junto al Simpecado y Tú, venías a lo lejos, vestida de sol, apartando las brumas, entre las tibias luces del alba que ya iluminaban los cielos ...
Cuanto soñaba volver a verte por Triana, cuanto tiempo había esperado tu llegada desde aquella ya lejana última vez, en que te vi volar, Paloma, por el Real.
Fue por ello que agarrábamos con fuerza ese cordón verde de nuestra medalla que es el nexo que nos une a ti en esas oscuras madrugadas, que cuanto sabe ese cordón de nuestras cosas, para que tu Rocío, nos empapara con tu luz.
Volvíamos a escuchar el sonido del campanil que te llamaba, rezábamos la Salve que Pablo, ese joven pastor que Tú pusiste un día en el camino de los trianeros, nos dictaba y el Simpecado aguardaba para traer a Triana la gracia de tu Rocío…
Tanto tiempo esperando que llegaras que cuando llegaste la emoción nos pudo y ya sólo sueño con volver a verte llegar, entre dos luces a Triana y enseñarle a quien viene, sangre de nuestra sangre, a quererte como un día aprendimos a quererte.
Fotografía: http://www.sienteconlamirada.com/