viernes, 27 de febrero de 2009

Cautivos de ti


Para Pablo,
que es ya cautivo de ti
.

¿Cómo llegamos a ti? Fue por tu andar valiente, siempre de frente, en la verde frondosidad del parque, fue por tu barrio, ese que se traslada contigo tras tu paso para no dejarte abandonado, fue por tu sencillez exquisita, que siempre nos conmueve, cuando el sol de la tarde en el Postigo, llena de matices toreros el morado de tu túnica nazarena y avanzas hacia el Arenal llenándonos con la dulzura de tu mirada.
Fue, quizás, por el saludo de ese nazareno que siempre esperamos, el que nos descubrió las formas, de siempre, tan especiales del Tiro de Línea, esas que se llevan en la sangre, pues esa Cofradía no la entenderíamos sin él ni su familia.
Fue quizás, Señor, por aquella fotografía de tus manos que nos confortaban, cuando éramos cautivos de nuestras tibiezas, será por aquella noche fría en que te acompañamos de vuelta hasta tu barrio, sin importarnos la distancia.
Quizás ya eramos cautivos de ti, desde antes de que llegar a este mundo, quizás desde la primera vez, que quien nos dio la vida, se acercó a tu casa recién llegado a esta tierra.
Somos cautivos de ti, desde aquella primera vez que nos hablaron de ti, de cómo amaneció tu Cofradía, de aquel Padre Botella y del Cingulo que nos une, para demostrar que Sevilla es mucho más, que aquella que vive para si, de espaldas al exterior que crece con sus demandas, y es que contemplándote, Señor, nos damos cuenta de que es posible hacer un mundo mejor, porque tus manos cautivas, nos lo ponen en bandeja.
Señor, esta tarde iremos a verte, para que como ayer y como seguro mañana, sigamos haciéndonos cautivos de ti en ese lunes santo nuestro de cada día.

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