Hoy esta entrada está dedicada a mi madre, quien con la valentía que la caracteriza se ha echado pa´lante y se ha operado de la rodilla y le han colocado la segunda prótesis, ya hace dos años se colocó la primera, entre gran expectación médica, que cuentan que el pabellón de gobierno del Virgen del Rocío aquel día tenía colgado el "NO HAY BILLETES" pues para operarla vino nada menos que un fenomeno de Estados Unidos.
Se cual es su devoción, esa que nos enseñó a mi y a mis hermanos, y que heredó de mi abuela, que la llamaba "Mariquilla" ante la que nos presentó cuando eramos pequeños, y a la que bajo su manto encomendó nuestra educación, para que fueramos como quería D. Bosco "buenos cristianos y honrados ciudadanos".
Estoy aquí en el despacho muriéndome por las ganas de abrazarla y darle el beso que se merece, pero una malditas anginas, esas que ella sabe curarme como nadie y evitar que me volvieran a dar, hace cerca de 20 años que no se repetían en mi corto historial clínico, hace que no pueda ir hasta Riotinto hasta dentro de unos días, pero cada vez que me han llamado, he mirado la foto del viejo calendario que llevo en la cartera, y le he dado el beso a Ella, a esa Madre del cielo que cuida todos los días de mi madre en la tierra.
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