Para cuantos conocemos la Semana Santa actual sería
imposible de ubicar al Museo lejos de la jornada del Lunes Santo, pero hubo
otros tiempos en que el Museo fue una Hermandad de Viernes Santo, con un sólo
paso a manera de Calvario, y con una iconografía tan alejada de la que estamos
acostumbrados. Pero todo aquello que un día fueron, a pesar de las modas y de las
formas evolucionadas con el tiempo, en las cofradías permanecen y ese ADN
vuelve a salir cuando las ocasiones lo imponen. Así en el pasado Vía Crucis el
Museo dio muestra de todo aquello que fue, y que no olvida, con un cortejo
plagado de pequeños detalles que no eran ajenos a quienes acostumbramos a
acompañar a la cofradía cada Lunes Santo. El Museo fue tan Museo como siempre,
y si alguno nos contaron la guasa de compararla desde dentro como una tarde de
Curro Romero –silencio en el primero y dos orejas y vuelta al ruedo en el
segundo- la hondura que mostraron el pasado lunes demostraba las formas que no se apenden, por que se
heredan con los siglos.
Fotografía: (Vía Twitter).@salvita1996
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