Cuentan que eres tan de tu barrio, que te llevaron a San Román y al poco hubieron de traerte de nuevo a sus calles, porque tú, chiquilla de San Lorenzo, echabas de menos el aire y el ambiente de aquel barrio en el que vistes la luz primera.
Cuentan, que volviste a él, una noche cálida, cuando la primavera se despedía y los rigores del verano ya llenaban el aire del olor de los jazmines y las damas de noche, entre el bullicio que sólo pedía aclamarte en los sones melodiosos de un autor de moda llamado López Farfán, aquel que quedó prendado de tu belleza altiva y meses más tardes te dedicaría aquello de “Hermosura Peregrina”.
Pasan los años por todos nosotros, menos por ti, 85 años hace ya que llegaste a quienes nos precedieron y desde entonces fuiste el faro de gran luz divina que ilumina nuestras vidas y así vendrán las nuevas generaciones, que ya sueñan contigo en los senos maternos, pues en ti están depositadas nuestras nuevas esperanzas, y al igual que entonces, nuestros abuelos quedaron prendados de tu gracia sevillana, nuestros padres nos enseñaron a quererte como esa Madre que nos esperará algún día, para abrazarnos en la otra vida y podremos decirte frente a frente, lo guapa que siempre has sido, Rosa francisana en San Antonio, Dulce cobijo de nuestras vidas en San Lorenzo, y a quien nosotros enseñaremos, a esos que amanecerán a la vida con la dicha de ser y sentirse de La Bofetá.
Pasan los años y pasa la vida ante tu hechizo moreno, Gracia de Sevilla prendada en tu hermosura de niña de San Lorenzo, de quienes te sueñan siempre cuando vienes de vuelta a tu Barrio, a la luz de la candelería, y de quienes se acercan a ti para musitar la oración primera cada mañana entre los barrotes de la Capilla…
Siempre Tú, Dulce Nombre de María, nuestro mejor sueño, siempre Tú, Señora, la Salvación Mía.
(Fotografía: Flores Esquivias)
Cuentan, que volviste a él, una noche cálida, cuando la primavera se despedía y los rigores del verano ya llenaban el aire del olor de los jazmines y las damas de noche, entre el bullicio que sólo pedía aclamarte en los sones melodiosos de un autor de moda llamado López Farfán, aquel que quedó prendado de tu belleza altiva y meses más tardes te dedicaría aquello de “Hermosura Peregrina”.
Pasan los años por todos nosotros, menos por ti, 85 años hace ya que llegaste a quienes nos precedieron y desde entonces fuiste el faro de gran luz divina que ilumina nuestras vidas y así vendrán las nuevas generaciones, que ya sueñan contigo en los senos maternos, pues en ti están depositadas nuestras nuevas esperanzas, y al igual que entonces, nuestros abuelos quedaron prendados de tu gracia sevillana, nuestros padres nos enseñaron a quererte como esa Madre que nos esperará algún día, para abrazarnos en la otra vida y podremos decirte frente a frente, lo guapa que siempre has sido, Rosa francisana en San Antonio, Dulce cobijo de nuestras vidas en San Lorenzo, y a quien nosotros enseñaremos, a esos que amanecerán a la vida con la dicha de ser y sentirse de La Bofetá.
Pasan los años y pasa la vida ante tu hechizo moreno, Gracia de Sevilla prendada en tu hermosura de niña de San Lorenzo, de quienes te sueñan siempre cuando vienes de vuelta a tu Barrio, a la luz de la candelería, y de quienes se acercan a ti para musitar la oración primera cada mañana entre los barrotes de la Capilla…
Siempre Tú, Dulce Nombre de María, nuestro mejor sueño, siempre Tú, Señora, la Salvación Mía.
(Fotografía: Flores Esquivias)
2 comentarios:
Felicidades también desde la Tertulia La Chata Pelona. Esta noche nos vemos, saludos
Veo que los que mejor escriben son los que menos comentarios suelen tener. Será por aquello que se suele decir: "sin comentarios". Volveré.
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