No se que nos aburrió más, si lo que mandaron los Lozano al Arenal o lo que intentaron los matadores en el Baratillo, la vida te da sorpresas pero hay días que ni siquiera la frescura de Oliva Soto parece tenerlas guardadas en el bolsillo del precioso terno sangre de toro y oro de estreno para llenarnos de un espejismo de torería.
En fin, corrida calcada de las anteriores, pareciera que hay Alcurrucenes de primera para las figuras y de segunda para los demás y aquí nos han traido el saldo de otros tiempos.
De los toreros poco, muy poco que contar, a Oliva Soto se le ha ido una nueva oportunidad, quizás ante el mejor toro del encierro, al que le dio algunos retazos de su mejor toreo, pero que cuando le cogió de verdad el son, al de Alcurrucen bien pareciera que ya se había aburrido de mostrarle sus cualidades. A pesar de matar a la segunda recibió una ovación, lo que sumado a la comparecencia anterior hacen un saldo muy pobre para quien sabe torear como sólo él sabe hacerlo.
En sus manos está hacer buena aquella cita de Rafael el Gallo de que torear es tener un misterio que decir y decirlo, pero a pesar de su juventud la vida pasa y todo puede quedar en el recuerdo de aquello que fue flor de un día.
De los dos de Albacete, Tendero y Pinar, tras jartarse de pegar mantazos, nos demostraron que si tienen algún misterio que decir todavía no han aprendido como decirlo. En fin, no creo que nadie esperara mucho más de ambos ni tampoco, nobleza obliga, de los toros de los Lozano.
Eso sí, la corrida dio, verdad mi Teniente, para jartarse de comer todo tipo de "piensos" varios...
Fotografía: Paco Díaz / http://www.toroimagen.com/
Fotografía: Paco Díaz / http://www.toroimagen.com/
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