domingo, 28 de noviembre de 2010

El cartel


Un año más, la polémica está servida, los maestrantes han presentado el cartel que anunciará la temporada en la plaza de toros de Sevilla, que este año venía hasta bendecida nada menos que por S.M. el Rey, obra de José María Sicilia que según cuentan, quienes saben de arte contemporáneo, es una referencia en las vanguardias. 
El cartel de marras de este año, no es una excepción y como casi siempre, desde que la Real Corporación hizo buena la idea de Juan Maestre de dar cabida en los carteles de cada temporada al arte contemporáneo, las críticas del personal no son precisamente las más favorecedoras, quizás porque quizás las vanguardias son complicadas para que sean comprendidas por el gran público.
Es cierto, que para muchos, entre los que nos incluimos, el hecho de ser una fotografía tratada informáticamente nos ha defraudado en parte, a lo que sumamos que con los años que lleva Juan Pedro y sus satélites (lease con Z de Zalduendo) en Sevilla lidiando el medio-torito artista ponen el chiste fácil al saber la procedencia del animal retratado, pero puestos a llevar la contraria al mundo entero, como a veces parece ser nuestro sino, vamos a romper una lanza por este cartel y por la idea de los maestrantes, pues sinceramente, y a pesar de ser una fotografía, el cartel en su concepción no nos disgusta, y creemos que la función para la que ha sido creada esta obra la cumplirá con creces.
Estamos seguros, que como siempre la polémica de estos días, darán mucho juego  (ya  hay quien lo llaman el cartel  de las perchas o en palabras del amigo Javier Concu,  hasta  puede servir para felicitar a tus amigos esta Navidad poniéndole bien tu cara, la de tu jefe o la de ZP...) pero pasarán a un segundo plano cuando la empresa presente los carteles y los precios de los abonos, este año con tres festejos menos por el capricho de la luna de Parasceve, y quien sabe si la ausencia segura de alguna que otra figura o  la inclusión o la falta , en ambos casos un año más, de algunas ganaderías en las que todos estamos pensando.
Según hemos leído en la prensa, el autor comentó durante la presentación, un cartel es una puerta que abre. Y en este caso es una puerta al misterio del toro. Un cartel es un instante, que no vuelve más; una puerta para que se abra y se entre. Pero, en definitiva, una puerta al misterio.
Pues bien, para nosotros lo que mejor define estos carteles es el caso de un buen amigo, que no es precisamente taurino y que colgó en el salón de su casa un cartel de toros, el de Barceló, de los más polémicos de los últimos años.
Quizás ahí radica la gracia o quizás el misterio de estos carteles, que al principio resultan antipáticos y provocadores y que a fuerza de verlos terminan pasando desapercibidos para el aficionado pero que acercan y de que manera, el mundo de la tauromaquia a gente que está alejada de ella, empezando incluso por los propios autores. 
Quizás sólo por ello, en estos tiempos que corren para la fiesta, abrir estas nuevas puertas merecen la pena.
Y el que quiera ver carteles de Escacena, pues ya sabe, quizás tendrá que irse- siempre cariñosamente hablando- a otras plazas.

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