Atardecía en Coria, la corriente llevaba suspiros y la marea subía aromas marineros que se quedaban prendidos de albures y de barbos.
Atardecía y buscaba tus ojos, tu cintura, tu pelo recogido y el sabor de tu perfume pero no los encontraba, que sólo la luz de la ribera llenaba mis sentidos de brea y redes.
El Padre Betis buscaba la mar que en Sanlucar le espera por Bajo de Guía y mis ojos te buscaban a ti esperándome en la ribera...
Atardecía y buscaba tus ojos, tu cintura, tu pelo recogido y el sabor de tu perfume pero no los encontraba, que sólo la luz de la ribera llenaba mis sentidos de brea y redes.
El Padre Betis buscaba la mar que en Sanlucar le espera por Bajo de Guía y mis ojos te buscaban a ti esperándome en la ribera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario