martes, 13 de octubre de 2009

Una boda de colores


Así, de colores, ha sido la boda de nuestros cuñados, Silvia y Antonio, de colores, como las vidrieras que dejan pasar la luz con mágicos resplándores.
Una boda marcada por el compromiso de quienes llevan una vida marcada por la fe, donde no hay paripés de lo que se hace, porque todo es autentico y verdadero, una boda que como la vida misma, se siente en cada instante ya sea en la ceremonia como en la celebración posterior.
Las lágrimas de alegría y emoción de quienes vivimos la ceremonia, serán dificilmente olvidables en nuestras vidas, por que no hay nada más bello que aquello que se hace con el amor, y el amor cuando se muestra puro y verdadero no entiende de ropajes ni de falsos aditamentos.
Desde este Soberao os mandamos un beso muy grande, revestido de intendencia, hojilla amarilla de cursillistas, desde donde os tenemos presentes. Pasádlo bien por las Américas.

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