lunes, 8 de abril de 2019

Juan Belmonte se cortó la coleta


Fue una tarde de abril como la de hoy, de estas en las que la primavera rompe llenando de verdes los campos de la Bética, deseando que llegue la mágica luna de Paresceve.
Fue una tarde como la de hoy en la que la agenda de la vida marcaba que días más tarde volvería el reencuentro con el Dios expirante de la calle Castilla, pero al hombre, convertido en mito, le seguia quemando en la barriga el gato de la partida perdida, esa que según el mismo relató una tarde en Gelves, le ganó José una tarde en Talavera.
Puede que le pesará el recuerdo de los últimos tiempos de Rafael, y que su amor propio no le consintiera permitir que él, que lo había sido todo pudieran velo arrrastrar los pies por la ciudad del Betis.
Los años pasaban, pero a pesar de todo el seguía siendo un amante desbocado de la vida, y quizás la recomendación de los médicos de alejarlo de todo esfuerzo, lo hacían sentirse aminorado en su hombría, y fue que quien sabe si dolido en su amor propio, que buscó quizás recuperar aquella partida perdida, buscar un final de héroe y que el reloj de su vida marcara las horas finales llenas de grandeza.
Los toros negros de aquella tarde no le dieron la gloria, y el buscó su gloria en el pitón de acero que guardaba en un cajón.
Una tarde de primavera, hoy hace justo 57 años, Juan Belmonte se cortó de verdad la coleta de su vida en Gómez Cardeña.


Del Cartucho de Pepe Luis en el programa Verde y Oro de Radio Betis 08/04/2019

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